El hartazgo de los agricultores provoca largas colas para llevarse patatas gratis en Lebrija, Sevilla: “Solo una bolsa por persona”
Un agricultor de Lebrija, Sevilla, regala más de 26.000 kilos de patatas de su cosecha a sus vecinos al considerar que no le sale rentable venderlas
Un agricultor sevillano regala las patatas que no le salía rentable vender: "Ha sido un día muy bonito"
SevillaLas puertas de la caseta municipal del municipio sevillano de Lebrija abrían a las 11:00, pero desde bien temprano el ambiente ya estaba revolucionado. Tras esas puertas no esperaba ninguna fiesta folclórica propia de ese recinto ferial, sino que dentro aguardaba la desesperación de un agricultor traducida en generosidad. Las largas colas que se han visto desde primera hora de la mañana eran para poder hacerse con parte de la cosecha de patatas de un vecino que no ha conseguido venderlas a un precio justo.
Este agricultor, que ha preferido no revelar su identidad, ha decidido regalar los 26.000 kilos de patatas que había cosechado este año al no conseguir un precio rentable por ellas. El dinero que le ofrecían no compensaba ni los gastos de producción, así que en lugar de dejar que su trabajo se echara a perder, ha optado por entregarlo a sus vecinos.
Este jueves, la caseta municipal se ha convertido en el punto de reparto, gracias al apoyo de seis voluntarios de Protección Civil, que han querido colaborar con el gesto abriendo el recinto y organizando la recogida: "en lugar de estar hoy en la playa con nuestras familias, estamos aquí para ayudar a este hombre y que las patatas lleguen a donde tienen que llegar", añade José María, dice José María, uno de ellos.
Solo una bolsa por persona
“Solo una bolsa, para que pueda llegar al máximo de personas posibles”, insiste entre sus vecinos. Mientras habla por teléfono, interrumpe un momento para reprender a uno: “solo una bolsa, tiene que llegar a todo el mundo”, porque es el único requisito, solo un bulto por persona. Del tamaño no se ha especificado nada, así que hay quien ha aparecido con cubas, sacos y hasta carros de la compra.
El éxito del llamamiento ha sido inmediato. Más de 400 personas se han hecho ya con su botín: "también han acudido vecinos de pueblos cercanos, como El Cuervo o Las Cabezas de San Juan", cuenta.
Una historia que se repite
El de este hombre no es un caso aislado. La historia se suma a la de David Beato, también en Lebrija, que la semana pasada abrió su finca al público para que cualquiera pudiera recoger patatas gratuitamente. Ambos gestos reflejan el hartazgo del sector primario, donde cada vez más agricultores optan por regalar sus productos antes que malvenderlos o dejarlos perder en el campo.
En esta ocasión, el drama de unos ha sido el mejor gesto para otros y varios colectivos del municipio sevillano se han visto beneficiados: "también se han hecho donaciones a instituciones como las Hermanas de la Cruz, las Hermanas Concepcionistas y el Asilo de San Andrés", extendiendo así el alcance del gesto.
No se pueden revender
Desde la organización insisten en que las patatas no pueden revenderse ni utilizarse con fines comerciales. Se trata de un acto solidario que busca que el trabajo del campo no acabe desperdiciado, y que lo que no puede venderse, al menos sirva para alimentar a muchas familias.