Halloween

La 'extreme house' de Horrorland, una experiencia de 'supervivencia' más allá del miedo: "Les gusta salir con marcas de guerra"

La 'extreme house' de Horrorland, 'sobrevivir' a una experiencia más allá del miedo. Cedida
  • El público firma un consentimiento legal en el que se asume "el riesgo de una lesión grave y/o de muerte" durante la experiencia

  • David Moreno y Cristina Raya son los creadores del mejor parque del terror de Europa, ubicado en Barcelona: "Para algunos es una experiencia brutal y para otros desagradable"

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BarcelonaLa noche más terrorífica del año se vive en Halloween, aunque en Barcelona el miedo y los gritos desgarradores cogen otra dimensión gracias a Horrorland, el mejor parque de terror de Europa que cuenta con una experiencia extrema individual donde el público firma un consentimiento legal en el que se asume "el riesgo de lesión grave y/o de muerte".

La extreme house forma parte de una de las ocho experiencias que incluye Horrorland, aunque es la única que para entrar tiene un precio extra, y en el que es necesario firmar un documento que avecina el auténtico terror que está por venir: una experiencia individual solo apta para mayores de 18 años repleta de "contenido sensible, hiriente y perturbador".

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"Les decimos miles de cosas que les pueden pasar. Al final, el terror juega más con la sugestión que con la acción. Hay gente que sale y dice que pensaba que pasaría más miedo o le dolería más. Y otros que salen totalmente escandalizados. Es algo totalmente subjetivo", explica a Informativos Telecinco David Moreno, quien creó Horrorland en 2018 junto a Cristina Raya.

Sangre, vómitos y pelo rapado

A diferencia del resto de atracciones del parque ubicado en la Illa Fantasia de Barcelona, la extreme house es una experiencia donde el terror no es el único miedo que sienten las 180-200 personas que a diario 'sobreviven' a una vivencia en la que salen "completamente" manchados de sangre falsa y salpicaduras que parecen vómitos. Aunque otros, incluso, han llegado a salir con el pelo rapado tras dar su consentimiento.

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"La gente también firma que puede morir cuando le van a operar. Es una medida legal y forma parte del juego psicológico. No se nos ha muerto nadie. Es sugestión pura y dura y lo queremos transmitir es un estado de de sugestión máxima", añade el artífice de una experiencia repleta de lenguaje insultante pese a que todo forma parte de una teatralización.

Una prueba que desafía todos los sentidos de los amantes del terror, donde las emociones fuertes están a flor de piel: "Lo que la gente necesita es decir que ha estado aquí y tener su foto de cómo ha entrado y cómo ha salido lleno de sangre y hecho un cristo. Si no lo hacen en Horrorland, que es un parque de terror, raramente se tirarán todo por encima y parecerán Carrie saliendo en la escena final de la película".

Palabra de seguridad

Esta intensidad varía y es "totalmente regulable" por el propio visitante, quien tiene la última palabra de decidir qué hacer una vez se expone al terror de manera solitaria en la extreme house, que cuenta con una palabra de seguridad en caso de que el miedo sea un impedimento para acabar la actividad.

"Este año al ser sobre exorcismo ha sido ‘penitencia’. El año pasado era 'soy vegano' porque estabas en un matadero y vivías el proceso con los roles invertidos, donde los animales mataban a las personas", admite David Moreno. Todos son sorpresas para el público en una experiencia repleta de actores con diferentes roles. "Tenemos dos personas expertas en BDSM, las prácticas de clubes de sadomasoquismo, y esta gente saben utilizar los látigos para que hagan mucho ruido".

De la excitación al horror

Durante el pasaje, los sentimientos varían dependiendo del propio público: "Hay gente que incluso se puede excitar, otros se escandalizan y se horrorizan. Por eso crea tanta polémica y controversia. Para algunos es una experiencia brutal y para otros desagradable".

En la entrada, algunos optan por entrar desnudos. "Tienen la opción de entrar así para no ensuciarte la ropa, pero nadie te dice con punta de pistola que te desnudas o no entras. Cada uno hace lo que quiere y a partir de ahí proponemos ciertas cosas", afirman desde Horrorland.

Una prueba donde la imaginación es el punto de partida para superarse en cada edición, aunque las expectativas la superan con creces los propios visitantes año tras año: "Pusimos comida de perro porque tenías una cita con el ‘hombre perro’. Pensábamos que solo lo olerían, pero me dijeron que no quedaba pienso porque la gente se lo había comido".

Una "experiencia de vida", apta para personas en silla de ruedas

Lo mismo ocurre con rapar a los clientes, una propuesta que llevaron a cabo el año pasado donde el público decidía el nivel de experiencia que quería que tuviese el pasaje, de una X a tres X. "Como era un matadero, propuse 'esquilar' a la gente. Había una chica que era peluquera canina y les hacía formas fálicas y raras en la cabeza. Estaban encantados, les gusta salir con marcas de guerra", recuerda David Moreno.

Anécdotas que también dan pie a vivir actos de bondad entre tanto terror: "Antes de rapar preguntamos si están seguros, que es de verdad. Entonces lo hacemos. Y hubo una chica que se cortó una cola muy larga e hizo una donación para hacer pelucas para gente que estaba en tratamiento".

Una "experiencia de vida" también para personas en sillas de ruedas, que pueden disfrutar de la prueba adaptada: "Hay una persona que cada año viene y dice que lo que siente en la extreme house no lo puede sentir en la vida. Hacemos todo el recorrido adaptado porque sabemos que ella viene y es su momento más importante del año. No le podemos fallar".

"Es un producto deficitario"

Esta vivencia marca a un público donde la intensidad de la experiencia es mayor por el hecho de vivirla en solitario. "Cuando vas solo puedes gritar porque lo que pasa allí solo lo vives tú y un actor, que es anónimo y no volverás a ver nunca más. Te puedes sentir libre y mostrarte sin pudores. Si fuese con otra persona no sería la misma experiencia".

Esto hace que la prueba tenga "un punto liberador y de terror porque estás solo ante el peligro", aunque no todos se atreven a pasar por la atracción que tiene un coste extra de 20 euros: "Al parque entran 2.000 personas y a la extreme house entre 180-200, no se puede más por una cuestión de aforo. Para mí no es un negocio. Es el único producto deficitario, pero es una herramienta de marketing que funciona".

"No recomendamos hacer esta experiencia"

De hecho, es un público minoritario al que va dirigida la actividad. "Nosotros no recomendamos hacer esta experiencia. Mi mujer y yo, como creadores, no la haríamos como público. No tengo ganas de que me manchen o pasarlo mal. Pero hay un tipo de público que le encanta, lo necesita", admite David Moreno.

Pese a ello, los visitantes de Horrorland que disfrutan entre tanto miedo de las siete atracciones, también están al tanto de la extreme house aunque no se atrevan a entrar en ella: "Al lado tenemos una barra donde servimos comida y bebida, mucha gente va a la salida a mirar como acaba la gente. Tipo 'voyeur' total. Mi negocio está más ahí que en los tickets de la experiencia", culmina el creador de un parque de terror que cada año para Halloween genera incógnitas y, sobre todo, mucho miedo.