Thomas Vinterberg recuerda a su hija fallecida en la entrega de los Premios Oscars

  • Thomas Vinterberg dedica su Óscar a su hija fallecida

  • El director perdió a su hija a los 4 días de comenzar el rodaje

  • El danés levantó la estatuilla a mejor película internacional

El director danés Thomas Vinterberg protagonizó uno de los discursos más conmovedores de la 93º edición de la gala de los Oscars en la que, tras recibir el premio a la mejor película internacional por 'Otra ronda', dedicó el galardón a su hija recientemente fallecida.

Vinterberg, que subió al escenario decidido a ganarse al público, agarró el premio extasiado y afirmó que jamás se hubiera podido imaginar algo así. "Bueno sí, es lo único que llevo toda una vida imaginando"-reconocía segundos más tarde despertando carcajadas entre los asistentes.

Las sonrisas no tardaron en disiparse cuando el director danés comenzó con las dedicatorias. Thomas Vinterberg, que asegura que 'Otra ronda' nació como una película para celebrar la vida, dedicó el premio a su hija pequeña que murió apenas cuatro días después de comenzar el rodaje como consecuencia de un accidente de tráfico.

Queríamos hacer una película que celebrara la vida, y a los cuatro días de rodaje ocurrió algo inaudito: un accidente en una autopista se llevó a mi hija. Alguien que iba mirando el móvil. La echamos de menos y la quiero

El cineasta se dirigió a su hija Aida y le dedicó unas palabras que han conmovido a la audiencia. "Aida, lo que acaba de pasar es un milagro y tú eres parte de él. Igual has estado manejando los hilos desde algún lado, no lo sé, pero esto es para ti".

Tal y como relató el propio director, la película nació con la idea de ser una comedia desenfadada en la que cuatro profesores se proponían mantener una tasa de alcohol en sangre del 0'05%. La cinta se transformó después de este trágico suceso y se convirtió en la tragicomedia que ha acabado llegando a la gran pantalla.

El film por el que ha sido premiado práctica un suntuoso equilibrismo entre la banalización del alcoholismo y un tratamiento excesivamente moralista del mismo. Este relato y su realización le han valido a Vinterberg una estatuilla dorada con la que, tal y como él mismo confesó en la gala, llevaba años soñando.

"Preparaba discursos hasta en el baño, por fin ese momento ha llegado"

El cineasta recogió el galardón y habló de "sueño cumplido" sin olvidarse de dar las gracias a todo su equipo y a familiares y amigos que le acompañaron en un proceso tan complicado. Vinterberg reconoce que la película ha terminado siendo de alguna forma un "monumento" en honor de su hija que, tal y como dijo en la gala, "es parte de éste milagro".

El discurso del director danés fue uno de los más sorprendentes de una gala en la que, por otra parte, no hubo grandes sorpresas y en la que se cumplieron todos los pronósticos y la película Nomadland, que partía como favorita, acabó convirtiéndose en la galardonada como mejor película.