Cómo funciona el método 'low‑tech' de Bill Gates: periodos sin conexión para pensar y ser más creativo
El método 'low-tech' supone un regreso a los métodos de aprendizaje tradicionales
Cómo ser más creativo a los 50 para volver a divertirte como antes: “Tienes una mente poliédrica”
MadridBill Gates es uno de los estadounidenses más ricos y conocidos y es ambas cosas gracias a su trabajo como desarrollador de software, aunque a lo largo de los años ha sabido diversificar su fortuna en distintos proyectos, lo que ha ayudado a ampliarla.
Su profesión, esa que le ha dado tantas alegrías en su vida y le ha proporcionado grandes satisfacciones más allá de la recompensa económica, está íntimamente ligada a la tecnología, su uso y su desarrollo, lo que hace que resulte un poco sorprendente el hecho de que considere el método ‘low-tech’ como el más adecuado a la hora de pensar y ser creativo.
Cómo funciona el método 'low‑tech' de Bill Gates
Gates parece tener muy claras las cosas, como la importancia de tener una relación sana con la tecnología, y por eso quiso que sus hijos se educaran en un ambiente en el que esta no fuera protagonista. Sus hijos no tuvieron acceso a móvil hasta los 14 años (aunque eran otros tiempos, la edad ahora es mucho más baja) y también quiso que su tiempo de exposición estuviera limitado durante su crecimiento.
Se podría pensar que esta manera de hacer las cosas es por la propia relación que Gates tiene con su profesión, pero lo cierto es que es una tendencia que muchos trabajadores de Silicon Valley siguen, educando a sus hijos en centros que apuestan por métodos ‘low-tech’, es decir, que en lugar de innovar en sus métodos de enseñanza, lo que hacen es regresar a sus orígenes, al papel y el boli en lugar de los ordenadores y portátiles.
De hecho, un estudio elaborado por el departamento de psicología de la Universidad de Princeton llegó a la conclusión de que tomar apuntes con bolígrafo y papel mejoraba la capacidad de resolver problemas. En el estudio, tanto quienes tomaron apuntes con el ordenador como aquellos que lo hicieron a mano recordaban los hechos, pero quienes lo hicieron con papel y boli obtuvieron mejores resultados en recordar la información conceptual, incluso pasado el tiempo.
Así, hay centros que apestan por volver a las pizarras de tiza (que en muchos lugares nunca se llegaron a marchar) y a aprender las divisiones con trozos de tartas, otros son más partidarios de dejar que sean los alumnos quienes investiguen esas áreas que les resultan llamativas y estimulantes.
La base de la innovación es la creatividad y la resolución de problemas, y esa es precisamente una de las bases de la ‘low’tech’. Apuestan por educar a sus hijos alejados de las nuevas tecnologías de vanguardia, escogiendo métodos de siempre, tradicionales, que les inviten a pensar y cambiar el modo de ver el mundo.
Más allá de la educación, el método ‘low-tech’ también aboga por consumir menos, por apostar más por los productos locales, por aprovechar lo que la tierra nos ofrece, busca conseguir soluciones que sean útiles, accesibles y duraderas. No se trata de desarrollar elementos tecnológicos punteros que nos ayuden a ahorrar, sino de aprovechar recursos, buscar soluciones basadas en técnicas simples, con materiales reciclados y siempre pensando en los beneficios a largo plazo.