Eventos astronómicos de este invierno: de un eclipse total al 'beso' de la Luna y Júpiter

El cielo al anochecer, durante el invierno, alberga algunas de las constelaciones más famosas, repletas de estrellas brillantes
Las mejores fechas para observar planetas será el 28 de febrero
El fenómeno conocido como el 'beso' de la Luna y Júpiter se repetirá en otras dos ocasiones este invierno: el 7 de febrero y el 6 de marzo de 2025
El cambio de estaciones ocurre habitualmente entre el 21 y 22 de diciembre. Este año, el comienzo del invierno en el hemisferio norte se dio con el solsticio de invierno el 21 de diciembre a las 10:21 horas, según el Observatorio Astronómico Nacional. El invierno, que coincide con la llegada del nuevo año, tiene una duración aproximada de 88 días y 23 horas, y finalizará el 20 de marzo de 2025, dando paso al inicio de la primavera.
Como señala el Observatorio Astronómico Nacional, el día del solsticio de invierno es el que marca la menor cantidad de horas de luz del año, es decir, la noche más larga. Esto ocurre porque la Tierra alcanza el punto de su órbita en el que el sol alcanza su máxima declinación hacia el sur.
MÁS
Por esta razón, el invierno se convierte en la mejor temporada para disfrutar de los eventos astronómicos en el hemisferio norte.
Visibilidad de planetas
Justo al inicio de la estación, Saturno y Júpiter se han dejado ver al anochecer. Los dos gigantes gaseosos han sido fácilmente observables a simple vista. Sin embargo, a mediados de febrero, Saturno comenzará a desaparecer del cielo vespertino. Durante marzo, Mercurio hará una breve aparición, y la estación culminará con Júpiter y Mercurio aún visibles al anochecer.
En cuanto al cielo matutino, el invierno comenzó con Venus como único planeta visible. A finales de diciembre, Marte emergió en el horizonte este, mientras que Mercurio también se mostró brevemente y continuará su presencia en enero. Al final de la estación, Venus desaparecerá en el resplandor del alba, dejando a Marte como el único planeta visible. Las mejor fecha para observar estos planetas será el 28 de febrero, durante la luna nueva de invierno, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan.
Estrellas brillantes
El cielo al anochecer durante el invierno alberga algunas de las constelaciones más famosas, repletas de estrellas brillantes. Entre ellas destaca Orión, con la imponente Betelgeuse, de tonalidad variable; Tauro, con la rojiza Aldebarán; Can Mayor, hogar de Sirio, la estrella más brillante de la noche; y Géminis, que alberga a la célebre pareja Cástor y Pólux. La unión de estas estrellas con otras cercanas forma un asterismo conocido como el "hexágono del invierno", un patrón característico de los cielos invernales.
Como en el caso de los planetas, las mejores noches para observar estas estrellas son aquellas con luna nueva. Pasada la del 30 de diciembre y 29 de enero, la fecha clave será el citado 28 de febrero, siempre que el clima lo permita.
Lluvias de meteoros
El invierno es, por otra parte, una temporada en la que se producen dos lluvias de estrellas destacadas: las úrsidas y las cuadrántidas. Las primeras alcanzaron su máximo entre el 17 y el 26 de diciembre, con un pico de actividad hacia el 22 de diciembre. Aunque su tasa de meteoros varía entre 10 y 50 por hora, y su velocidad es de unos 33 kilómetros por segundo, suelen pasar desapercibidas debido a que coinciden con las lluvias de meteoros de mayor intensidad, como las gemínidas (que ocurren una semana antes) y las cuadrántidas (dos semanas después).
Los meteoros de las úrsidas provienen del cometa 8P/Tuttle, descubierto en 1858, y cada año la Tierra atraviesa un anillo de fragmentos desprendidos por este cometa en pasadas cercanas al Sol. Cuando estos fragmentos entran en la atmósfera, se vaporizan debido a la fricción con el aire, produciendo el resplandor característico de los meteoros. El radiante de esta lluvia se encuentra cerca de la estrella Kocab en la constelación de la Ursa Minor (Osa Menor).
