Andrea y Borja, más cerca que nunca en un baño nocturno y a solas en la piscina: "Me gustas un poquito"

Andrea y Borja, más cerca que nunca en un baño nocturno y a solas en la piscina: "Me gustas un poquito"
El acercamiento de Andrea y Borja en la piscina
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Descubrir la infidelidad de Joel fue totalmente devastador para Andrea. Al ver las imágenes de su novio cayendo en la tentación con Nataly, Andrea sufrió una tremenda decepción y se derrumbó como nunca antes. No obstante, después de haber pasado sus días más duros en el programa, Andrea ha tomado la decisión de empezar a disfrutar de la experiencia.

Esto se ha traducido en un acercamiento con Borja. Hasta el momento, a pesar de haber reconocido sentirse atraida por él, no había sobrepasado ningún límite. Pero ahora ha decidido dejarse llevar y ha protagonizado varios momentos con él en 'Villa Playa'.

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Todo comenzó con varios bailes en la fiesta, bailes en los que el resto de habitantes de la villa aseguraban ver "complicidad". "Estoy empezando a remontar después de haber tocado fondo y me siento como más libre y con más ganas de conocer a Borja", se sinceraba Andrea con el equipo del programa.

La conversación de Andrea y Borja

Durante la fiesta, Borja le cogía de la mano y le pedía una conversación a solas. Juntos se apartaban del grupo y compartían un momento de intimidad en el que ella se sinceraba con él: "Están todo el rato piquito, piquito... Yo cuando lo sienta, lo haré. De momento no".

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Entonces él aprovechaba el momento para decirle lo que pensaba de ella: "Sinceramente pienso que eres una tía que vale la pena. Es cierto que a mí me cuesta mucho abrirme, pero te veo diferente. Hoy he sentido contigo más conexión que otros días". Y Andrea le explicaba el motivo: "Porque me estoy abriendo más". Era entonces cuando Borja se abría sin tapujos: "Me gustas. Me cuesta decirlo, porque no soy así, pero me gustas".

"Borja siempre me da su apoyo, siempre intenta que esté bien, y para mí es un gusto hablar con él", se sinceraba Andrea con el equipo del programa.

Y, tras estas conversaciones, decidían darse un baño nocturno a solas en la piscina. Un baño en el que estuvieron más cerca que nunca. "Te voy a dar un besito en la barbilla", le avisaba él. Ella sonreía y se dejaba llevar. "Estás juguetón", le decía. Y, en efecto, continuaban jugando. "No me puedes aguantar la mirada. Eso es bueno, eso quiere decir que te gusto", le sugería el tentador. Y, finalmente, ella se abría con él: "Un poquito", le reconocía.