Noche de auténtico terror (y no por los vampiros).

telecinco.es 04/11/2009 17:35

Anoche tuve el honor de ser uno de los invitados de un evento exclusivo: la Inauguración del Festival de Venecia reunión de vampiros en la discoteca Kapital para superar la prueba semanal de Gran Hermano. Tuve la ocasión de sacar alguna foto:

Nunca había estado yo en esa sala llamada Kapital, uno de los principales centros de reunión de la noche madrileña. Y una vez conocida me alegré muchísimo de ser, ehhh, ¿cómo decirlo? Para expresarlo de otra manera: de no ser de ese tipo de personas que van a Kapital. Esta semana nuestros amigos encerrados tenían que convocar a 1000 personas disfrazadas de vampiro en ese horrendo lugar para pasar la prueba semanal y allá me fui, siempre persiguiendo la noticia. Lo primero y más importante: ¿han pasado la prueba? NO, NI DE COÑA. A media hora de cerrar el plazo de llegada (que era de diez a doce), las visitas no llegaban a 400, así que la semana que viene, si Dios quiere, tendrán poca comida, poco tabaco y empezarán a insultos unos con otros con los que ilustrar bonitos vídeos que ocupen la cabecera de esta web.

Me llamó la atención la actitud de todos los jóvenes allí presentes: uno diría que absolutamente todos ellos eran carne de Gran Hermano Gran Hermano12. O sea, que cualquiera de ellos, elegido al azar, podría tener como aspiración entrar en la casa el año que viene. Yo tengo la suerte de rodearme de un círculo de personas que comerían cristales antes que entrar en esa casa, por eso lo de ayer me pareció exótico a la vez que terrorífico. Los muchachos se dedicaban a abrazar a sus novias por la cintura mientras les decían cosas sexys en la oreja y ellas se dejaban ver con atuendos de vampira sedienta de atención, escote y minifalda incluida. El perfil de alguien que quiere entrar en Gran Hermano Gran Hermanono es muy diferente de aquel que quiere entrar en Mujeres y hombres y viceversa, ser vecinita FHM o acostarse con Cristiano Ronaldo y guardar su simiente en la nevera: quieren salir en la tele.

Lo cual es un objetivo muy loable, ¿eh? Pero este tipo de gente, cuanto más lejos mejor.

La música que sonaba dentro era, como todos os podéis suponer, una cosa absolutamente horrenda del palo de la que suena dentro de la casa. Y sí, para todos los lectores que tengan algún problema con esto: es horrenda porque lo digo yo. Cualquiera que me lea está en libertad de abrir su blog y decir en él que cualquier otra cosa es horrenda y yo no iré allí a quitarle la razón ni darle el coñazo. Hubo un momento muy representativo en el que empezó a sonar Madonna y dijo una en un grupo que estaba a mi lado:

-¿Pero esta mierda qué es?

Nuestras nuevas generaciones, queridos lectores, ya ni identifican a Madonna. Que no es que les tenga que gustar (últimamente se ha vuelto una anciana aburrida), es que simplemente estaría bien que identificasen a un icono global igual que identifican a El Barrio y a Melocos. La próxima vez que algún pesado venga a hablarme de los males de la globalización, le diré que ni globa ni globo. Nuestra juventud sólo escucha a Vale Music, y eso es algo muy nuestro y muy de aquí, como el chorizo.

En las paredes de la discoteca Kapital hay algunos tablones anunciadores y en ellos se publicitan juegos de Playstation 3, lo cual tiene mucho sentido.

Todo el mundo estaba esperando a que llegase alguna presencia televisiva que diera caché a una fiesta de tan alto copete como aquella. En la entrada había cámaras, reporteros de Ana Rosa Ana Rosay algún que otro foco cegador, así que los chicos y chicas presentes estaban esperando algo aparte de ver a post-adolescentes llegar vestidos de Drácula.

Un par de representantes de Telegenia, que representan entre otros a concursantes de Gran Hermano, Operación Triunfo Operación Triunfoy así, estaban por allí y el reportero de Ana Rosa les preguntó:

-¿No van a venir concursantes de Gran Hermano?

Y respondieron ellos:

-Avisados están.

Y me dijo el reportero:

-Eso es que no piensan venir.

El que sí vino, y levantó a su llegada un revuelo sólo digno de un nuevo hijo de Dios, fue el el célebre escritor actor periodista futbolista médico ministro cantante tenista diseñador noble presentador trapecista IVÁN MADRAZO. Iván ganó el año pasado el concurso porque tuvo temple, cayó bien a la gente, traía una historia de desamor bastante tierna y atrayente con él y, en resumen, era simpático. Pero yo tengo la firme convicción de que los ganadores de Gran Hermano, una vez se han llevado la gloria y el dinero, deberían retirarse. Para los platós quedan los primeros expulsados: son los malísimos, los que montan gresca y los que se tiran a dos o tres famosos de cuarta para poder contarlo en el último turno de Sálvame Deluxe. ¿Pero los ganadores? Los ganadores siempre resultan aburridísimos y deben volverse a su casa.

Y Chiky con ellos, por cierto.

Iván entró (sin disfrazarse de vampiro, y eso es una injusticia porque los que no venían disfrazados de vampiro tenían que pagar y él no lo hizo) y la fiesta debió de continuar dentro, y digo debe porque servidor y un fotógrafo que venía de la revista Nuevo Vale abandonaron la fiesta. Estuve a punto de preguntarle quién había sido el fotógrafo encargado de ese reportaje de Siscu porque tengo una comunión la semana que viene, pero al final se me pasó.

Por cierto: Indhira es la criaturita más cateta de la historia de Gran Hermano. Que una mujer sea humillada por un gañán, llore por las esquinas, lo ponga a caer de un burro y luego vuelva a caer en sus brazos como una estúpida no es criticable y pasa en todos lados a todas horas. Y también al revés. Pero que pase en Gran Hermano, donde cuatro millones de espectadores te ha visto dar por el saco con el tema durante semanas, es síntoma de que no sólo no tienes dignidad, también te faltan muchas luces. Espero que se vaya en cuanto la nominen y vuelvan a meter a Lis, que los ponga a todos en su sitio.