La última batalla del combatiente español: el incierto futuro de los gallos de pelea

  • En Andalucía hay 10.000 socios de peñas que celebran tientas de gallos

  • Detrás de muchas de estos combates ilegales se encuentra el narcotráfico

  • En Europa, en la región francesa de Calais, Andalucía y Canarias la ley permite peleas de gallos

Antonio Calvo tiene 78 años y es gallero. Por sus ojos, ya algo cansados, han pasado los mejores gallos de combate y las mejores peleas. Es uno de los principales criadores del combatiente español, un animal milenario que forma parte de nuestras razas aviares y reconocida por el Ministerio de Agricultura. Pero nada es ya lo que era, piensa Antonio mientras recorre con la mirada el centenar de gallos de fantásticos colores que cría.

"En los años 70 salían por el aeropuerto de Sevilla hacia América, 10.000 gallos de pelea, que si salieran hoy supondrían una entrada de divisas muy importante. Todavía hay una demanda grande, pero las autoridades no se preocupan de esto", cuenta Calvo.

Su nombre, combatiente español, lo dice todo. El combate lo llevan en su ADN, las armas, en su cuerpo. Con ese manual de instrucciones sólo cabe esperar una cosa de estos gallos, cuando dos de ellos coinciden en el espacio y en el tiempo.

"Hay pollos de la misma camada que con sólo días ya están peleando", cuenta Eduardo Ballesteros, biólogo y miembro de la asociación mundial de criadores de gallos de combate. "Es el instinto de este animal. Usted pone un pollo al que supongamos que no le ha dado de comer un día, y le pone una comida excelente, una gallina y otro gallo. Por hambre debería ir a por la comida, por instinto de conservación de la especie debería ir hacia la gallina. Pero no, se va a por el otro gallo".

Ese instinto para combatir les ha proporcionado su grandeza, pero en un mundo cada vez más reacio a las peleas de gallos, puede ser también lo que acabe con la raza.

"La situación va a peor", lamenta Antonio Calvo. "Cuando yo era joven veías en el reñidero abogados, farmacéuticos, registradores de la propiedad… Hoy el analfabetismo se ha impuesto en los reñideros".

En Europa, ya sólo en la región francesa de Calais, Andalucía y Canarias la ley permite peleas de gallos. En Latinoamérica son aún muy populares, pero los intentos de prohibición avanzan. El presidente de la asociación mundial, el peruano Victor Negrete, visita hoy el criadero de Antonio Calvo.

"En todos los países se crían gallos de pelea. Hay peleas clandestinas en casi todos los países de Europa", asegura. "La prohibición lo único que hace es extinguir las razas de combate. La raza belga ya no existe, es más difícil encontrar un old english game que una aguja en un pajar. Prohibir las peleas no protege a estos animales, los extingue".

En Andalucía, hay unos diez mil socios de peñas que celebran tientas legales destinadas a la mejora de la raza. En ellas, dicen, sólo hay socios. No hay menores ni apuestas, y son muy raros los combates en los que muere alguno de los contendientes.

"Las riñas se paran en cuanto uno de los gallos se rinde", afirma el criador Manuel Calvo. "No es verdad que los gallos peleen a muerte. En cuanto uno de los gallos rinde la pelea, esta se para”

Otra cosa son las peleas ilegales. Los criadores y las asociaciones también las denuncian. Detrás de ellas aseguran, está muchas veces el narcotráfico.

"La irrupción de la droga ha perjudicado mucho a la afición de los gallos. El dinero fácil, vamos a poner las cosas claras, que ganan algunos narcotraficantes, ¿Me comprende? También se presta a esto y hay muchas peleas clandestinas donde se juega el dinero de la droga", lamenta Antonio Calvo. "Esa gente que hace peleas ilegales está perjudicando tanto esto, que cualquier día nos las van a prohibir del todo".

"La problemática es igual en todo el mundo", afirma el presidente de la asociación mundial de criadores. "A medida que empiezan las prohibiciones empieza un poco el submundo a entrar. En los países en que están prohibidos los gallos hay peleas clandestinas y en la clandestinidad no hay reglas, no hay ley, entran los narcotraficantes. Cuando hay legalidad como en Francia es una maravilla, van las familias con su hijos, hay un museo de gallística... Así tiene que ser".

Ajenos a todo esto, los gallos se remueven en su jaulas individuales. Colorados, de plumaje castaño; anaranjados, con alas de ese color; giros, de reflejos plateados, mulatos, cenizos. Animales a los que se alimenta y se cuida como auténticos pura sangre. Han formado parte de nuestras aves durante los últimos tres mil años, pero muchos factores confluyen para que su tiempo se acabe. Nacido para combatir, puede que esta sea su última batalla.