Manuel Barragán, el joven trianero que convierte las servilletas de los bares en arte

Servilletas pintadas a boli por Manuel Barragán. Redacción Andalucía
  • El joven sevillano, a sus 23 años, se ha hecho viral por los dibujos realistas que hace a boli en servilletas de bares y tabernas

  • Estos días expone sus dibujos en una taberna de Triana para recaudar fondos con fines benéficos para una hermandad de Sevilla

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SevillaEn el barrio de Triana (Sevilla), donde la vida bulle entre tabernas, puentes y callejuelas, un joven de 23 años ha transformado lo más cotidiano en una sorprendente forma de arte. Manuel Barragán, pintor, diseñador e ilustrador, ha encontrado en las servilletas de los bares su lienzo más auténtico y personal.

"Todo nació de forma espontánea", explica Manuel. "Unos amigos, una servilleta, un bolígrafo y una cerveza bien fresquita", es todo lo que necesitó para inventar una nueva técnica de pintura, a la que llama "de servilletas maneras": "siempre me ha gustado dibujar en cualquier superficie, de pequeño me aburría y mis padres me daban un rotulador para que pintara en cualquier sitio, en manteles, en servilletas... lo que fuese". Y así lo ha seguido haciendo de mayor.

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El resultado impresiona a todo aquel que se cruza con su trabajo, verdaderas obras de arte hechas en la barra de cualquier bar que bien perecen los más cotizados cuadro de una galería: "solo son servilletas", dice humildemente.

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Las servilletas están expuesta en una taberna de Triana

Su evidente talento se ha ido consolidando desde bien joven. Lo ha demostrado primero en talleres locales y después en la Escuela de Arte de Sevilla, donde perfeccionó la técnica que hoy plasma en carteles de hermandades, diseños de bordados, orfebrería y todo tipo de ilustraciones.

Pero fueron precisamente las servilletas las que le han dado una notoriedad que no esperaba: "Un día subí algunas a X y empezaron a compartirse. Mis amigos me animaron a crear la cuenta ‘De servilletas maneras’ y desde entonces todo ha ido muy rápido".

Ahora, la creatividad de Manuel se ve reflejada en una colección de servilletas que bien podría parecer un microcosmos de Sevilla. Forman parte de una exposición que estos días cubre las parede de la Taberna Chiguato, en su barrio. En ella recrea la vida cofrade con la Estrella, San Gonzalo o el Cachorro, homenajes a personajes como Lola Flores, Camarón o Los Morancos, y paisajes icónicos como la Torre del Oro, la Giralda, el Puente de Triana o la calle Betis. También hay guiños al fútbol, con escudos de Sevilla y Betis, y retratos de feriantes, flamencos y rocieros.

Cada pieza nace en un bar y en un bar se queda, porque así lo quiere su dueño: "soy consciente de que solo son servilletas y no voy a elevarlas a ningún otro nivel, por eso creo que un bar es la mejor sala de exposiciones en las que podría exhibirlas", insiste.

"Siempre regalo las servilletas a amigos o a la persona con la que las pinto. Es un recuerdo de la conversación, del rato compartido, de la cerveza que estábamos tomando… un trocito de mí que se queda con ellos", afirma Manuel.

Servilletas solidarias

El artista no solo crea por el placer de hacerlo, sino que también busca aportar algo a la comunidad. La exposición que estos días puede verse en Triana está creada a beneficio de un proyecto de caridad de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, su hermandad, que ayuda a jóvenes del Polígono Sur a continuar sus estudios. "Es algo bonito, poner mi granito de arena para ayudar a chavales de mi edad que no han tenido la suerte que yo tuve", comenta.

Así que entre el bullicio, los brindis y las risas descansan ahora las pequeñas y frágiles obras de arte que tan curiosamente ha ido realizando en los últimos tiempos. Desvela que la rapidez y espontaneidad son la clave de su trabajo. Tarda en crear cada dibujo entre cinco y quince minutos, "el tiempo justo para que no se me caliente la cerveza", bromea. "Siempre llevo un bolígrafo encima, porque nunca sabes cuándo vas a acabar pintando una servilleta. Pero tiene que ser espontáneo, no puedo forzar nada", explica.

Un minucioso trabajo en el lienzo más cotidiano

La técnica y el detalle en sus servilletas son exquisitas. Los dibujos parecen casi fotografías, y poseen un realismo que sorprende. Y es que, a pesar de su juventud, Manuel ha logrado combinar su formación académica con la pasión personal para crear tanto arte.

Ahora su mirada va más allá de Sevilla. "Me queda mucho por hacer. Quiero abrir campo y pintar otras temáticas fuera de Andalucía. Hay infinitas posibilidades. Mientras haya una cerveza fresquita, voy a seguir pintando", asegura con entusiasmo.