El legado de Mercè Rodoreda en La Ruïna, guardería de su hijo y luego okupada en la Bonanova
Jordi Gurguí es el hijo de la escritora catalana y fue propietario de una finca donde instaló una guardería que cerraría años después
El hijo de Rodoreda acabó vendiendo el edificio, donde su madre solía acudir tras sus viajes de Ginebra (Suiza)
La jueza ordena desalojar La Ruïna, uno de los edificios okupados de la Bonanova
BarcelonaEn el interior de la torre modernista de la plaça Bonanova conocida como La Ruïna residen okupas desde hace 15 años, aunque la jueza ya ha ordenado su desalojo. Un bloque inmerso en un conflicto entre vecinos, antisistema y Desokupa, tras convertirse el palacete en artefacto electoral para el 28M, y que en su día formó parte de la familia de Mercè Rodoreda, una de las escritoras contemporáneas de lengua catalana más influyentes.
Rodoreda (1908-1983) se crio en el barrio de Sant Gervasi y en sus obras literarias supo retratar sus rincones, con todo su carácter y esencia. Escenarios de la capital catalana que trasladan al lector a los textos, aunque en la plaza de la Bonanova de Barcelona también hay un lugar que guarda un vínculo desconocido con la escritora y acapara actualmente el foco mediático.
Se trata de La Ruïna, que en su día habría pertenecido a su marido y tío materno Joan Gurguí, que disponía de numerosas viviendas por la ciudad.
Con el tiempo, el bloque pasó a manos de su hijo Jordi, quien abrió la guardería Flipper y que su madre visitaba cuando regresaba de Ginebra (Suiza) -su residencia desde 1954-, como ha explicado el centro social okupado a través de las redes sociales.
En el álbum biográfico de la escritora aparece una foto de la propia Mercè Rodoreda en el jardín de la guardería en el año 1969, cuando recibió el Premio Ramon Llull de novela por La calle de las Camelias, galardonado con el Premio Sant Jordi.
Este nexo con el edificio actualmente blindado por los Mossos d'Esquadra, a la espera de que La Ruïna tenga una fecha concreta de desalojo, llegó a su fin cuando el hijo cerró la guardería y vendió el edificio.
Los okupas también han destacado el paso de la escritora Montserrat Roig por el palacete, donde trabajó. "Ahora hay una biblioteca autogestionada donde tenemos varias obras de Roig y Rodoreda", han explicado a sus seguidores.
A la espera del desalojo
El Juzgado de Primera Instancia 39 de Barcelona aceptó este martes la demanda de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) por la ocupación del edificio de la plaza Bonanova.
La sentencia puede recurrirse en un plazo de 20 días y, una vez sea firme, el juzgado la trasladará al Servicio Común de Actuaciones Civiles (SAC) para que fije una fecha de desalojo. Esta sentencia es el resultado de la vista por la demanda que se celebró el miércoles de la semana pasada, cuando la jueza descartó suspender el procedimiento judicial como pedían los okupas.