Diversos expertos de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) han diseñado un aparato tecnológico capaz de leer el pensamiento y descifrarlo en el lenguaje común. Reconstruye cada una de las palabras que una persona está oyendo y transmitirlas con una voz robótica, de manera que controla la actividad cerebral.
Con este estudio publicado por la revista Scientific Reports, se pretenden crear nuevos sistemas de comunicación para personas con imposibilidad de habla, así como personas que sufren patologías tipo esclerosis lateral amiotrófica (ELA), y a futuros dispositivos que permitirían comunicarse directamente con ordenadores a través del pensamiento.
El director de la investigación, Nima Mesgarani, ha explicado el objetivo del instrumento al "leer dichos patrones para descifrar los pensamientos y transformarlos en instrucciones o en un mensaje de voz robótica". Con ello contribuirían a que una persona con dificultades neurológicas pudiera manifestar su opinión sin ningún tipo de impedimento. Es también una ventana a aquellas personas con limitaciones en el habla.
El equipo de expertos creó un algoritmo, denominado "vocoder", capaz de producir discursos hablados después de entrenar escuchando conversaciones. "Esta es la misma tecnología usada por Echo, de Amazon, o por Siri, de Appel, para darnos respuestas verbales a nuestras preguntas", ha puntualizado Mesgarani.
Electrodos testados en epiléticos
El eje de la investigación se centró en evaluar la conducta de pacientes con epilepsia al someterse a intervenciones cerebrales, para implantar unos electrodos capaces de leer esta actividad. Los ingresados escuchaban a personas contando 40 números del 0 al 9. De esta manera, el algoritmo produjo unos sonidos en respuesta a esas señales. Una vez realizada la inteligencia artificial limpió dicho sonido y emitió una voz robótica capaz de recitar los números. "Descubrimos que las personas pudieron comprender y repetir los sonidos en el 75% de las ocasiones, lo que está muy por encima de los intentos previos", ha asegurado Mesgarani.
La próxima meta son analizar frases y oraciones más complejas que los números, valiéndose de la misma dinámica. Se evaluará no solo cuando una persona escucha, sino también cuando una persona habla o imagina que habla.
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