Siestas, anatomía y política cubren Escena Contemporánea en Madrid hasta el domingo

EFE 12/02/2009 15:38

La directora de Escena, Paz Santa Cecilia, ha presentado hoy, acompañada de sus creadores y cuando faltan diez días para que concluya el festival, los cinco espectáculos programados desde hoy y hasta el domingo.

Córdoba estrena hoy, en la Sala Cuarta Pared, dentro de su serie de "Anatomía poética", "El aire. Fotografías del alma", en la que sigue ahondando en su investigación sobre "las capas del cuerpo que ocultan el alma o el hueco que deja su ausencia".

La artista ha explicado que lleva tres años trabajando en estudios anatómicos, asesorada por un cirujano, y que quiere mostrar a gente concentrada en visualizar el interior de su cuerpo. Su serie concluye con "Todo lo que se mueve está vivo", dedicado al aparato locomotor.

El coreógrafo holandés André Gingras hace en "The Lindenmeyer System" (La Casa Encendida) un "algoritmo exponencial" sobre el problema político de la inmigración, y la metáfora que ha elegido para que los bailarines lo expresen está inspirada en los estudios botánicos del biólogo Astrid Lindermeyer.

"La explosión de población inmigrante -detalla- es un jardín que crece entre el público".

Alex Serrano estrena hoy en Casa América "Artefacto", una instalación artística interactiva que pone el acento en lo efímero de la vida y el "empecinamiento del ser humano en sobrevivir cuando está claro que todo son ataúdes, mientras que la naturaleza persiste mutando".

Es, dice, una "siesta escénica" de 40 minutos en los que el espectador reposa en cojines y pasea entre bosques.

"Play" es el nombre que los gallegos Uxía Vaello y Borja Hernández han dado al espectáculo que estrenan el viernes en Teatro Lagrada, una reflexión sobre la manipulación, de Frankenstein a Pinocho pasando por la oveja Dolly, que bate música y danza en "escenas que son como viajes, a veces inconexas, como si fuera un juego", explican.

También el viernes estrenan en el Teatro Pradillo los italianos Motus, el grupo de Enrico Casagrande y Daniela Nicoló, que representan una suerte de "película literaria" titulada "Come un cane senza padrone" en homenaje a Pier Paolo Pasolini.

La obra se acerca al "Petrolio" de Pasolini ahondando en la crisis de la burguesía, la relación víctima y verdugo, y en la desesperación y engaño que caracterizaron los últimos años de la vida del director y dramaturgo italiano.