Comparte las brutales confesiones de sus pacientes en su lecho de muerte: desde asesinatos a secuestros

  • Una enfermera ha publicado las confesiones que compartieron con ella varios pacientes suyos en su lecho de muerte

  • Entre los testimonios de los pacientes que estaban a punto de morir y que ella misma ha revelado llaman la atención las infidelidades o las mismas confesiones de asesinato

  • En menos de un año ha conseguido una gran popularidad en la red social de vídeos cortos al alcanzar más de nueve millones de ‘likes’ y 220.000 seguidores que esperan con ansias su nuevo contenido

Una enfermera ha compartido a través de su cuenta personal de TikTok las anécdotas y confesiones que le hacen sus pacientes cuando están en su lecho de muerte. La joven enfermera que se hace llamar ‘Nurse JJ’ comenzó a compartir con sus seguidores las extrañas historias y confidencias de sus pacientes.

Sin embargo, en menos de un año ha conseguido una gran popularidad en la red social de vídeos cortos al alcanzar más de nueve millones de ‘likes’ y 220.000 seguidores que esperan con ansias su nuevo contenido.

Entre los testimonios de los pacientes que estaban a punto de morir y que ella misma ha revelado llaman la atención las infidelidades o las mismas confesiones de asesinato.

Además, la conocida como Nurse JJ también ha declarado que se encuentra obsesionada con la muerte y que suele acudir a una media de cuatro funerales al mes. Normalmente, estos entierros son los de los pacientes que ha tratado durante su jornada laboral y que más cariño ha cogido.

La azafata que mató a su novio por dejarla por tener sobrepeso

Uno de los testimonios que más éxito tuvo en la red social de la joven fue la confesión de una azafata de vuelo. Al parecer, una de sus pacientes que se estaba muriendo en el hospital y que durante su vida había trabajado como camarera de avión confesó haber matado a su novio.

Según la propia enfermera, la pareja de la paciente rompió la relación porque la azafata estaba “demasiado gorda”. En uno de los vuelos en los que estaba trabajando y que aterrizó en la ciudad en la que vivía su novio, la trabajadora aérea decidió acudir hasta la casa de su pareja y matarlo.

“Use una de las paradas en la ciudad de mi ex para encontrármelo y matarlo”, comentó la mujer en su lecho de muerte. Según ha contado la propia Nurse JJ ella misma intentó saber cuál era el nombre del fallecido para poder denunciar el asesinato pero su paciente se negó a confesarlo y murió con el secreto sin desvelar.

El secuestro de un niño

Otro de los pacientes a los que atendió Nurse JJ compartió con ella la sospecha de que su propio tío había secuestrado a un niño. Al parecer, el enfermo que estaba al cuidado de Nurse JJ le reveló que encontró la prenda de ropa de un niño desaparecido en el cubo de basura de la casa de su tío. Sin embargo, no quiso denunciar a la Policía el hallazgo de la prenda de ropa ya que no quería inculparlo por el secuestro de un menor y supuesto asesinato de un menor.

Cumplió una pena de cárcel por un asesinato que no cometió

El testimonio de la azafata de vuelo y del sobrino del supuesto secuestrador no fueron las únicas confesiones escabrosas que la enfermera había escuchado. Según Nurse JJ otro paciente que estuvo durante años en la cárcel le reveló que había asumido la culpa de un asesinato por proteger a su propia mujer. Al parecer, él mismo habría sido infiel a su esposa con otra mujer.

Al enterarse la pareja decidió matar a la amante de su marido. Cuando la Policía investigó el asesinato el hombre confesó el crimen aunque él no hubiese sido el autor material. Sin embargo, prefirió ir él a la cárcel ya que se sentía culpable por haberle sido infiel a su propia esposa.

El peluquero que tejía mantas con el cabello que cortaba a sus clientes

Sin embargo, no todas las confesiones que le han hecho sus pacientes en el lecho de muerte han sido tan escalofriantes. Al parecer, Nurse JJ también escuchó la confidencia de un peluquero que trabajó cortando el pelo durante 20 años.

Según contó el profesional de belleza, durante esos 20 años no tiró ninguno de los cabellos que cortó a la basura. En su lugar, el peluquero prefirió guardarlos y tejer con los pelos varias mantas con las que se arropaba cuando hacía frío.