Por otro lado, las cuadrántidas, que se dejaron ver entre el 28 de diciembre y el 12 de enero, son la primera lluvia de meteoros del año en el hemisferio norte. Su máxima actividad ocurre el 3 de enero, cuando la Tierra pasa por una zona de su órbita donde se encuentran los restos del asteroide 2003 EH.
Las partículas de hielo, polvo y rocas que entran en contacto con la atmósfera crean destellos visibles en el cielo, dando lugar a los meteoros o cuadrántidas. Esta lluvia es considerada la más espectacular del año debido a la frecuencia de meteoros por hora, que oscila entre 80 y 100.
El baile de Júpiter
Júpiter, el gigante gaseoso y el mayor planeta del sistema solar, brilló con fuerza en el cielo vespertino el 10 de enero, acompañado por una luna resplandeciente que pasó de la fase de cuarto creciente, alcanzada el 7 de enero, a la de luna llena el 13 de enero. Ese fenómeno, conocido como el 'beso' de la Luna y Júpiter, se repetirá en otras dos ocasiones este invierno: el 7 de febrero y el 6 de marzo de 2025.
En realidad, no se trata de un acercamiento físico, sino de una alineación entre Júpiter y la Luna, que se presentan en el cielo alineados casi en una línea recta, aparentando estar muy cerca uno del otro desde la perspectiva terrestre. Este fenómeno se debe a las distintas velocidades y órbitas de los cuerpos celestes.
Cabe recordar que, después del Sol, Júpiter es el objeto más grande del sistema solar, con una masa casi dos veces y media mayor que la de todos los planetas combinados, y 318 veces mayor que la de la Tierra. El brillante planeta, visible incluso en cielos despejados, es uno de los objetos naturales más luminosos del firmamento, superado solo por la Luna, Venus y, en ocasiones, Marte.
Lunas llenas
La primera luna llena de invierno y la primera del nuevo año se produjo el 13 de enero, conocida como la luna del lobo, aunque también se la denomina luna de hielo o luna vieja. En algunos lugares, recibe el nombre de luna fría, un apelativo también asociado a la luna llena de diciembre. Su máximo esplendor se alcanzó a las 23:27, hora peninsular española.
La segunda luna llena del año, y la segunda del invierno, tendrá lugar el 12 de febrero, mientras que la tercera y última se dará el 14 de marzo. Además de estos eventos, el 4 de enero de 2025 se produjo el perihelio, el momento de máximo acercamiento anual entre la Tierra y el Sol, cuando nuestra distancia al Sol fue de poco más de 147 millones de kilómetros (147.103.677 km), es decir, unos 5 millones de kilómetros menos que en el afelio, que ocurrirá el 3 de julio de 2025, cuando la distancia será de 152 millones de kilómetros (152.087.742 km).
Eclipse total
Durante el invierno, habrá un eclipse total de luna que comenzará de forma parcial a las 6:10 (hora peninsular española) del 14 de marzo y finalizará a las 9:48. La fase total del eclipse dará inicio a las 7:26 horas y terminará a las 8:31 horas.
Este fenómeno será visible desde América, el oeste de África, Europa, así como el este de Asia y Oceanía. En España, el comienzo de la fase total se podrá observar en el centro y oeste de la península Ibérica, en las Islas Canarias, Ceuta y Melilla, aunque la luna se pondrá antes de que finalice el eclipse.
En el este peninsular y en Baleares, la luna se ocultará antes de que comience la fase total, por lo que solo será visible el inicio de la fase parcial (en Barcelona, por ejemplo, la luna se oculta a las 7:09). Durante el eclipse total, la luna no se oscurecerá por completo, sino que adquirirá un tono rojizo debido a que parte de la luz solar será desviada por la atmósfera terrestre.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.