Vuelven a sus casas los desalojados por el incendio de Sierra Bermeja, en Málaga

  • Los últimos en regresar han sido 250 vecinos de Genalguacil

  • Ayer lunes ya lo hicieron los de Jubrique, Faraján, Júzcar, Alpandeire y Pujerra

  • Pena y tristeza entre los vecinos al ver cómo ha quedado el monte

La dirección operativa del Plan Infoca ha autorizado este martes la vuelta a sus viviendas de los 250 vecinos de Genalguacil que permanecían desalojados como consecuencia del incendio declarado el día 8 en Sierra Bermeja, en la provincia de Málaga.

Desde el servicio de Emergencias 112, a través de su perfil de Twitter, se ha informado de estas nuevas circunstancias apelando a un regreso de forma "ordenada y paulatina".

Esta decisión se toma después de que el Infoca haya podido declarar esta madrugada como controlado el importante fuego que ha afectado a 7.780 hectáreas. Además ya en la tarde noche de este lunes se permitía el regreso a sus pueblos de los habitantes de los municipios de Jubrique, Faraján, Júzcar, Alpandeire y Pujerra, que tuvieron que ser desalojados este pasado domingo de forma preventiva.

Además, el 112 ha señalado la reapertura de las carrreteras MA-8301, MA-8302 y MA-8304, que habían quedado cortadas y que, además, eran las últimas que se encontraban en esta situación en las últimas horas tras haberse reestablecido paulatinamente la circulación en otras cinco.

De otro lado, se ha anunciado la desactivación de la Unidad de Emergencias (UME), que también había sido requerida el domingo, en la jornada en la que se recrudeció el fuego.

Aunque la mayoría de los desalojados por el incendio de Sierra Bermeja (Málaga) ya han regresado a sus casas, en Pujerra -uno de los municipios del Valle del Genal evacuado este domingo- las calles continúan vacías, las ventanas entornadas, los negocios cerrados y sus moradores aún tienen el miedo en el cuerpo.

Es un pueblo pequeño de calles estrechas y empinadas y casas blancas encaladas, donde se respira tranquilidad; ha llovido y las amenazantes nubes negras de humo y cenizas de días pasados han dejado paso a un cielo azul limpio y claro.

Los hidroaviones siguen trabajando

Sin embargo, el sonido de los motores de los aviones y helicópteros de los servicios de extinción de incendios al sobrevolar la sierra recuerda que a escasos kilómetros de Pujerra se sigue trabajando para evitar que se reaviven los últimos rescoldos del fuego.

Isabel Morales, que regenta una tienda de comestibles en el municipio, ha contado a Efe cómo los más jóvenes trataron de ayudar a los mayores durante la evacuación; así, ella misma trasladó en su coche a varios ancianos hasta el centro habilitado para los desalojados en Ronda.

La mayoría de los vecinos, gente sencilla y amable, son ya mayores y se marcharon del pueblo con mucha pena y lágrimas en los ojos, ha explicado Catalina Cozar, mientras recordaba “el caos” que se formó en apenas unos minutos.

Entre los pocos que se han animado a salir el tema de conversación es, como no podía ser de otra manera, el desalojo y las devastadoras consecuencias de un incendio en el que ha perdido la vida un bombero y que ha calcinado casi 10.000 hectáreas de monte.

Alegría al volver, pena al ver el monte calcinado

El regreso al pueblo ha sido como “una feria” y la gente llegaba muy contenta, comentaba otro vecino, Francisco Morales, luego salían fuera a ver “que es lo que había pasado” y cómo ha quedado la sierra y “sus caras eran completamente diferentes conforme iban viniendo”, añade.

Rodeado de castaños, en cuya producción encuentran sustento gran parte de los locales, en Pujerra todos dan gracias porque los árboles aún estaban verdes y el suelo limpio, señala Catalina, en cuya finca el fuego se ha quedado a las mismas puertas.

Aunque contenta por que las ovejas se han salvado, Catalina se muestra preocupada porque no tienen qué comer ya que se ha quemado el paraje donde pastaban.