La historia de Sandra Monroy, la paciente de cáncer de mama detrás de la impactante imagen ganadora del premio de periodismo 'Ortega y Gasset 2022'

  • Sandra Monroy es la periodista y escritora detrás de la fotografía ganadora del premio de periodismo 'Ortega y Gasset 2022' por "Mejor Fotografía"

  • La joven se ha vuelto activista de la visibilización y naturalización de la "planicie" en redes luego de no reconstruirse las mamas tras una mastectomía bilateral

  • Con 37 años se convirtió en una referente de la lucha contra el cáncer de mama y lleva su historia por el mundo luego de haber sido fotografiada por Shashenka Gutiérrez de EFE

“En un momento de tanto mal, mucho bien surgió de mi”, escribía la periodista y ahora escritora junto a una foto con su libro entre los dedos. A Sandra Monroy se le desmoronó la vida cuando fue diagnosticada de cáncer de mama a sus 36 años. Pero no se quedó de brazos cruzados, y lo que empezó como una tragedia terminó siendo un camino de frutos y enseñanzas que hoy sirven de ejemplo para otras pacientes. 

Fue Shashenka Gutiérrez, la foto reportera mexicana de la agencia EFE quien dio con la historia de Sandra y la quiso mostrar al mundo. La intimidad y vulnerabilidad de la imagen hicieron que ganara el premio 'Ortega y Gasset' por 'Mejor fotografía' y rápidamente la imagen de Sandra a "pecho descubierto" que muestra la mastectomía bilateral que “le salvó la vida”, rápidamente empezó a circular por todo el mundo gracias a su crudeza y humanidad. 

“Captura un momento de máximo dolor, en el que la herida es todavía reciente y que aun así logra transmitir esperanza", comunicó el periódico el País luego de que el galardón fue entregado a la periodista, según el jurado, por mostrar "el inusual retrato de una intimidad cruda, que afecta a muchas mujeres en todo el mundo”. La fotógrafa además ha querido contar un día en la vida de la joven durante el periodo de recuperación tras la agresiva operación a través de las fotos. Es por ello que la galería se desvela una parte muy íntima de una paciente de cáncer junto a sus familiares, amigos, en plenos vendajes y en la privacidad de su hogar con mucha fuerza.

Una vida detrás de la foto

Todo empezó mucho antes de aquel marzo de 2021 cuando le detectaron cáncer, "el de los más comunes”. El primer contacto con su enemigo empezó 12 años atrás cuando una vez se acercó a la Fundación de Cáncer de Mama tras detectarse una bolita extraña en uno de los senos. Fue allí cuando le dijeron que se trataba solamente de una bolita de grasa que "debía mirar de cerca" cada año. Y así lo cumplió, hasta que llegó la pandemia. 

Tras el parón mundial, Sandra decidió posponer su ultrasonido hasta 2021. En la revisión su indefensa bolita de grasa seguía intacta en el seno derecho, pero en el seno izquierdo, le encontraron un inesperado "cuerpo" que alertó a los especialistas y tras realizarle una biopsia, se confirmó su peor diagnóstico: cáncer de mama. “Era cáncer, uno de los más comunes, ductal infiltrante, en etapa I. Recuerdo que cuando me dieron el diagnóstico el oncólogo me dijo que era muy afortunada, pues las mujeres de mi edad llegan a morir o llegan muy tarde, porque no hay una cultura de detección temprana en mujeres menores de 40 años”, relata la activista en su Instagram.

"El mundo se le cerró" pero, lejos de rendirse, todo su entorno se volcó por completo a luchar contra su enfermedad, incluso, la joven escribió en el armario de su habitación un cronograma de todo lo que vivió durante el tratamiento del cáncer, desde el día que se lo diagnosticaron hasta su recuperación.

En las últimas fases de la enfermedad, tras un largo periodo de análisis y estudios, los médicos le sugirieron hacerse una mastectomía bilateral, es decir quitarse las mamas para prevenir que el cáncer regresase y de forma más agresiva por su juventud. Una vez operada, pese a las presiones sociales e incluso de sus médicos, Sandra nunca se las quiso reconstruir. 

Fue en la dura etapa de recuperación "post operación" en donde la famosa fotografía tuvo lugar que Sandra consideró como el momento "más vulnerable" pero necesario de retratar: "La fotografía que hizo @sashe en uno de mis momentos más vulnerables es un manifiesto visual de libertad y sororidad. Porque antes que nuestras tetas está el cáncer y antes del cáncer está nuestra poderosa y vital necesidad de seguir con vida para amar lo que nos rodea", recuerda la activista en sus redes.

Jódete cáncer

Hoy, Monroy se ha convertido en una auténtica activista y un ejemplo para todas las mujeres que están atravesando la misma situación. Ha escrito su primer libro “Jódete cáncer”, titulado de la misma manera que su canal de Instagram que la volvió un referente en las redes al tratar temas como la “planicie” y la visibilización de la enfermedad desde otro lado más optimista para apoyar a las mujeres que no desean reconstruirse las mamas con campañas como “Flat Day” y lemas como “Plana y Fabulosa” que abogan como bandera de su vida. 

“Yo voy plana, voy viva y sintiendo mi corazón fuerte, sin dolor en brazos ni en mi pecho; puedo sentir el agua caer en esa zona, puedo sentir el calor de mi piel, mi corazón y las caricias… puedo sentir”, es uno de los tantas reflexiones que publica a diario y además introduce conceptos para educar como “violencia estética”, "pink washing" y desvela las presiones sociales apoyadas por un cuerpo médico y una "sociedad" superficial que no avala la no- reconstrucción de pechos. “Soy una mujer. Nunca fui mis chichis, ni antes ni después de no tenerlas”, expresa como quien se reconoce bella y mujer por dentro y por fuera pese a no tener pechos. Referente y ejemplo, la periodista diariamente muestra el lado positivo de una circunstancia que hoy es materia de salud pública y que "toca de cerca" a un gran porcentaje de mujeres a nivel mundial.