Con la templanza y la seguridad de un héroe, a sus 4 años Luca ha recibido la medalla que le impone el ministro del Interior por su valentía. Todos recordarán aún la historia de este pequeño que llamó al 112 con una templanza encomiable para salvar la vida a su madre y cuidar de ella y de su hermana pequeña hasta que los servicios de emergencias llegaron a su casa para salvarla.
Ahora tampoco le asusta el auditorio lleno ni las cámaras. Esa valentía fue la que salvó la vida a su madre que cayó inconsciente en casa. Y esa es la que muestra el pequeño para asombro y risas de todos. Con la mano en alto y señalando su pulgar en señal de victoria ante su orgullosa madre. Luca recibió la medalla con la serenidad de un adulto. Y con una sonrisa de satisfacción en la cara, como si estar ante un ministro en un auditorio repleto de gente aplaudiendo fuera lo más natural.
Luca vive en El Bierzo (León) . Su madre padece una enfermedad crónica. El día que se sintió indispuesta y cayó al suelo ahí estaba su pequeño héroe. El niño respondió como un adulto, llamó al 112 de Castilla y León, cuya sede está en Valladolid y explicó con claridad a la persona que cogió su llamada, cómo estaba su madre y dónde vivía. Así pudo llegar la asistencia sanitaria de urgencia a la casa.
"Nos dijo que su madre no se podía levantar y nos dio la dirección exacta", señalan los médicos sorprendidos. Eso hizo posible que el equipo médico la pudiera atender Luca no se quedó ahí. El cuadro que se encontraron los sanitarios les asombró aún más. Mientras todo ocurría el pequeño cuidaba e intentaba calmar a su hermana, que lloraba y que solo tiene 24 días.
El niño estaba aleccionado para atender cualquier emergencia que surja a su madre. Una educación que debería generalizarse y formar parte de la vida en los colegios, donde les enseñan con canciones. Saber que hay que buscar ayuda en el 112, conocer primeros auxilios, mejora la respuesta de los profesionales de la urgencia y la emergencia. Salva vidas.
Pero como los héroes no tienen edad, entre policías y guardias civiles, Remedios, de 80 años, recoge también su medalla. No dudó en arremangarse y cruzar una riada para ayudar a su vecina con movilidad reducida. José Gil perdió la vida en un camión de bomberos cuando se disponía a salvar la de los vecinos de Campillos.
Junto a dos de los compañeros de su marido, la viuda de José ha recibido el agradecimiento del ministro. Ramón es otro de los nombres que hoy merecen ser reconocidos. Al frente de su dotación, se adentró en un infierno en el que las llamas convirtieron una planta química en Arganda. Oficio en unos casos y arrojo sin límite en otros, que hoy Protección Civil ha querido agradecer.