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Julio Alberto, el maestro jerezano transforma la Semana Santa en muñecos de crochet: "No estaba bien visto que un hombre tejiera"

Julio Alberto Heras junto a alguna de sus creaciones de crochet. Redacción Andalucía
  • Julio Alberto Heras, jerezano de 37 años, transforma la Semana Santa en muñecos de crochet, enfrentándose a un mundo tradicionalmente asociado a mujeres

  • A través de su proyecto "Amigurumi Cofrade", el artesano diseña y teje figuras religiosas y penitentes de distintas ciudades

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CádizJulio Alberto Heras es un jerezano de 37 años que vive rodeado de agujas, ovillos de lana y patrones que él mismo diseña. Con esas herramientas se dedica cada día a darle vida a unos muñecos muy especiales. Se les conoce popular y genéricamente como "amigurumis", muñecos de crochet tejidos a mano que en las de Julio se convierten en toda una exposición de arte sacro. Porque sus muñecos están inspirados en la Semana Santa de Jerez y de otras ciudades andaluzas.

Una afición que a este maestro y psicopedagogo le ha permitido encontrar en la lana un espacio creativo en el que combinar su pasión por las manualidades y su amor por las tradiciones cofrades. "Desde pequeño me han gustado las manualidades, jugar con la creatividad. Siempre me había llamado la atención hacer muñecos", cuenta Julio Alberto. Así que tras terminar la universidad, comenzó a experimentar con muñecos de fieltro, pero quería más.

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Se empeñó en darles volumen, y después de mucho probar descubrió los amigurumis. "Lo primero que tejí fue viendo vídeos de YouTube, y me encantó. De eso hace más de diez años y no había tantos tutoriales. Quería hacer algunos muñecos, pero no encontraba el patrón, así que decidí diseñar yo los míos, y eso me encantó aún más", recuerda.

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Patrones propios e improvisados que comparte con aficionados de todo el mundo

Desde entonces, diseña todos los amigurumis que teje y lo hace muchas veces sobre la marcha. "Tengo la idea y la voy tejiendo, y ya después apunto el patrón que he utilizado", explica. Además, una vez hecho, no se lo guarda para sí, sino que comparte sus creaciones en redes sociales y en su canal de YouTube, donde publica tutoriales para que otros aprendan sus técnicas. "Recibo comentarios muy bonitos de personas que tejen con mis tutoriales, sobre todo de México y Latinoamérica, y eso me anima mucho a seguir creando", afirma.

Durante estos años ha tejido de todo. Animales, personajes, adornos de Navidad, mantas y belenes, pero su proyecto actual se centra en la Semana Santa. "Hace unos años se me ocurrió hacer figuras tejidas a crochet. Hice la imagen de la Borriquita y el paso, y a partir de ahí me pidieron más imágenes", cuenta. "Después subí a TikTok un vídeo enseñando un Cristo que había tejido y recibió mucha aceptación", así que nació en ese momento "Amigurumi Cofrade".

Y a eso es a lo que más tiempo dedica en estos momentos. Es su gran proyecto personal, muñecos cofrades tejidos a mano. No hay motivo procesional que se le resistía, ha llegado a crear imágenes de diferentes pasos y cofradías, así como pequeños penitentes y nazarenos de Jerez, Sevilla, Badajoz, Valencia, Huelva y Málaga. El próximo paso será poder venderlos a través de su página web, que ya está en construcción.

Desenvolverse es un mundo tradicionalmente de mujeres

Pero no todo ha sido fácil. A pesar de su talento, reconoce que ha tenido que superar inevitables prejuicios: "Cuando tenía 14 o 15 años me llamó la atención coger un ovillo de lana y dos agujas y ponerme a tejer, pero lo tuve que dejar porque socialmente no estaba bien visto que un hombre tejiera", lamenta Por suerte nunca le afectó más de la cuenta y siguió adelante con su pasatiempo favorito: "siendo adulto, desarrollé mi propia personalidad y dejó de importarme lo que la gente opinara", confiesa. Por eso, hoy se muestra abiertamente en sus redes sociales y en sus distintos canales de divulgación.

No es un arte heredado como tal, aunque Julio Alberto proviene de una familia en la que la costura y las manualidades siempre estuvieron presentes. "He vivido siempre rodeado de mujeres cosiendo, mi madre, mis tías, que hacían su propia ropa y realizaban ropa a medida para los demás", pero de crochet no recuerda rastro. "Estar rodeado de esa creatividad siempre impulsó mis ganas de inventar cosas y hacer manualidades", asegura.

Aunque todavía no se dedica profesionalmente a la artesanía, Julio Alberto dedica todo el tiempo posible a este proyecto y espera poder vivir de ello algún día. "El crochet y los amigurumis me permiten expresar mi creatividad". Porque con cada muñeco, el joven jerezano demuestra que la creatividad puede abrir caminos en un mundo en el que aún sorprende ver a un hombre tejiendo.