María Patiño se cabrea con Kiko Rivera: "Te puedo parecer fea pero te recomiendo que aprendas a tratar a las mujeres"

María Patiño se enteró en directo en ‘Sálvame’ de la ‘rajada’ que Kiko Rivera le dedicó en el año 2006. Fue a través de una grabación que sacó a la luz Gustavo González y en la que participaban tanto él como otro compañero, Pablo Calvo.

Rivera la llamó “fea”, “estúpida”, la cuestionó como periodista y la insultó llamándola “hija de p***”. Sin embargo, dijo más cosas que son imposibles de emitir y también habló de una supuesta relación de la periodista: “No sabía con quién se acostaba su madre y sí con quién me acuesto yo”, se quejaba la colaboradora.

24 horas después, nos explicaba que antes “sufría” mucho con este tipo de cosas pero ha aprendido a “mantener” su personalidad pase lo que pase, tomar distancia y argumentar: “No miento ni engaño, lo que me da pena es que compañeros a los que le tengo cariño caigan en este tipo de comentarios (…) les tiene que dar vergüenza torera”.

Y, dirigiéndose a Kiko Rivera, le recordaba que acaba de darle la razón, con lo que lo considera una victoria. Kiko se quejaba en la grabación de que María dijera cosas como que derrochaba el dinero o que su madre no estaba muy presente en su vida y eso es justo lo que acaba de contar, declarándole la guerra a Isabel Pantoja.

“En el 2021 me has dado la razón profesionalmente y es lo que me importa, luego subjetivamente, te puedo parecer fea pero te recomiendo que aprendas a tratar bien a las mujeres”, decía a Kiko Rivera.

Por otro lado, se quejaba de que hayan tenido que meterse en su “camión de la basura” para encontrar lo más normal del mundo: que ha hecho lo que le ha dado la gana, cuando le ha dado la gana, donde le ha dado la gana y con quien le ha dado la gana: “Eso no me lo han permitido y lo han reconvertido en algo negativo”, reprochaba a los tres.

Antes era más vulnerable, este tipo de cosas le han costado “muchas lágrimas” y “mucha humillación”, pero ya no: “He hecho lo que he querido y como he querido, me siento más fuerte que nunca (…) Es muy duro que te desprecien y te humillen por hacer lo que quieres de una manera lícita”.

Minutos después, el propio Gustavo entraba en plató. Confesaba que no se había dado cuenta de que había pasado las imágenes, reconocía sentir "vergüenza" viéndose como un "machirulo" y destruía, martillo en mano, la cinta que había originado el problema.