Sanidad

Seis meses de rehabilitación tras sufrir cuatro ictus no son suficientes para Teresa: "Necesita más tiempo y no vamos a tirar la toalla"

Teresa, la vecina de Huelva que pide continuar con la rehabilitación tras haber sufrido un ictus
Teresa, la vecina de Huelva que pide continuar con la rehabilitación tras haber sufrido un ictus. Redacción Andalucía
  • Teresa, vecina de Huelva de 70 años, sufrió su cuarto ictus el pasado diciembre y, tras varios meses de rehabilitación, ha visto interrumpido su tratamiento

  • Su marido, Jesús, denuncia la situación y ha escrito al Defensor del Pueblo y al presidente de la Junta de Andalucía para pedir que se reanude la fisioterapia

Compartir

HuelvaTeresa tiene 70 años y su historia está marcada por la fortaleza y el esfuerzo. Durante años trabajó en la lavandería del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, el mismo centro en el que, el pasado 27 de diciembre de 2024, tuvo que ser ingresada tras sufrir su cuarto ictus. Esta vez, las secuelas han sido más severas que nunca y han cambiado por completo su vida y la de su marido, Jesús, que se ha convertido en su principal cuidador.

Después de más de un mes ingresada en el Hospital Vázquez Díaz (dependiente del Juan Ramón Jiménez), Teresa comenzó un programa de rehabilitación de tres días semanales. Las sesiones duraban una hora y le ayudaban a recuperar poco a poco parte de la movilidad perdida. Sin embargo, medio año después, el tratamiento ha sido interrumpido.

PUEDE INTERESARTE

"En el hospital nos dicen que no pueden hacer más, que no hay más avances, pero no estamos de acuerdo",, explica su marido, que asegura haber visto progresos significativos. Jesús sostiene que, aunque el brazo izquierdo de Teresa sigue completamente inmóvil, su pierna mostraba mejoras. "No pido que la rehabilitación sea eterna, pero si siguen un poco más pueden cambiar su vida y la mía, que ahora mismo está completamente dedicada a ella", lamenta.

Desde entonces, la familia ha optado por pagar de su bolsillo sesiones privadas con un fisioterapeuta que acude una vez por semana a su domicilio. "No es suficiente y tampoco podemos permitirnos más", reconoce Jesús, que insiste en que continuar con la rehabilitación marcaría una gran diferencia en la autonomía de su esposa.

PUEDE INTERESARTE

Una carta al presidente de la Junta y al Defensor del Pueblo

Ante la negativa del hospital, Jesús ha decidido no rendirse. En su empeño por lograr que Teresa pueda seguir con su tratamiento, ha escrito cartas tanto al Defensor del Pueblo Andaluz como al presidente de la Junta de Andalucía. En una de ellas, redactada a mano en un folio, expresa su frustración y su esperanza al considerar injusto que se dé por cerrada la rehabilitación cuando, según su experiencia, aún hay margen de mejora.

El gesto, sencillo pero cargado de emoción, refleja la desesperación de un marido que confía en los avances que su mujer aún puede lograr. "No estoy dispuesto a tirar la toalla", afirma Jesús, convencido de que cada pequeño paso que Teresa dé hacia su recuperación merece el esfuerzo.

La respuesta del hospital

Desde el Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez han respondido a la consulta sobre el caso. En un comunicado explican que, por indicación médica, Teresa "ha recibido un amplísimo tratamiento integral y continuado de fisioterapia y terapia ocupacional", desarrollado durante el tiempo que el equipo médico consideró adecuado.

El centro sanitario asegura que la paciente continuará siendo atendida mediante revisiones periódicas y que la familia ha sido informada "de forma clara y detallada" sobre su evolución, pronóstico y plan de seguimiento. "Reafirmamos nuestro compromiso con una atención centrada en la persona, ofreciendo cuidados especializados desde un enfoque respetuoso y cercano tanto con los pacientes como con sus familias", añade el hospital.

Entre la esperanza y la impotencia

Para Teresa y su familia la situación es injusta porque aún tienen esperanza. Ella, acostumbrada a levantarse tras cada caída, ve como ahora no tiene dónde agarrarse para volver a ponerse en pie. Una compleja situación que se da cuando los tratamientos públicos de rehabilitación llegan a su fin, especialmente en pacientes con secuelas neurológicas graves. Aunque los equipos médicos determinan los tiempos según los criterios clínicos y la evolución del paciente, para los familiares resulta complicado aceptar el cierre de un proceso cuando perciben que aún existe posibilidad de mejora.

Es lo que vive Jesús cada día que dedica su tiempo y su energía a cuidar de Teresa, a estimularla, a ayudarla a moverse dentro de casa y, en definitiva, a todo: "su calidad de vida mejoraría mucho si pudiera seguir", repite.