RHIBS, FCP o panelables: las narcolanchas del Estrecho, cada una con un cometido
Las RHIBS, que alcanzan hasta 140 kilómetros por hora, son el máximo exponente de las embarcaciones de los narcos
Las 'foreñas' se camuflan entre aquellas destinadas a la pesca o al recreo mientras que las panelables se esconden entre las olas
Maniobrar con las tabaqueras resulta muy peligroso dada su velocidad y tamaño pequeño
Cada día cientos de grandes buques navegan por las aguas del Estrecho de Gibraltar. Súmenle decenas de ferris y pesqueros, añadan otras tantas embarcaciones a vela y de pesca deportiva y tendrán una idea de uno de los pasos marítimos más transitados del mundo.
En medio de todo eso, hay quienes tienen motivos más oscuros para esa singladura. Son traficantes y las que les mostramos a continuación, por si alguna vez navegan por estas aguas, son sus embarcaciones favoritas. Dime en qué navegas, y te diré con qué traficas en el Estrecho.
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RHIBS: máximo exponente de las narcolanchas
Del inglés rigid-hulled inflatable boat, son el máximo exponente de las narcolanchas. Casco rígido y borda hinchable. Esloras que promedian los 15 metros, pero de las que se han visto ejemplares de hasta 30. Y motores, hasta cuatro, con potencias que alcanzan los 350 Cv. Eso son 1.400 caballos de potencia sobre las aguas del Estrecho, velocidades de hasta 140 kilómetros por hora y una capacidad de carga de hasta tres toneladas.
Los más veteranos de nuestras fuerzas de seguridad en el Campo de Gibraltar las conocen también como 'Crompton' y es que fue un astillero inglés, Crompton Marine, uno de los primeros en fabricarlas. El responsable del astillero acabó, por cierto, detenido en Málaga en una operación contra el narcotráfico va ya para quince años.
"Cada vez tienen más potencia y más electrónica. Hasta hace algunos años no llevaban ni radar", cuenta a NIUS un agente que las persigue a menudo por el Estrecho. "Hay unas de casco gris que tienen un diseño muy bueno. Las hemos corrido mucho y navegan muy bien. En cambio, las de casco negro tienen menos francobordo y son muy malas. Los que las siguen utilizando es porque no les queda otra. No sabemos dónde las fabrican ahora, pero tienen muy buenos acabados. Son verdaderos 'fórmula 1", añade.
'Foreñas': ideadas para camuflarse entre otras embarcaciones
Embarcaciones de fibra con patronera (FCP). Los agentes las conocen como 'foreñas', por una de las marcas con las que se comercializan este tipo de barcos de recreo o pesca deportiva, para los que los narcos tienen otros fines. Su mejor cualidad, navegan muy bien, son muy marineras, y otra nada despreciable, se camuflan entre las verdaderamente destinadas a las pesca o al simple recreo. Suelen rondar los seis metros de eslora y los 200 Cv de potencia.
"Las usan para todo, desde llevar petacas de gasolina, hasta cargar 300 kilos de hachís en un doble fondo", señala el agente. "Te vuelven loco. Tú ves entrar 'foreñas' que la gente las lleva con las cañas, y no sabes si los tíos han salido, han cargado y vuelven para puerto. Las están usando mucho, se está hinchando a meter hachís con eso", añade.
Panelables: se esconden tras las olas
Panelables: se esconden tras las olas
El recurso preferido del narco cuando el temporal se adueña del Estrecho. En esas condiciones más vale maña que fuerza. Con olas superiores al metro, las RHIBS, pueden llegar a la costa, pero difícilmente salir. Las panelables, grandes embarcaciones hinchables con suelo rígido son, entonces, una buena opción. No cargan tanto, no vuelan sobre las olas, pero se esconden en ellas y eso, navegando de noche como lo hacen, las hace prácticamente indetectables.
"Miden unos seis o siete metros y tienen un motor popero de unos 90 o 100 Cv. Llevan dos. Uno operativo, y el otro, liado con mantas por si falla el principal", explican a NIUS fuentes de las Fuerzas de Seguridad. "Eso va subiendo las olas, bajándolas, y son jodidísimas de detectar porque no tienen 'firma' (la estela que deja una embarcación en el radar). No las ves con el radar y casi no las ves con los helicópteros. Hay un temporal y esta gente entra con la goma en la playa, descarga y la dejan ahí tirada".
Tabaqueras: capaces de meterse por todos lados
La fórmula de iniciación de los grandes pilotos de narcolanchas. Pequeñas, semirrígidas que navegan entre el Peñón y La Línea cargadas de cartones de tabaco. Sus rutas, de Gibraltar a la Atunara, o al poniente de La Línea. Nada fáciles, a pesar de lo que podría indicar su pequeño tamaño y motorización, de perseguir.
"Corretean pegadas a la orilla de la playa, a dos metros, te vuelven loco. Maniobran mucho. Se meten por todos lados, por diques, por canales pequeños. Tiene peligro coger una lancha de esas", cuenta nuestro agente. "Son muy pequeñas, corren mucho y puedes tener un accidente al intentar cogerlas. Maniobrar con un barco con esa gente es o matarnos nosotros o matarlos a ellos, como le paso no hace mucho a la Policía de Gibraltar, que chocó con una de ellas y hubo un fallecido".
Pateras: para el tráfico de personas
Hay un tráfico aún más trágico en el Estrecho, el de seres humanos, y aunque para ello se usa cualquier cosa que flote, la embarcación que las simboliza es la patera. Grandes embarcaciones de madera en las que se pueden apiñar 70 seres humanos en unas penosas condiciones. Las Fuerzas de Seguridad no se ocupan directamente de ellos, normalmente lo hace Salvamento Marítimo.
"Si vemos que van navegando tranquilos se comunica a Salvamento", nos dicen. "Se les llama por radio, pero si la patera va en muy malas condiciones, se les embarca, y luego se les transborda a la salvamar, o se les remolca. Una vez rescatamos a uno de ellos que estaba flotando a la deriva, pero no es lo normal. Bastante tenemos con nuestros traficantes".