Raya, el Tinder de los famosos al que solo podrás entrar si tienes fortuna y gloria: ¿cómo funciona?

  • Los ricos y famosos tienen ya su guarida para ligar en esta aplicación, la más exclusiva del mundo.

  • Solo podrás acceder por invitación, y deberás cumplir una serie de requisitos.

Si alguna vez te has preguntado si existen redes sociales para ricos y ‘pobres’, la respuesta es afirmativa (bueno, ya lo sabías, pero no está de más recordártelo). En asuntos de carne, roce y lengua, los más acaudalados y famosos nos llevan la delantera desde hace mucho.

Si Tinder es el foro romano del vulgo para asuntos de ligoteo y “¿Tomamos la última?”, Raya es el club vip de la seducción al que solo acceden aquellos que tienen algún tipo de notoriedad y se codean con los de su ralea: ricos, famosos, populares y con millones de seguidores. Si te has preguntado alguna vez dónde se conocen y en qué piscinas climatizadas se meten mano las celebrities, aquí tienes la respuesta.

Solo para los famosos y ricos

En 2015, un visionario, Daniel Gendelman, decidió que ya era hora de segregar a los dioses de los mortales y creó esta aplicación, en la que solo entran mediante invitación y un riguroso proceso de validación de su perfil aquellas estrellas que reúnen varios de los requisitos.

¿Tienes diez millones de seguidores? Este es tu sitio. ¿Posees un imperio multimillonario de escobillas del wáter y te codeas entre la élite del negocio? Quédate para más sorpresas. ¿Te has ganado tu buen nombre de it girl a base de fotografiar durante años el trasero de tu gato? Raya es el lugar donde conocerás a un alma afín con tu fortuna y tu gloria.

El Tinder de los famosos no es para cualquiera. Por estas costas digitales, en las que se garantiza la privacidad y la seguridad de las estrellas que buscan ligar en un entorno seguro, recalan actores y actrices famosos, deportistas de élite, magnates del petróleo y todo el panteón de los nuevos dioses. Suerte que aún no han dejado entrar mascotas de influencers, porque en ese caso quizá veríamos algunas mezclas románticas y zoológicas de lo más extrañas.

Los requisitos para entrar en Raya

Raya denomina a sus acólitos los “miembros de su comunidad”. Cabría esperar que la membresía de este selecto club de poseedores de piscina y yates costara una desorbitada cantidad de dinero, pero lo cierto es que esos 9 dólares que vale utilizar sus servicios están al alcance de cualquiera.

El coste simbólico es mucho mayor. A cada candidato se le exigen una serie de requisitos para que dé comienzo el proceso de validación de su perfil. Supuestamente, un comité anónimo “altamente cualificado” pone la lupa sobre cada una de las solicitudes. Esta inquisición del ligue entre personalidades evaluará diferentes parámetros para decidir si te garantiza el acceso o pasas a esa eterna lista de espera de los un-poco-famosos, los miniinfluencers, los actorcitos que solo quieren decirle a uno de los suyos “Hoy beso, mañana manicura, pasado, diarrea en Malvinas”. Por lo que cuentan diversas fuentes, solo un 8% de los postulantes consigue entrar en la ciudad sitiada con su caballo de Troya, pero la lista de solicitudes asciende a más de 100.000.

Para empezar, el candidato o la candidata debe tener una cuenta de Instagram activa en la que se pueda comprobar fácilmente su ‘popularidad’: nº de seguidores, likes, comentarios… en suma, cuánto de verdad hay en su “soy famoso”. Ese link a su perfil es su check azul, el dato que confirma la autenticidad de la cuenta. A Raya, además, solo se entra por invitación de otro miembro de la comunidad, así que ya tenemos un segundo filtro que deja a muchos fuera.

El funcionamiento, por lo demás, es similar a cualquier otra aplicación de dating: visitarás diferentes perfiles (famosos, muy famosos, absurdamente famosos), cada uno con una canción seleccionada por ese miembro, a los que darás un “sí” o un “no”. El resto ya lo conoces: match, conversación y cita.

Una vez entras en ese selecto menú de personalidades, entre las que puedes elegir con quién te vas de safari a Kenia, o bien optas mejor por una copa de Möet Chandon en un penthouse con vistas al firmamento de tu ciudad, has de cumplir otra regla. La aplicación se toma muy enserio la privacidad de sus personalidades, y por eso es imposible hacer una captura de pantalla de los perfiles disponibles para luego viralizarla en redes sociales (no será porque los usuarios infiltrados no lo hayan intentado).