Viajes

Desde Vigo hasta el fin del mundo: Lorena ha visitado 62 países y las siete maravillas pero para vivir "me quedo con Galicia"

Lorena en su último viaje a la Antártida. Cedido
  • Forma parte de una comunidad de 40.000 personas que en redes sociales organiza viajes entre desconocidos

  • La viajera gallega no olvida sus raíces a pesar de haber visitado muchas culturas que "me han abierto la mente"

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VigoEl síndrome de Wanderlust consiste en el deseo constante de viajar y descubrir nuevos lugares. No se trata del gusto por viajar, algo que sucede de manera cotidiana en muchas de las personas que habitan en el mundo, es la necesidad constante de planear la próxima aventura incluso después de volver a casa de un viaje. Es una palabra alemana compuesta por wandern que significa viajar y lust que significa deseo.

Lorena Martínez es una mujer viguesa que ha recorrido 62 países, entre ellos las Siete Maravillas del Mundo. A la pregunta de cómo empezó todo, responde “tengo el síndrome de Wanderlust, es la necesidad irrefrenable de conocer el mundo completo.” El primero de los países a los que llegó, desde que comenzó esta etapa de viajar sola en 2016, fue Tailandia. El próximo destino tras llegar de la Antártida será el Sudeste Asiático, “Myanmar, Laos y Vietnam están en la mira aunque todavía no he decidido” aunque reconoce que ya está investigando a fondo.

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En la Antártida, su última parada, sufrió pero asegura que mereció la pena. “Estuve cuatro días vomitando, dos de ida y dos de vuelta. Las olas alcanzaban entre 6 y 8 metros, y el barco llegó a escorar hasta 50°.” Aún así el final feliz compensa todo, “pudimos ver fauna característica como pingüinos” y como guinda del pastel unas aureolas astrales “incluso los guías, con más de 15 años de navegación, confesaron que nunca habían presenciado una aurora austral.”

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Forma parte de una comunidad que acumula más de 40.000 personas en la red social Facebook, se llama “No más viajar solo” y organizan visitas desde España a diferentes países entre gente desconocida. “Lo fundé en 2016, antes nunca me animaba a viajar sola. Nos conocemos en el destino o en el aeropuerto. Somos todos españoles o hispanohablantes.” No realiza grandes excursiones a nivel de duración porque admite que a pesar de que su estilo de vida son los viajes, “tengo 23 días de vacaciones al año y no me puedo ir mucho tiempo.” 

Entre los muchos destinos a los que ha llegado destaca dos, China y Estados Unidos. El tiempo y el dinero es limitado y las ganas de repetir que tiene de lugares como estos hace que el objetivo de llegar a todos los países se complique “hay 195 países reconocidos por la ONU en el planeta. No todos me llaman la atención pero hay otros que me han robado el corazón y tengo ganas de volver.” 

La masificación de muchos destinos turísticos es uno de los problemas destacables de esta industria. “Cuando elijo destino huyo de la masificación. Unas de las mejores experiencias son en países como Uzbekistán o Turkmenistán, allí no hay extranjeros, no está explorado el turismo. La gente te hace sentir como en casa, quieren conocerte, te invitan a su casa, a sus bodas…”

“Elegiría una y mil veces a Galicia para vivir”

Lo habitual cuando conoces a una persona, a Lorena le pasa constantemente en sus experiencias, es preguntar de dónde viene. Ahí no olvida sus raíces “yo soy una enamorada de Galicia, siempre digo que somos unos privilegiados. A nivel de paisaje tenemos todo, bosque mar y montaña en el mismo sitio, es un paraíso.”

Con las imágenes en la retina de multitud de países, culturas, monumentos, paisajes y un largo etcétera de estos últimos nueve años, en la cuestión de qué lugar prefiere para vivir, sorprende la claridad de su respuesta “puedo viajar por todo el mundo, pero si tengo que elegir para vivir es sin duda Galicia, lo elegiría una y mil veces”.

La reflexión que extrae después de mirar su mochila llena de experiencia es que “cuando uno viaja así deja sus prejuicios en el bolsillo. Me siento pequeña en un lugar tan grande.” En cuanto a la elección de sus visitas, reconoce que es muy “versátil, puedo estar en una playa de Filipinas o en Afganistán”.

Precisamente en ese último país mencionado, conocido por su conflicto armado que se prolonga desde hace años, Lorena destaca una de las anécdotas más llamativas que recuerda “cuando quise cruzar la frontera, estuvimos ocho horas esperando por el visado rodeados por 16 talibanes que iban armados.”

La aventura comenzó muy temprano, ella y otros tres compañeros habían viajado de madrugada desde Tayikistán y no habían descansado. “Me quedé dormida en el sofá rodeada por los talibanes armados, que se miraban entre ellos y se reían porque nunca habían visto nada igual.” En un momento de tensión, los locales se encontraron con esa situación inédita, Lorena respondió con una de las tradiciones más españolas que hay, la siesta.