Los precios dinámicos de Ticketmaster: así funciona la compra de entradas de conciertos como el de Lady Gaga
El valor de una entrada puede cambiar dependiendo del volumen de búsquedas, clics o compras que se estén realizando en ese momento
La controversia ha estallado con la salida de las entradas para The Chromatica Ball Tour de Lady Gaga que se celebrará en Barcelona
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Los fans de artistas como Beyoncé, Taylor Swift, Oasis o Lady Gaga se preparan mentalmente para una batalla digital donde el objetivo es conseguir una entrada antes de que se agoten… o se disparen. Y es que el verdadero reto no es solo superar la cola virtual, sino entender por qué el precio de las entradas cambia justo cuando estás a punto de comprarlas.
Lo que muchos desconocen es que se han topado con los precios dinámicos, una estrategia de venta que está revolucionando la industria de los espectáculos en vivo. Su aparición no es nueva, pero ha tomado fuerza recientemente por la polémica generada en torno a los conciertos de Lady Gaga en Barcelona, previstos para octubre de 2025.
Qué son los precios dinámicos y cómo funcionan
Los precios dinámicos responden a una lógica de oferta y demanda en tiempo real. Esto significa que el valor de una entrada puede cambiar dependiendo del volumen de búsquedas, clics o compras que se estén realizando en ese momento. No es un error del sistema ni una táctica de último minuto, sino una estrategia deliberada.
Tal como lo explicó Eugeni Calsamiglia, exdirector de Ticketmaster, a la agencia Europa Press en 2018, el sistema se ajusta mediante tecnología y experiencia humana. “La gente paga lo que quiere pagar. Las entradas se acaban vendiendo, lo que no se sabe el precio. La cuestión es que cuando las ponemos a la venta esas entradas ya no valen 190 euros, sino 800, de manera que al revendedor le dejamos un margen pequeño e igual no le compensa. Al final tú decides, nadie te pone una pistola para comprar una entrada”, señalaba. Su propósito principal, según la compañía, es frenar la reventa y evitar que los revendedores inflen el precio en el mercado secundario.
El caso Lady Gaga o la frustración en la preventa
La controversia ha estallado con la salida de las entradas para The Chromatica Ball Tour de Lady Gaga en Barcelona. Desde la preventa, los precios ya habían comenzado a variar: lo que partía desde los 55 euros en grada terminó alcanzando hasta los 400 euros, sin contar los paquetes VIP que llegaron a superar los 600 euros.
Los fans, algunos de los cuales llevaban horas en la cola virtual, se encontraron con un panorama desconcertante. Los precios cambiaban justo cuando les tocaba comprar, sin una advertencia previa clara, y generando una sensación de indefensión. Muchos se preguntaban si se trataba de un error o de una manipulación encubierta, cuando en realidad era el algoritmo haciendo su trabajo.
¿Una solución o un problema?
Desde el punto de vista empresarial, esta técnica tiene sentido: permite maximizar ingresos y reducir la oportunidad de lucro de los revendedores. Al ajustar los precios al alza cuando hay más demanda, se impide que terceros compren en masa para revender más caro. Pero para el consumidor común, la percepción es muy distinta.
Muchos fans sienten que se enfrentan a un sistema injusto, en el que los precios ya no son predecibles ni accesibles. Al no saber cuánto costará finalmente una entrada hasta el último segundo, no pueden planificar ni comparar.
En un contexto donde asistir a un concierto supone un esfuerzo económico importante, esto puede suponer una barrera real.
Cómo prepararse para comprar entradas con precios dinámicos
Aunque puede parecer abrumador, existen estrategias que pueden ayudar a navegar mejor este sistema. La más efectiva es ser rápido y estar bien preparado: tener claro el rango de precios aceptables, crear cuentas en las plataformas con antelación, guardar tus métodos de pago y entrar en la cola lo antes posible.
También conviene seguir de cerca las redes sociales de los artistas y promotoras, que suelen anunciar los horarios exactos de preventas y ventas generales. Tener esta información a mano permite evitar momentos de confusión y actuar en los primeros minutos, cuando los precios aún no han subido demasiado.
¿Se regulará este sistema en Europa?
El malestar de los fans no ha pasado desapercibido. En septiembre del año pasado, la Comisión Europea abrió una investigación sobre la política de precios dinámicos en plataformas como Ticketmaster, especialmente tras las quejas surgidas en el Reino Unido por los precios de las entradas del regreso de Oasis.
En España, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) también ha pedido una mayor regulación y transparencia. Una de las principales quejas es la falta de claridad: si los consumidores supieran que los precios fluctuarán, podrían tomar decisiones más informadas y evitar situaciones frustrantes.
El gran reto es encontrar un equilibrio entre los intereses de las empresas —que buscan rentabilidad y combatir el fraude— y el derecho del público a un proceso de compra claro y justo. Porque más allá del negocio, la música en directo es una experiencia emocional que debería ser accesible para todos.
Mientras tanto, los seguidores más fieles deben armarse de paciencia, astucia y velocidad si quieres ver a su artista favorito a precios, digamos, razonables.
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