José María vuelve a casa tras perder 180 kilos: "Quiero ayudar a gente como yo"

CádizDespués un año ingresado, José María ha regresado esta semana a su casa de San Fernando (Cádiz). Es el mismo piso en el que vivía antes de ser rescatado por los bomberos, cuando pesaba 350 kilos y su vida pendía de un hilo. Pero la persona que ha vuelto nada tiene que ver con la que salió por una ventana y casi agonizando. Ahora tiene ilusión por vivir y por empezar de cero, además de la determinación de ayudar a quienes, como él, se han visto atrapados por la obesidad.

"Tenía miedo de venirme abajo al entrar, pero no fue así", cuenta. Esa primera noche en casa se le hizo eterna, sin poder conciliar el sueño. Pero en cuestión de días se ha acostumbrado de nuevo a su espacio, a sus rutinas y al silencio fuera del hospital. "Me estoy adaptando muy bien, mejor de lo que pensaba", asegura con satisfacción.

Hablar con él ha sido complicado, su caso ha generado tanto interés que su teléfono ha echado humo durante estos días. Tanto que no ha tenido ni tiempo de acercarse a la báscula, aunque es consciente de que algún kilo más habrá perdido en esta nueva etapa: "entré por la puerta pesando 169 kilos, pero seguro que alguno más he bajado, porque es por día", cuenta satisfecho.

"Me echan de casa"

Hace más de siete años que vive en ese piso sin adaptar del municipio gaditano. Hace unas semanas inició una campaña en sus redes sociales solicitando ayuda y mano de obra para hacer algunos arreglos básicos. "Tengo a gente dispuesta a ayudarme", asegura, así que lo primero que pretendía hacer es cambiar la bañera por una placa de ducha, pero ahora no sabe si podrá hacerlo.

Cuando llamó a su casero para pedirle permiso recibió una respuesta que no esperaba: "necesito el piso en dos meses". Así que la nueva vida de José María ha empezado con otro obstáculo que espera poder saltar sin mucho esfuerzo. "Estoy al corriente de pago y no sé en qué quedará todo".

Quiere trabajar y ayudar a otros

Durante su estancia en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz, ha cumplido 50 años. Vive de una pensión de orfandad que le permite mantenerse a bordo sin grandes pretensiones. No le importa. Pero echa de menos trabajar y le encantaría volver a hacerlo: "siempre he cuidado a personas mayores, pero cuando cumplí 33 años, y caí enfermo, tuve que dejarlo", lamenta.

Es su próxima meta, y quizás esta también la consiga, porque ahora es capaz de todo. "Sé que soy ejemplo para mucha gente que ha pasado o está pasando por la misma situación que yo he vivido, y muchos seguro que piensan que si yo pude hacerlo, ellos también", y esa sensación le alimenta como ninguna otra cosa.

Por eso le encantaría poder ayudar a los demás creando una Asociación o algo por el estilo que le permita impartir terapias y contar su experiencia. Porque pese a las dificultades, su mirada está puesta en el futuro. José María ha vuelto a casa y tiene toda la vida por delante.

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