El incendio más antiguo del mundo: 'Burning Mountain' arde en Australia desde hace al menos 6.000 años

En un parque nacional de Australia, a unas cuatro horas en coche de Sídney, se esconde uno de los mayores misterios naturales del mundo: un incendio que lleva ardiendo al menos 6.000 años. Se trata del incendio más antiguo del mundo.

El fuego misterioso conocido como 'Burning Mountain' podría ser incluso más antiguo de lo que se estima actualmente, sospechan los pocos científicos que lo han estudiado.

Burning Mountain: el incendio de Australia es imposible de extinguir

Ubicado debajo del monte Wingen en el estado de Nueva Gales del Sur (Wingen significa 'fuego' en el idioma de la gente local de Wanaruah, los custodios tradicionales de la tierra), este ardor subterráneo es un fuego de veta de carbón, uno de los miles que arden en el mundo, según publica Science Alert.

Una vez encendidos, estos incendios subterráneos son casi imposibles de apagar. Lenta pero intensamente, viajan a través de la veta de carbón, una capa de carbón que se encuentra naturalmente debajo de la superficie de la Tierra.

"Nadie sabe el tamaño del fuego debajo de Burning Mountain, solo se puede inferir", declara para Science Alert Guillermo Rein, profesor de ciencia en el Imperial College de Londres, Reino Unido. "Es probable que alcance temperaturas de 1.000 grados Celsius", explica.

Un incendio sin llamas, pero con brasas que nunca se apagan

El incendio de Australia no arde como lo hacen los incendios típicos. No tiene llamas, sino más bien se compone de un cúmulo de “brasas” que nunca se apagan bajo tierra. Se esconde aproximadamente a unos 30 bajo la superficie, y avanza hacia el sur, aunque lo hace muy lentamente: alrededor de un metro por año.

El parque nacional donde se encuentra el monte ardiente está abierto a los turistas, dado que no supone riesgo, pero tan solo es observable por algo de humo y ceniza blanca que delatan el incendio milenario. Por lo demás, es cierto que la tierra es cálida al tacto y las rocas cercanas están descoloridas, pero es prácticamente invisible.

A ojos de los científicos, eso sí, resulta fácil ubicar Burning Mountain, dado que la vegetación ha ido desapareciendo en la superficie en los últimos años, a medida que el incendio avanzaba. En su lugar, solía haber eucaliptos, hierba… El bosque en la región ha desaparecido hoy en día y el paisaje es muy diferente.

El origen del fuego de ‘Burning Mountain’

Se desconoce cómo empezó el incendio más antiguo del mundo. El primer avistamiento europeo documentado fue en 1828, cuando un peón local declaró que había descubierto un volcán en la región del Monte Wingen. Al año siguiente, el geólogo Reverendo CPN Wilton concluyó que el supuesto volcán era en realidad un incendio en una veta de carbón. Las mediciones realizadas desde entonces en repetidas ocasiones sugieren que, como mínimo, el incendio lleva activo 6.000 años.

El sitio es considerado sagrado por los custodios tradicionales, el pueblo Wanaruah, que lo usaba para cocinar y fabricar armas en la antigüedad. Sus historias atribuyen el misterioso incendio a la antorcha de un guerrero capturado por el 'Maligno' debajo de la montaña.

"No se puede descartar la interferencia antropogénica, pero lo más probable es que fueran causas naturales", explica Guillermo Rein a Science Alert. "Podría haber sido un incendio forestal de un rayo que encendió un afloramiento. O podría haber sido una ignición por calentamiento espontáneo".

Tampoco se sabe cuánto tiempo más arderá. "A medida que avanza el fuego, calienta la montaña haciendo que se expanda y se agriete, dejando entrar oxígeno para que el fuego pueda avanzar. El fuego produce su propia chimenea y su propio suministro de oxígeno", concluye.

¿Hay más incendios de vetas de carbón en el mundo?

Según Science Alert, hay incendios de vetas de carbón en numerosas regiones del mundo. Muchos de ellos, en particular los de India, China y Estados Unidos, son causados por la interferencia humana, como la minería del carbón.

Un ejemplo es el incendio que arde en Centralia, Pensilvania, una ciudad ahora desierta que inspiró Silent Hill, dado que lleva quemándose casi 60 años. Nada comparado con Burning Mountain, claro.