Secuestros

El infierno de Nada, del secuestro en Bolivia con 9 años al 'abandono' en España: "Me planteé no seguir viviendo"

Nada, liberada hace 10 años de un secuestro en la selva de Bolivia. Informativos Telecinco
  • La joven sobrevivió con nueve años a siete meses de secuestro en la Amazonía: abusos, maltrato, esclavizada y obligada a casarse

  • La periodista Neus Sala se ha convertido en su "ángel de la guarda": "Se han vulnerado todos los derechos del Código Penal"

Compartir

BarcelonaDiez años han pasado desde que Nada Itrab fue liberada de un secuestro, con tan solo nueve años, en la selva de Bolivia por un hombre que se la llevó mediante engaños de Barcelona. En la Amazonía tuvo que sobrevivir a abusos, maltrato, agresiones, además de perder su identidad, ser esclavizada y obligada a casarse. Pero el rescate de la Guardia Civil tras siete meses agónicos no fue el punto final de un infierno que prosiguió en su regreso a España.

"Los años que vinieron después fueron mucho peores, incluso antes que el secuestro", admite Nada en una entrevista a Informativos Telecinco sobre un calvario que empezó en L'Hospitalet de Llobregat, ciudad donde se crió y tuvo una infancia marcada por la pobreza.

PUEDE INTERESARTE

"Vivíamos en malas condiciones. Nos faltaba la comida, la luz y llegaba un punto en el que iba a por agua al cementerio. Nos costaba tener pan para comer", recuerda la joven sobre una niñez en la que un vecino se convirtió en su auténtico verdugo tras ganarse la confianza de su familia.

"Era el vecino perfecto"

La aparición de Grover la marcó para siempre. "Era amable y bondadoso. Comíamos gracias a su ayuda. Nos construyó una ducha, era el vecino perfecto". Sin embargo, todo se truncó cuando Nada tenía nueve años: "No sabía lo que era un abuso sexual y como tenía la imagen de buena persona, yo no podía decir nada ni sospechar que me hiciera algo malo".

PUEDE INTERESARTE

Tras los abusos, llegó la propuesta de irse a Bolivia junto a su vecino durante siete días. "Sacaba muy buenas notas y, como nunca había ido de vacaciones, me propuso ir", rememora Nada sobre una petición que su familia aceptó. Ambos dejaron atrás España y el viaje se acabó convirtiendo en un auténtico infierno.

El mismo día del aterrizaje en Bolivia, Grover destrozó tanto la documentación de la menor como la suya, cortando con "todo medio" para regresar a España y dejando atrapada a Nada en un plan de secuestro que empeoró con el tiempo, después de que Grover se enterase de que había sido denunciado tras las sospechas de la niña.

"Estaba en una de las zonas más peligrosas del narcotráfico"

"Conseguí hablar con mi familia y ellos rápidamente lo denunciaron y la policía lo buscaba. Él reaccionó de manera muy agresiva. Ahí empieza la huida a la selva, donde pasé todos los días del secuestro", recuerda Nada sobre una fuga en la que el hombre llegó a cambiar la identidad de la menor.

"Me llamaba Evelyn, era boliviana. Su sobrina. Me metió en una secta de la que él formaba parte. Si se casaba con una niña de 10 años se podía convertía en el líder". Todo ello en medio de la selva: "Estaba en una de las zonas más peligrosas del narcotráfico. Para llegar a los puntos de los campos de coca, podías pasar dos días caminando. Era el punto perfecto para él porque la policía no podía llegar".

Allí, Nada se vio obligada a trabajar en plantaciones de coca: "Mi día a día era levantarme, coger el machete, sin protección, e ir a trabajar. Eso duraba 15 horas al día. Había muchas serpientes, este hombre estaba siempre a mi lado, amenazándome y pegándome palizas".

Violaciones y halo de esperanza

Un sufrimiento que iba a más tras el transcurso del día. "Cuando caía la noche llegaba la peor parte. Siempre había violaciones. Los sábados íbamos a la secta, una secta de pedófilos. Recuerdo a una parte llena de hombres y la otra llena de niñas pequeñas", expresa Nada sobre un proceso que le marcó de por vida.

Pese al dolor, nunca perdió la esperanza: "Me motivaba que cuando trabajaba el dinero que consiguiese pudiera pagar mi billete de vuelta y volver a la escuela". Siete meses de calvario que acabaron en marzo de 2014 tras el rescate de la Guardia Civil. "La noche anterior me tuvieron a punta de pistola en la cabeza y veo de lejos unos helicópteros y me llevaron hacia ellos. Cuando me preguntaron si era Nada me quedé en shock porque escuché el acento español y sentí reconexión con lo que era".

En ese momento, la niña de nueve años se dio cuenta de que estaba salvada y se subió al mismo helicóptero que su secuestrador, quien finalmente fue detenido: "Los patrones de la coca me cambiaron a cambio de 500 kilos de azúcar". Lo que parecía el final del caos tan solo fue un capítulo más de un sufrimiento que aún estaba por llegar tras regresar a España.

El abandono tras su regreso a Barcelona

"Los años que vinieron después fueron mucho peores, incluso antes que secuestro. Cuatro años en centros de menores y ahora volvía a vivir en L'Hospitalet sin agua, ni comida y con extrema pobreza. Me veía todos los huesos. Fue el único momento en el que me planteé no seguir viviendo", afirma la joven diez años después de la liberación del secuestro.

Su retorno a Barcelona estuvo marcado por el ingreso en centros de menores de la Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia (DGAIA), sintiéndose desprotegida hasta la aparición de Neus Sala, periodista que se convirtió en el "ángel de la guarda" de la joven.

"Busco a Nada después de explicar la historia del secuestro, cuando ya tiene 18 años, pensando que estaba en un centro. La encuentro por internet, y cuando la encuentro me explica que lleva desde los 14 con sus padres. No le habían arreglado los papeles, no la habían dado de alta como víctima de trata ni violencia de género", destaca Neusa Sala.

"Ella intenta suicidarse dos veces"

"La devuelven con un informe demoledor a una casa okupada, con unos padres condenados por abandono de menores, sin papeles, sin agua y sin luz", denuncia la periodista, quien atónita ante la situación inició un proceso para rescatar a Nada de la violencia institucional.

"En los dos años y medio en los que la Generalitat la abandona y hasta que yo la encuentro, ella intenta suicidarse dos veces. Se han vulnerado todos los derechos del Código Penal, es una superviviente en mayúsculas", añade la periodista que, a raíz de hacer publica la historia, un abogado le ha ofrecido prácticas a Nada para preparar su propia demanda contra la DGAIA.

Neus, una "inspiración" para Nada

Tras años de lucha, ahora han conseguido empezar a tener respuestas: "No quiere decir que sean soluciones. Es muy difícil dar respuesta a la inacción de las instituciones. Me dedico a tratar con víctimas. Lo habitual es entrevistarlas y tenerlas que dejar ahí. Cuando la víctima la tienes en casa y la negligencia la comete tu gobierno es cuando no puedes cerrar los ojos. Lo que no he podido hacer con todas esas niñas, he podido volcarme en Nada".

Una labor de la que Nada está agradecida de por vida a Neus: "Es quien me salvó en España. Me inspira que pueda ayudar a otros por voluntad propia. Su bondad inspira", culmina la joven sobre una vida en la que las continuas trabas no le han impedido perder la motivación académica: "Estudio Derecho en la Universidad de Barcelona. Lo hago con la intención de poder defender los derechos de la infancia, víctimas de trata y abusos sexuales".