Chris Wenzel, de Saskatoon, Canadá, era tatuador y esperaba que sus hijos, e incluso quizás sus nietos, algún día pudieran apreciar los diseños que cubrían su cuerpo, informa The Guardian.
"Se enamoró del arte y tenía una gran pasión por los tatuajes", explica su esposa, Cheryl Wenzel, a la Canadian Press. "Diría que era un esclavo de la aguja porque le encantaba tatuar".
Con 41 años, Wenzel, un conocido artista del tatuaje, sufría de colitis ulcerosa, que fue lo que le mató. En sus últimos meses, descubrió una compañía con sede en Ohio que podía convertir su deseo en realidad.
Cuando murió a fines de octubre, Cheryl contactó rápidamente con ‘Save My Ink Forever’, que se especializa en quitar y conservar la piel tatuada. La empresa pertenece al equipo de padres e hijos Michael y Kyle Sherwood, y proporciona herramientas, instrucciones y documentos para garantizar que la piel se retire y se conserve poco después de la muerte. Luego utilizan un proceso de su propiedad para preservar los diseños.
En el caso de Wenzel, la tarifa estimada para preservar los muchos tatuajes que cubrían gran parte de su parte superior del torso, era los 60.000 dólares (unos 52.500 euros). "No me importa lo que cueste. Voy a hacer esto por él", declaró su viuda.
La compañía de los Sherwood trabaja con tatuajes pequeños. Pero con Wenzel, Sherwood viajó a Saskatoon para supervisar personalmente el trabajo que calificó de "innovador" en una entrevista con Canadian Press.
Sherwood pudo quitar siete piezas distintas de arte de Wenzel, incluyendo el pecho, la espalda, los brazos y las piernas. Este experto en cadáveres, no conservará los tatuajes de la cara o los genitales, ni tampoco ningún tatuaje que no esté diseñado por profesionales.
Hasta la fecha, la compañía ha conservado exitosamente más de 100 diseños. La familia planea presentar los tatuajes conservados al público en una próxima exposición de tatuajes en primavera.
Cheryl Wenzel también tiene intención de preservar sus propios tatuajes cuando le llegue el momento, según CTV News. "Sé que un día estaré aquí colgada con mi marido", asegura.
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