Por qué los astronautas crecen hasta cinco centímetros cuando van al espacio

Un astronauta haciéndose un selfie para ver cuánto ha crecido. NASA
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Viajar al espacio es el sueño de muchos seres humanos, pero solo unos pocos afortunados como Jesús Calleja han podido hacerlo. Más allá de lo fascinante que debe ser ver el espacio, una de las razones por las que muchos otros podrían querer salir de nuestro planeta es debido al crecimiento en altura que se va a experimentar con tal que uno se queda en gravedad cero. Si quieres saber por qué los astronautas crecen unos centímetros cuando van al espacio, estas son las causas.

La ingravidez causa un crecimiento en altura

El motivo por el que los astronautas pueden incrementar varios centímetros su altura (entre dos y cinco centímetros, según los cálculos de la NASA) cuando están en una misión espacial es debido a la ausencia de gravedad en el espacio. Este estado de ausencia de gravedad provoca que las vértebras se separen y la columna vertebral se expanda aproximadamente un 3% durante los primeros 3 a 4 días de ingravidez en el espacio. Este estiramiento, sin embargo, tiene fecha de caducidad, pues el efecto se revierte al regresar a la Tierra ya que los discos intervertebrales regresan a su estado normal.

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El entorno sin gravedad reduce la compresión de los discos de la columna vertebral, siendo lo que provoca ese crecimiento. En una columna vertebral humana, los discos son blandos, lo que significa que pueden hacerse más grandes o más pequeños y tienen propiedades elásticas, mientras que el hueso es duro. Este crecimiento de hasta 5 centímetros es muy probablemente el resultado de la expansión del disco y ese es el motivo por el que todo regresa a su ser una vez que la gravedad comienza a actuar de nuevo cuando regresan a nuestro planeta. Sin embargo, no es algo inmediato, ya que el cuerpo humano suele requerir de una nueva adaptación a nuestro planeta y recuperar la altura inicial lleva tres o cuatro meses.

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Prueba de ello fue el conocido como “experimento de los gemelos”. Tras vivir durante un año en la Estación Espacial, el astronauta Scott Kelly regresó sano y salvo a casa. Tras su vuelta, se observó cómo su cuerpo cambió mientras vivía en el espacio exterior. Entre estos efectos de vivir en ingravidez, el cuerpo de Scott creció unos 5 centímetros durante este período. Este hecho se corroboró mediante una comparación con el hermano de Scott, Mark, que es un gemelo idéntico y, por lo tanto, tiene la misma composición genética. Este experimento médico, en el que un hermano actúa como sujeto de prueba y el otro como sujeto de control, fue fundamental para diseñar un régimen médico y físico para los astronautas que, en futuros viajes a planetas de nuestro sistema solar como Marte, deberán vivir en estas condiciones durante décadas.

En esencia, el efecto de la gravedad en nuestra columna vertebral no sucede solamente a los astronautas. Puede que no supieras hasta ahora que nuestra altura cambia a lo largo del día, de la mañana a la noche. En este caso, nuestra altura se vuelve menor durante la mañana ya que la gravedad comprime nuestro cuerpo y nos “empuja” hacia el suelo, haciendo que nos encojamos a medida que avanza el día debido a esta compresión, con diferencias menores a las experimentadas en el espacio, de en torno a un centímetro. Sin embargo, cuando nos acostamos por la noche, la gravedad ya no tira en una dirección para hacernos más bajos, por lo que nuestros cuerpos se estiran y regresamos a nuestra altura más alta nuevamente.

Otros efectos de la ingravidez en el cuerpo humano

Este crecimiento repentino que se va posteriormente no está exento de efectos secundarios. Alrededor de la mitad de los astronautas, después de regresar a la Tierra, sufren problemas de dolor de espalda que se han relacionado con la descarga de la columna vertebral, la transición de la gravedad cero a la gravedad terrestre (9,8m/s²).

El crecimiento temporal debido a la expansión de los discos intervertebrales no es el único efecto que tiene pasar un tiempo en el espacio. El deterioro de los huesos es posible a partir de este prolongado viaje al espacio. En un entorno de ingravidez, hay menos presión sobre el hueso. Debido a esto, habría una tendencia a que estos huesos pierdan algo de densidad. También el calcio en el cuerpo también disminuye con la ingravidez. Cuando el hueso está en un entorno de ingravidez, se estresa mucho menos y el cuerpo responde, ya que no necesita mantener la habitual densidad ósea en piernas y columna vertebral. A lo largo de los años, también se ha descubierto que la presión arterial aumenta, los músculos se atrofian y los músculos del corazón se tensan más que de costumbre. Sin duda, un gran precio a pagar por una de las experiencias más maravillosas para los amantes de la astronomía.