No hay nada comparable a la sensación de llegar a casa y que te reciba tu perro con mucho cariño y mimos. Besos, besos y más besos. Quien tenga uno, lo entenderá. Más que un animal doméstico, los perros —al igual que lo gatos— pasan a ser un hermano más o incluso un hijo dentro de las familias.
La unión es tan grande que resulta complicado medir el nivel de cariño que le damos. Y eso puede ser un problema. Lo cierto es que besar a nuestro perro descontroladamente puede no ser tan beneficioso como muchos creen, en términos de salubridad.
Los perros usan sus lenguas para explorar el mundo que los rodea. No solo se lamen a ellos mismos o a otros perros, sino también el suelo y otras zonas contaminadas. Incluso, aproximadamente, uno de cada cuatro perros ha comido heces fecales alguna vez, asegura el American Kennel Club.
Es más, "no solo se trata de lo que hay en la saliva", explicó John Oxford, profesor de virología en la Universidad Reina María de Londres en The Hippocratic Post, quien aseguró que "los perros pasan la mitad de su vida poniendo la nariz en lugares muy desagradables o acercándose a oler excrementos de perros, por lo que sus hocicos están llenos de bacterias, virus y gérmenes de todo tipo".
Problemas bucales como la gingivitis, la periodontitis o las llagas son solo algunos de los males menores que nos podrían causar. En el peor de los casos, se podría llegar a contraer un parásito como el Toxocara canis, —conocido como lombriz intestinal— que puede causar neumonía o incluso ceguera si la larva llegara a los ojos, advierte Infobae.
Dicho esto, ¿es probable que una persona se enferme por una lamida de perro? La respuesta es sí, pero poco probable. Se deberían dar una serie de circunstancias como que el perro tenga una enfermedad o una bacteria o un parásito.
Pero no por ello, debemos descuidarnos. Es importante prestar atención a las recomendaciones para poder besar a nuestro perro aminorando el riesgo de contraer alguna enfermedad. Desde la web Experto Animal nos aconsejan lo siguiente:
- Calendario de vacunación, al día
- Desparasitar al perro a menudo así como optar por el collar antipulgas
- Dientes lavados unas cuantas veces por semana
- Cepillar y lavar al perro cuando sea necesario
- Evitar lamidos directamente en la boca
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