Las redes sociales, el motivo por el que los jóvenes son los que más solos se sienten en España

  • El 30% de los jóvenes afirma que echan de menos tener un amigo de verdad

  • Las personas de entre 15 y 30 años dedican el doble de horas a la tecnología que a pasar tiempo con amigos

  • Los adultos relacionan la soledad con aspectos más positivos, como la introspección

Las nuevas tecnologías, el uso de Internet y la dependencia de las redes sociales, son los factores que más repercuten en la soledad de los jóvenes. Lo dice un informe, que afirma que los jóvenes son los que más solos se sienten en España, en gran parte por el cambio en la manera de relacionarse. La falta de comunicación con otras personas, la nostalgia, tristeza o depresión, y la carencia de afecto, son los factores que más repercuten en este sentimiento de soledad.

Los jóvenes han perdido el contacto interpersonal, ya que la forma de relacionarse ha cambiado. Lo cuenta la psicóloga Joselin Miranda, “Tienen la falsa ilusión de que tener amigos en Facebook, en las redes y demás es un círculo social amplio, cuando en realidad no es así”, ya que como afirma esta profesional “somos seres sociales y lo más importante es el contacto cara a cara”. El 30% de los jóvenes afirman que echan de menos tener un amigo de verdad y relacionan la soledad con el fracaso, “el hecho de percibir que no tienen la popularidad que todos los jóvenes buscan, ese acogimiento de su entorno”, cuenta Miranda.

En España, los jóvenes dedican el doble de horas a las redes sociales que a sus amigos, algo que esta psicóloga achaca “a la época en la que estamos, que tienen mayor importancia las redes”, un sentimiento que buscan tapar con el uso de las nuevas tecnologías. Como afirma el informe, estas herramientas representan un refugio para el individuo que es rechazado o discriminado por la sociedad. Sugieren que el uso de redes sociales es más propio de los que sienten la soledad que de los que no tienen tales sentimientos.

En la soledad no solo influye la edad, también las prioridades de la persona. En el caso de los individuos que tienen un mayor nivel de estudios, se acucia más la soledad, principalmente por los objetivos. Al tener objetivos distintos, las personas los priorizan a los amigos y la familia y las relaciones sociales que conllevan, que tienden a descuidarlas.

Uno de los factores que provoca la soledad es la mala utilización del mundo virtual y el abandono de la comunicación interpersonal cara a cara. Lo cuenta una experta en redes sociales, la Community Manager, Saray Ortiz, que afirma que es “más fácil tener una relación a través de las redes sociales”, ya que te permiten “ocultar lo que sientes”, algo que te permite simular ser otra persona, y que hace que te sientas “más solo aún”.

Actualmente, dice Ortiz, “Nos hemos centrado tanto en Internet que no nos damos cuenta de lo que realmente importa”. Afirma que muchos se han dado cuenta de su dependencia a las redes con la llegada de las adicciones a la tecnología y que se acuciará aún más el problema en los llamados nativos digitales, que han crecido rodeados de tecnología. “Han crecido desde muy pequeños con ello, han sabido desfogarse junto con eso, y no saben separarse”, dice esta Community Manager.

En la calle, muchos ven este aislamiento en las redes como “una vida paralela”, en la que muchas veces se proyecta una imagen distinta, con la que la gente se siente “más cómoda”. Otros piensan además que “pueden generarte un enganche porque lo que tienes fuera no te gusta tanto” o porque no se encuentre “un entorno en el que se sienta cómodo”.

La percepción de la soledad cambia con la edad, los jóvenes lo relacionan con el fracaso personal, mientras que en los mayores se relaciona con sentimientos más positivos. Con la edad la soledad permite la introspección, dada por la autonomía y la tranquilidad, se tiende a valorar más el tiempo a solas, lo que nos permite conocernos, aunque no es así en todos los casos. En el caso de los más mayores no se valora tan positivamente la soledad, especialmente a partir de los 65 años, donde la soledad que más se percibe es la familiar, especialmente en el caso de las mujeres.