¿El frío se contagia? Así trabajan las neuronas espejo

Detonante, las películas ambientadas en la nieve

Sorprendidos por la poderosa sensación de frío que provocaba en los espectadores películas en las que los protagonistas se veían expuestos a bajísimas temperaturas, un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Sussex y de la Universidad de Londres llevaron a cabo un experimento que confirmaba una bajada en la temperatura de las manos de los humanos cuando visionan imágenes gélidas.

"Teníamos curiosidad por saber si este sentimiento se asociaba con una disminución real de la temperatura como se predijo en modelos teóricos de la empatía", señaló el doctor Neil Harrison, uno de los directores del experimento.

Las 36 personas que se sometieron a este sondeo observaron durante tres minutos ocho vídeos de humanos metiendo sus extremidades superiores en agua fría y caliente. Los científicos, que controlaron en todo momento el clima de la sala donde se llevó a cabo la prueba, midieron la temperatura de las cobayas humanas antes y después de la emisión de las escenas.

Somos susceptibles al contagio del frío

Los montajes donde fue evidente que las manos se introducían en agua caliente no provocaron ningún cambio en los termómetros de los voluntarios, todo lo contrario a cuando reprodujeron las grabaciones gélidas: la temperatura de la mano derecha disminuyó 0.05% grados y la de la izquierda, 0,2.

Medidas que, pese a que parezcan insignificantes, son una demostración totalmente valida de la variación en nuestros receptores a nivel físico, un hecho que hasta ese momento no se había podido probar y que demuestra una vez más cómo reaccionamos a los estímulos externos.

Responsables: neuronas espejo

Detrás de esta respuesta están las neuronas espejo (neuroma especular), las mismas que hacen que los animales (los primates) y los humanos repitamos una acción observada en otro individuo. La neurociencia considera a estas neuronas esenciales dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social, como la empatía (nuestra capacidad para ponernos en el lugar del otro) y la imitación.

Gracias a este sencillo ensayo se pudo confirmar la reacción del ser humano ante ciertas sensaciones y, pese a que todavía no existen estudios concluyentes, las neuronas espejo podrían tener un papel destacado en la homeostasis, un proceso por el que los organismos pueden, entre otras cosas, regular la temperatura.