La teoría del accidente de laboratorio vuelve a agitarse: ¿viene el coronavirus de un fallo de seguridad?

  • El debate volvió a tomar fuerza esta semana después de que el presidente Joe Biden pidiera un informe a los servicios de inteligencia sobre el origen del patógeno

  • Estados Unidos tendría datos no analizados de cómo surgió el virus y buscará averiguar si salió accidentalmente de un laboratorio o si saltó desde un animal

  • La primera teoría, de la que no hay evidencia, fue descartada por la OMS en febrero y es motivo de tensión entre Washington y Pekín

El debate del origen del coronavirus tiene casi tanto tiempo como la propia pandemia. A falta de nueva evidencia científica, la discusión volvió a tomar fuerza esta semana con la revelación de que los servicios de inteligencia de Estados Unidos tendrían datos no analizados de cómo surgió el patógeno. La existencia de esa información llevó al presidente Joe Biden a pedir un informe sobre el asunto en 90 días y, de paso, abrir un nuevo pulso con China.

Según The New York Times, la inteligencia estadounidense aplicará una cantidad "extraordinaria" de recursos informáticos para arrojar luz sobre si el Sars-Cov-2 pudo salir accidentalmente de un laboratorio. El Gobierno norteamericano no habría agotado todo el material que tiene sobre comunicaciones chinas, el movimiento de trabajadores en el Instituto de Virología de Wuhan y el brote de la enfermedad en esa ciudad, el primer epicentro del virus.

La posibilidad de un fallo de seguridad ganó notoriedad también después de que The Wall Street Journal accediera a un informe de inteligencia que señala que tres trabajadores de ese laboratorio enfermaron y fueron hospitalizados en noviembre de 2019 con síntomas parecidos a los del coronavirus, un mes antes de que el primer caso fuera confirmado. Sin embargo, el hallazgo no permite determinar de qué enfermaron ni si contrajeron esa enfermedad en el centro de investigación.

Nada nuevo en una teoría descartada por la OMS que genera choques entre Washington y Pekín

En suma, nada nuevo bajo el sol. Biden pareció reconocerlo cuando afirmó que la mayoría de las agencias de inteligencia de su país no tiene aún información suficiente para inclinarse por el escenario de un fallo de seguridad en un laboratorio o el salto desde un animal, la hipótesis más aceptada por los expertos y con la que Organización Mundial de la Salud concluyó su visita a Wuhan en febrero pasado.

La OMS descartó entonces la teoría de una fuga al considerarla "extremadamente improbable" y apuntó incluso a la posibilidad de que el patógeno viniera desde un alimento congelado, una hipótesis que China apoya porque indicaría un origen externo del virus.

Para Pekín, en cambio, la investigación que pidió Biden socavaría "la lucha contra la pandemia" y hablaría más bien de los "propios fracasos" de Estados Unidos y los países que cada vez ejercen más presión para que el gigante asiático ofrezca más datos y acceso a las delegaciones de la OMS, que pronto comenzará la segunda fase de su estudio del origen del coronavirus.

Las revelaciones de 'The Washington Post' del año pasado: los cables del Departamento de Estado

La discusión de un posible error viene de atrás, al menos desde abril del año pasado, cuando The Washington Post reveló dos cables del Departamento de Estado de enero 2018 que señalaban presuntos fallos de seguridad del Instituto de Virología de Wuhan, después de que el cónsul estadounidense y dos agregados científicos visitaran ese centro, que recibía apoyo de la Universidad de Texas e investigaba coronavirus de murciélagos.

Los dos cables, clasificados pero no confidenciales, expresaban alarma ante fallos de seguridad biológica y pedían más apoyo al Gobierno estadounidense. El primero de ellos advertía del trabajo del laboratorio con coronavirus, una tarea importante pero peligrosa, ya que su potencial transmisión en humanos representaba un riesgo en forma de un nuevo brote como el SARS.

A pesar de que ningún indicio apuntaba entonces ni apunta actualmente a un virus diseñado artificialmente, el entonces presidente Donald Trump asumió esa idea y propició los primeros cruces con China, además de alimentar las teorías conspiranoicas. El enfoque ahora es distinto: Biden ejerce presión sobre China, pero no considera —al menos públicamente— que Pekín haya mentido para esconder una creación de laboratorio.

La carta de un grupo de científicos en 'Science' y las declaraciones de un exdirector de los CDC de EEUU

En todo caso, las voces que exigen más luces sobre el tema no solo llegan de líderes políticos, sino también de los propios científicos. En una carta publicada recientemente en la revista Science, un grupo de ellos pidió investigar más la hipótesis del escape accidental. El argumento: con la información que tenemos, nada debería ser descartado. "Las teorías del escape accidental de un laboratorio y de la propagación zoonótica siguen siendo viables", escribieron.

Los expertos consideran que la OMS no dio una "consideración equilibrada" a las dos hipótesis en su visita a Wuhan. "Aunque no hubo hallazgos que apoyaran claramente una propagación natural o un accidente de laboratorio, el equipo evaluó una propagación zoonótica de un huésped intermedio como 'probable a muy probable', y un incidente de laboratorio como 'extremadamente improbable'", agregaron.

La última vez que la teoría saltó al gran foco mediático, a finales de marzo, un ex director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos dijo que el virus habría tenido que salir de un laboratorio. A su juicio, un patógeno no podría ser tan infeccioso saltando directamente desde un animal, sin especies intermedias en el proceso. "Toma tiempo mientras se hace más y más eficiente en la transmisión entre humanos. No creo que tenga un sentido biológico", afirmó entonces Robert Redfield.

Más allá del ruido geopolítico, otros especialistas recordaron que los fallos de laboratorio son más comunes de lo que podría creerse y ocurren igualmente en Europa y Estados Unidos. Los interrogantes son válidos. Al fin y al cabo, se trata de intentar entender el origen del virus —y no descartar de plano ninguna vía— de cara a futuras posibles pandemias.

"No hay duda de que la teoría de la fuga de un laboratorio se ha convertido en una desagradable arma política y racial. No obstante, esa retórica debe separarse de las preguntas legítimas sobre la seguridad del laboratorio que merecen una investigación", escribió al respecto la periodista estadounidense Alison Young, que lleva años cubriendo accidentes de este tipo.

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