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Alrededor de un 70% u 80% del cuerpo humano está compuesto por agua. Por eso llama la atención una enfermedad rara como la urticaria acuagénica, comúnmente conocida como alergia al agua. El solo contacto con el líquido elemento produce la aparición en la piel de erupciones e irritaciones, fiebre y dolor de cabeza.
La mayoría de los casos son muy leves pero en ocasiones se complica, como le pasa a la estudiante californiana Tessa Hansen Smith, de 22 años, cuya historia se ha vuelto viral en los últimos días.
Debe tener mucho cuidado cuando bebe agua, porque se le pueden producir cortes en la lengua. Su sudor y sus lágrimas le causan irritaciones e incluso debe ser transportada de clase a clase en el campus en el que estudia, de lo contrario, puede llegar al aula con fiebre y cefalea.
Ella misma cuenta en su perfil de Instagram que solo puede ducharse dos veces al mes, y en cada ocasión tiene que vigilar su temperatura y tomar medicamentos. En esa cuenta relata su día a día con la enfermedad.
Según informa el diario británico Mirror, Tessa comenzó a presentar síntomas a los 8 años. Su madre, médica de atención primaria, empezó a notar que le salían erupciones tras ducharse.
Tras descartar posibles causas como el jabón y el champú, su madre no cejó hasta que su hija fuera diagnosticada correctamente de urticaria acuagénica, considerada una enfermedad rara por el Gobierno de Estados Unidos.
Actualmente no hay cura para ello, y Tessa toma nueve pastillas diarias para mantener su alergia bajo control. Es consciente de que la enfermedad empeora con la edad: "Las pastillas ya no son tan efectivas como antes".
"Sufro mucha fatiga muscular y nauseas. La enfermedad generalmente es causada por comer algo con mucha agua en alimentos como algunas frutas y verduras", ha relatado al diario.
En el relato de su vida con la enfermedad, Tessa ha publicado un vídeo de todo el proceso que implica tomar una ducha. "Me lleva unas cuatro horas, porque entre cada paso y cada medicamento tengo que descansar por el dolor", explica.
La joven, en otro vídeo, responde a una pregunta que le han hecho muchas veces: "¿Cómo puede ser alérgica al agua si el 70% del cuerpo humano es agua?". Tessa explica que ello se debe a que se trata de una alergia y no un desorden autoinmune. Por ello, su cuerpo reacciona al agua que viene del exterior, y no al agua que ya forma parte de sus células.
Sin embargo, la joven trata de luchar y no dejar que esta enfermedad controle su vida. "Estoy decidida a ser independiente y estudiar fuera de casa", concluye.