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Una carta contra el abandono escolar para cada diputado del Parlament de Cataluña: "Nadie me preguntó qué me pasaba"

Una carta contra el abandono escolar para cada diputado del Parlament de Cataluña
Una carta contra el abandono escolar para cada diputado del Parlament de Cataluña. Fundació Bofill
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BarcelonaMás de un centenar de jóvenes han entregado cartas dirigidas a la mesa del Parlament de Cataluña, en las que explican las trabas que sufren para seguir estudiando y piden medidas contra el abandono escolar prematuro , un problema que en el último año afectó a 70.000 personas.

Cada uno de los 135 diputados del Parlament catalán recibirá las cartas tras un acto en el que el presidente Josep Rull ha estado junto a una representación de los jóvenes que durante la última semana han participado en talleres de cartas para relatar su experiencia educativa personal.

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Ha sido el caso de Eliel, de 20 años y de Barberà del Vallès, una de las 135 personas que ha entregado la carta y en su caso la ha leído a las puertas del Parlament: "Desde pequeño, aprender siempre me ha fascinado, aunque nunca pude demostrarlo del todo. He pasado por problemas personales y también por una gran desmotivación a la hora de ir a clase".

"¿Qué hubiera pasado si ese orientador no hubiera aparecido nunca?"

En el escrito, el joven recuerda su época en el instituto, donde era feliz a la hora de Matemáticas y al cabo de un rato salía del aula para no regresar a la clase de Inglés: "Era una desmotivación constante, hasta el punto que mi nivel empezó a bajar en todas las asignaturas y acabé suspendiendo en el segundo trimestre de Tercero de la ESO nueve".

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Esta situación le acabó pasando factura al próximo curso: "Me sentía desmotivado y solo en clase. Nadie se preocupaba por lo que me estaba pasando y no me preguntaron qué me pasaba, creo que era bastante obvio porque no es normal que un chico al que se le ve que está prestando atención en clase llegue a final de curso con nueve suspendidas. Al final recuperaba, ¿pero a qué coste? Acabé repitiendo cuarto".

Ese año, Eliel logró hacer un cambio gracias a la figura de la orientadora del centro educativo: "Me sugirió bastante que fuese al psicólogo. Cambió mi personalidad, ánimo y orgullo de ser. Pude permitirme ir al psicólogo, ¿pero qué hubiera pasado si no tuviese el poder adquisitivo de ir al psicólogo y no hubiese ido? ¿Y qué hubiera pasado si ese orientador no hubiera aparecido nunca?".

"Queremos seguir estudiando pero tenemos problemas económicos"

Su relato y el de otros jóvenes atestiguan las principales trabas que impiden continuar estudiando en Cataluña. La Fundació Bofill destaca las barreras económicas, donde el alumnado de hogares con menos renta abandonan seis veces más; la descoordinación entre servicios, la desorientación al acabar la ESO y elegir por desconocimiento o prejuicios, lo que conlleva más abandono; las dificultades de aprendizaje o la invisibilidad.

En el caso de Angie, de 16 años, explica que "queremos seguir estudiando pero tenemos problemas económicos y echamos de menos apoyo ", mientras que Jarule confiesa que "odiaba cuando me separaban de mi clase normal en el aula de 'supuesta' ayuda" y agradece que haya "un acompañante por las clases normales para poder preguntar".

Asimismo, otros jóvenes también piden “más explicaciones sobre cómo funcionan los estudios, un seguimiento personalizado, información sobre los cursos que vienen después de la ESO, tutorías individuales o que se mejoren las instalaciones”.

Cada caso es diferente, como relata Aitor en otra carta, pero hay algo que se repite: "La falta de motivación y la presión para cumplir unas expectativas que a menudo resultan inalcanzables ". Por eso piden dar más importancia al bienestar emocional de los alumnos y normalizar que cada persona tiene su propio ritmo".