Bodas

Del 'sí, quiero' a esquiar: las 'emociones de blanco' de Clàudia y Jordi, la pareja que organiza bodas en la nieve

Del 'sí, quiero' a esquiar: las 'emociones de blanco' tras casarse en la nieve. Cedida
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BarcelonaCasarse es un recuerdo de por vida que una pareja catalana lleva un paso más allá desde los Pirineos. Concretamente, desde la nieve, donde Clàudia y Jordi organizan bodas a todo tipo de parejas que confían en 'Emocions de Blanc' para unirse en matrimonio en plena naturaleza.

Clàudia y Jordi se encargan de crear experiencias y momentos únicos alrededor de la pareja que se casa en un entorno natural donde las cuatro estaciones del año esconden mil alicientes para disfrutar de un día inolvidable. Un escenario "insuperable" donde tienen controlado cualquier mínimo detalle más allá de buscar flores y espacios, aunque hay una parte imprevisible que no depende de ellos.

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"Si te quieres casar en invierno en el Pirineo o cualquier otra zona montañosa, tienes que tener claro que puede haber nieve o ser un invierno seco y que no haya mucha y pillar un día de niebla. Tienes que estar conforme con cualquiera de estas opciones y convencido de que pase lo que pase estarás contento", explican los creadores del proyecto en una entrevista a Informativos Telecinco.

Con vestidos de boda y calzado de nieve

Estas condiciones meteorológicas no suponen un problema para aquellas personas familiarizadas con los esquís en pleno invierno: "Un casamiento de entrada ya es a nivel visual muy chulo, pero en la nieve todavía más. Ese día tenemos que estar allí muy temprano porque hay una logística que tienes que preparar antes, es todo muy diferente. Y dependes de un remonte de una estación, no es de libre acceso como puede ser otro espacio".

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Para Jordi, uno de los momentos más curiosos es cuando llegan los invitados y empiezan a coger el remonte: "Van todos vestidos de boda, pero simplemente con el calzado de nieve. Seguramente, debajo llevan térmica y la novia va con vestido blanco y el novio con traje".

Una escena que no pasa desapercibida para el resto de esquiadores de la estación en cuestión: "Se dan cuenta de que allí va a pasar una cosa diferente. No hemos encontrado que desde el remonte la gente grita o aplaude. Incluso han llegado a poner música por el altavoz de la estación".

"Encajan perfectamente en otro espacio de boda más convencional"

Un día único donde el frío también juega su papel: "La novia tiene el vestido, pero después tiene como una chaqueta para ponerse encima por si refresca o lo que sea. Lo único que sería diferente en la vestimenta es que todo el mundo va con gafas de sol que no son las de esquí, y después la tabla de esquí o de snow. Si pones a esta gente en otro espacio de boda más convencional, encajan perfectamente".

Una vez en la ceremonia, todo está a gusto de los novios: "Puedes hacerla al aire libre y tener vistas, con una decoración muy de montaña. Hemos llegado a poner las típicas mantas como de lana en los bancos para hacer un estilo más nórdico". Sin embargo, "el momento preferido de la pareja es cuando se esquía".

También para algunos invitados: "Te puedes imaginar un grupo de 30 personas esquiando, todos vestidos con traje o con vestido, y delante la pareja. Y aquí otra vez es cuando la gente de la estación te aplaude, te pica con los palos y hace ruido". Estas bodas atraen a la Cerdaña, Andorra o Girona a parejas de todos los rincones del mundo.

Clientes de todo los rincones del mundo

"Tenemos un perfil de cliente de 50% de parejas locales y 50% de fuera, que son mayoritariamente de Estados Unidos. Ahora empiezan a venir bastantes también de Asia y Suecia", explica Jordi, quien desconoce el motivo por el que los suecos tienen "una fuerte vinculación" con esta experiencia nupcial.

Sean de un lugar o de otro, al novio y a la novia les une el amor por el esquí, la montaña o la nieve: "Nos hemos encontrado también que de alguna manera les ha unido mucho porque, por ejemplo, uno de los casamientos que hicimos se conocieron en Andorra esquiando".

De hecho, la propia pareja en el mismo día de casamiento puede disfrutar de esta pasión. "No suelen tener momentos para disfrutar de la tranquilidad porque están estimulados de invitados y cosas por hacer. Pero nosotros tomamos un segundo de calma para que la pareja pueda ver realmente qué chulo está todo, que los invitados están ahí e, incluso, esquiar", culminan Clàudia y Jordi sobre unas bodas donde disfrutan del esquí tras el 'sí, quiero'.