La enfermedad a la que se enfrenta Esther Cañadas desde hace años y que la alejó de las pasarelas
A sus 48 años, la icónica supermodelo ha vuelto a desfilar para Carolina Herrera en la Plaza Mayor de Madrid
El infierno de las supermodelos de los 90, contado por ellas: de sus trastornos al "carácter" de Naomi Campbell
Esther Cañadas es sin duda una de las supermodelos más conocidas de la década de los 90: su mirada, su figura y su porte la llevaron a desfilar para firmas como Donna Karan, Versace, Chanel o Dolce & Gabbana. Se convirtió en musa y estrella de campañas internacionales, llegando a codearse con las tops más icónicas del momento.
Pero más allá de su vida profesional, Cañadas se ha estado enfrentando desde entonces a una enfermedad que la obligó a renunciar a su sueño y a alejarse de las pasarelas durante años.
En el año 2000, cuando su carrera estaba en pleno apogeo, Esther comenzó a notar síntomas extraños: agotamiento, malestar corporal, dolores y fiebres inexplicables. Las analíticas - ha relatado en varias ocasiones- no mostraban al principio anomalías claras, aunque los efectos sobre su cuerpo sí eran muy reales.
Su enfermedad
Finalmente se le diagnosticó vasculitis, una enfermedad autoinmune que consiste en la inflamación de los vasos sanguíneos, lo que puede comprometer el flujo sanguíneo.
"Es una enfermedad casi siempre crónica, muy dolorosa, que no es fácil de manejar, ni por supuesto de curar. Fueron casi seis años luchando por salir de una enfermedad muy difícil en los que viví días en los que pensé que me quedaba ahí, recuerdo, hasta tres veces", confesó en el podcast 'A solas con' de Vicky Martín Berrocal en 2023.
Entonces, también aseveró que "no siempre tienes los mismos síntomas", lo que "complica el diagnóstico". "Mis analíticas me salían bien, pero me explotaban todos los vasos capilares del cuerpo a la vez. Yo vivía en un 10% de mi energía. Tenía receta de reposo absoluto de por vida", se lamentó.
Fue durante esos años de retirada cuando Cañadas decidió hacer una pausa: alejarse de los flashes, de los desfiles y de la vida pública.
Se mudó a México para intentar apartarse del ritmo frenético que añadía estrés a su ya delicado estado de salud. En 2014 nació su hija, Galia Santina. Nunca reveló la identidad del padre de la pequeña.
Su regreso a las pasarelas
Una vez que su salud mejoró lo suficiente, Esther comenzó a recuperar el contacto con la moda. Fue en 2020 cuando reapareció sobre la pasarela con Balmain, dando señales de que seguía siendo demandada por grandes marcas.
Ahora, a sus 48 años, ha vuelto a desfilar para Carolina Herrera en la Plaza Mayor de Madrid, y para Lola Casademunt durante la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.