Los vecinos de la localidad vallisoletana de Traspinedo han guardado un minuto de silencio el domingo en recuerdo de Esther López, cuyo cuerpo fue encontrado por un "paseante" el sábado en la cuneta de la carretera de acceso a Traspinedo.
La plaza del Ayuntamiento de esta localidad vallisoletana, situada a 25 kilómetros de la capital, ha acogido un minuto de silencio en el que los vecinos han podido mostrar el dolor por la confirmación del fallecimiento de la joven de 35 años y las condolencias con su familia y en el que ha participado la Corporación municipal, así como el presidente de la Diputación provincial, Conrado Íscar, el subdelegado del Gobierno, Emilio Álvarez Villazán, y el delegado territorial de la Junta en Valladolid, Augusto Cobos.
Tras la celebración de un Pleno municipal en el que se han decretado tres días de luto oficial el pueblo, varios cientos de vecinos y personas llegadas de otros puntos han mantenido unos minutos de silencio en recuerdo de la joven, a la que se había perdido la pista en la noche del 12 al 13 de enero y cuyo cadáver fue hallado este sábado por un paseante en un terreno de labor situado en las proximidades del polígono Tuduero, a unos pocos kilómetros de distancia de Traspinedo.
El alcalde del municipio, Javier Fernández, ha expresado el sentir de los vecinos por la "triste" noticia que se conoció el sábado y ha querido unir a todo el pueblo en torno al "dolor de la familia", a quienes ha recalcado su apoyo, al mismo tiempo que ha señalado el sentimiento de "tristeza" que se vive en Traspinedo.
También ha aprovechado para pedir "tranquilidad" al municipio y aboga por dejar que la que la justicia "investigue lo que ha sucedido y esclarezca los hechos".
"Templanza, mesura y cordura y que se deje trabajar a la Justicia sin más. Es un caso trágico, por lo que es la Justicia la que tiene que dictaminar cómo han sucedido los hechos y si hay algún culpable, pues que salga a la luz", ha reflexionado.
En cuanto a la familia de Esther López, Javier Fernández ha recordado que durante todos estos días desde la desaparición de la joven los representantes del Ayuntamiento han estado con ellos "como no puede ser de otra manera" y ha constatado que ahora la familia "está destrozada" si bien apunta que "en cierto sentido, con un alivio de que tienen el cuerpo de su hija por fin, tristemente fallecida".
También ha apuntado que la familia de Esther "quiere" que se deje investigar a la Justicia y ha garantizado el apoyo de "todo el municipio, el Ayuntamiento, pueblos del entorno, de Valladolid y de España" ya que considera que es un caso que ha alcanzado el ámbito nacional.
El municipio de algo más de 1.100 habitantes continúa el duelo por su vecina, con las banderas a media asta desde el sábado y con tres días de luto oficial por delante.
Todo ello, con la prudencia subrayada por el regidor ante la investigación sobre las circunstancias de la muerte, en un momento en el que ha subrayado que "todo es muy prematuro", pero con el convencimiento de que "si alguien tiene que pagar por ello, que lo pague claramente".
Por su parte, los habitantes, que el domingo se han concentrado, recibían la noticia con mucho silencio, tristeza y estupor la noticia del hallazgo del cuerpo sin vida de Esther tras días de batidas y búsquedas en las que se ha implicado todo el municipio, de unos 1.200 vecinos, entre ellos un amigo de la familia que ha estado en todos esos rastreos y que, en declaraciones a Efe, dijo que el cuerpo "lo han echado ahí esta madrugada", una hipótesis que baraja la Guardia Civil.
El cuerpo encontrado estaba en superficie, cerca de la carretera de acceso al pueblo, a unos 3,5 kilómetros de su entrada, un tramo que la Guardia Civil tuvo que cortar para impedir el acceso y dejar que trabajen los especialistas en inspección ocular, la judicial y el Instituto de Medicina Forense, que llegó como a las cuatro de la tarde.
Un poco antes, a las tres y media, el pueblo parecía prácticamente desierto y los pocos vecinos que se encontraban en la calle han recurrido al silencio cuando se les ha preguntado por el hallazgo de un cuerpo, que poco después, a las 17.30, la autoridad judicial ha confirmado que era el de Esther López.
Era una zona batida, "algo raro hay", explica a Efe una vecina del municipio que conocía a Esther, y que ha confiado en que el culpable no sea nadie del pueblo y que lo encuentren cuanto antes.
"No se puede descartar nada", ha sostenido el vecino amigo de la familia sobre si puede estar detrás de los sucedido alguien del pueblo.
El hombre, cuyas hijas iban al colegio con Esther, emocionado ante la aparición del cuerpo, ha reconocido que la cosa no pintaba bien pero ha descartado hacer hipótesis y ha pedido que se deje a la Guardia Civil hacer su trabajo.
No ha querido hablar con la familia porque es "un poco sentimental", ha añadido este vecino que ha confiado en que si cogen al culpable no salga en dos días.
A algunos de los transeúntes de paso por el municipio para comer o hacer una parada, la noticia les ha pillado por sorpresa, y se preguntaban si ya se sabía algo sobre la confirmación que al final ha llegado de que el cuerpo correspondía a la joven desaparecida.
Y desde un restaurante en la N-122, cercano al municipio, los que en esos momentos estaban dentro han seguido con silencio la noticia del hallazgo del cuerpo desde la televisión del establecimiento con mucho silencio. No han querido decir nada más.
La vecina de Traspinedo, desaparecida el 12 de enero, era buscada desde que sus padres presentaran denuncia el pasado día 17, después de que no diera señales de vida tras haber estado la noche de su desaparición viendo en un bar del pueblo el partido de la Supercopa entre el Barcelona y el Real Madrid y luego continuara la fiesta con unos amigos en casa de uno de ellos y más tarde en unas bodegas.
Esa era la versión que habían facilitado las dos personas con las que estuvo esa noche antes de que se le perdiera el rastro, dos vecinos de Traspinedo, Óscar y Carlos, que viajaron con ella en el coche del primero de regreso a casa y que, según relataron con algunas contradicciones, se detuvo ante el restaurante La Maña.
En el relato ofrecido, Carlos se apeó del vehículo para ir a su casa y luego Óscar y Esther discutieron porque ella quería seguir de fiesta y él la dejó en las inmediaciones, sin que se volviera a saber nada más de la mujer en los últimos veinticuatro días.
Las investigaciones desde entonces se centraron en ambos vecinos y también en un tercer investigado, Ramón G. (El Manitas), pesquisas en las que la Guardia Civil, además de rastrear el municipio mediante batidas en las que habían participado cientos de voluntarios, había tomado muestras de la vivienda del tercero y de los vehículos de este y de Óscar, sin resultado positivo, y había centrado también su investigación en los teléfonos
El único de los investigados que había permanecido privado de libertad es Ramón G cuya detención hubo de prorrogarse durante otras 72 horas aunque finalmente la titular del Juzgado de Instrucción número 5 le dejó en libertad provisional ante la falta de pruebas que atestiguaran su implicación en los hechos.