Jesús Calleja se rompe al escuchar la canción que Antonio Orozco ha compuesto para él durante el viaje

El cantante no ha dudado en hacerle una canción para mostrarle su agradecimiento
Por su parte, el presentador se ha mostrado de lo más emocionado y no ha podido evitar las lágrimas
Jesús Calleja cuenta la estremecedora historia de cómo conoció a su hijo nepalí: "Le expulsaron de su pueblo"
Antonio Orozco ha sido uno de los invitados de Jesús Calleja en su viaje a Nepal. El cantante ha estado presente en toda la aventura, desde el primer día hasta el último, y no ha parado de agradecer al presentador todo lo que le ha aportado. En la primera entrega de 'Universo Calleja', ya fuimos testigos de cómo el cantante le reconocía su ayuda, pero eso tan solo fue el principio.
Tras vivir una experiencia inolvidable y a punto de que esta llegara a su fin, Antonio ha aprovechado un momento a solas con Jesús para regalarle algo muy especial: "¿Tú te acuerdas el día que me llamaste para venir aquí? Me dijiste que podría componer algo, preparar algo... Y que de todo este viaje que estamos compartiendo ahora pudiese salir algo más que el viaje en sí, que ya es mucho", comenzaba.
"¡Claro que me acuerdo! Te lo dije yo, que hicieras una canción y la ponía en el programa", reaccionaba Jesús recordando que aquello fue una broma. Pero para nada se esperaba lo que Antonio estaba a punto de contarle: "Estuve trabajando bastante en una idea. Me gustaría, si tienes un segundo, que puedas ponerte estos auriculares. Solo quiero que lo escuches. Por devolverte todas las cosas bonitas que me has dado. Ojalá que esto sirva".
La emoción de Jesús Calleja
Una vez que el presentador tenía los cascos puestos, no le hacía esperar más y le daba al 'play'. Al escuchar los primeros versos, Jesús ya se mostraba emocionado mientras miraba a Antonio a los ojos. Al finalizar, no podía evitar las lágrimas: "Has hecho esto para nosotros...", comenzaba.
"Algo que a los cinco segundos te emociona así... Resume este viaje", decía rompiendo a llorar y tendiéndole la mano a Antonio, que no dudaba en estrechársela para, momentos después, convertirlo en un sincero y sentido abrazo.

