La inflación bajará tras el verano, pero los precios seguirán altos

La inflación se encuentra en los niveles más altos desde 1985. En junio, la tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) era del 10,2%. Y los expertos estiman que se mantendrá por encima del 10% en los datos que publicará el Instituto Nacional de Estadística (INE) en julio y agosto.

Sin embargo, a partir de septiembre los analistas prevén una moderación de la inflación. Ello será por el conocido como ‘efecto escalón’, que se produce cuando los precios han subido mucho en un determinado periodo y que, una vez superado un año desde que se registró ese fuerte incremento, moderan con fuerza su variación interanual.

En España este momento se dio a partir de septiembre de 2021, cuando comenzó la escalada de precios de la electricidad. Por lo que el efecto escalón tendrá lugar después del verano.

A la mitad en seis meses

El equipo de análisis de Funcas espera que en diciembre la inflación bajará hasta el entorno del 8% y que en junio de 2023 romperá a la baja la barrera del 4%. Es decir, será la mitad en apenas seis meses.

BBVA Research espera que el promedio del IPC para este año se sitúe en el 8%, y que baje hasta el 3% en 2023.

Aparte del efecto escalón, la reciente subida de 0,5 puntos en los tipos de interés acordada por el Banco Central Europeo también va a ayudar a esta desaceleración de la inflación.

La mayoría de los expertos apuesta por que los tipos volverán a subir antes de final de año, lo que aumentará aún más la carga financiera que soportan los hogares y, por tanto, reducirá sus recursos disponibles para consumo. Y a menor consumo, menos tensiones sobre el IPC.

Presión familiar  

La mala noticia es que difícilmente esta desaceleración de la inflación va a suponer una rebaja en los niveles de precios de la mayoría de los artículos de la cesta de la compra.

El IPC mide la variación de precios, pero no su nivel. Que los precios que suben ahora un 10% crezcan sólo un 3% el año que viene no supondrá una bajada de precios. Sino una desaceleración de la subida.

Si trasladamos esto a los niveles de precios se puede apreciar mejor. Algo que costaba 20 euros en junio de 2021 y ha subido un 10% comparado con entonces cuesta ahora 12 euros. Y aunque el IPC se modere al 3% en junio de 2023 costará más caro aún: 12,4 euros.

Valores unitarios al alza

La estadística oficial no publica datos concretos sobre niveles de precios, Pero la Encuesta de Presupuestos Familiares si ofrece datos del valor unitario de los alimentos.

Este valor unitario no es exactamente el precio, pero si el valor estimado de una unidad de cada producto. Se obtiene dividiendo el gasto total de cada artículo en euros entre la cantidad total consumida del mismo (en kilos, litros, etc.).  

Entre 2021 y 2019 el valor unitario de un total de 28 grupos de alimentos ha subido un 10% o más. El mayor aumento, del 33,3%, ha sido para el té y las infusiones. Le siguen las fresas, frambuesas y uvas, la carne de ovino y caprino y el café, con subidas superiores al 20%.

Con incrementos superiores al 15% encontramos el pescado y marisco seco, ahumado o salado, los snacks, los cítricos, las frutas con hueso y las bebidas isotónicas.

Por poner algunos ejemplos en términos monetarios, el valor unitario de un kilo de aceitunas ha pasado de 6,5 euros en 2019 a 7,4 euros en 2021. El del pescado congelado, de 9,4 a 10,5 euros. El del queso, de 9,9 a 11,0 euros.

El doble filo de los salarios

En lo que va de año los precios han subido un 6,1% a nivel general. En la alimentación, un 9,4%. Pero los salarios no están corriendo la misma suerte.

Muchos expertos opinan que subir salarios en línea con el aumento de la inflación puede ser un arma de doble filo. Por un lado, mejoraría lo situación financiera de los hogares. Por otro, animaría el consumo y generaría nuevas tensiones al alza sobre los precios.

Aunque la inflación se modere tras el verano, los niveles de precios que tendrán que soportar las familias mantendrán su tendencia al alza. Al menos hasta mediados del año que viene.

Podrán afrontar estos sobrecostes reduciendo su ahorro o buscando nuevas fuentes de ingresos. Otra opción sería mediante incrementos salariales, pero quizás el remedio acabe siendo peor para la enfermedad.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha apostado por alcanzar un pacto de rentas para abordar de manera solidaria el empobrecimiento derivado del fuerte aumento de la inflación. Se vienen meses complicados y las soluciones no son fáciles.