La cesta de la compra en Italia: precios hasta un 43% más altos por la guerra

  • La inflación derivada de las consecuencias de la guerra aprieta al país transalpino

  • Un paquete de pasta costaba hace un año 1,30 y ahora se paga a 1,52

Las consecuencias de la guerra son una sombra alargada. La cesta de la compra se resiente en Italia donde, según se ha sabido por los últimos datos extraídos por la asociación de consumidores Altroconsumo, se están produciendo subidas en los precios de hasta un 43%. Un estudio difundido por la asociación de consumidores Altroconsumo especifica cuáles son las subidas más destacadas en el supermercado y cuál es la comparativa con los precios del año 2021.

Es precisamente este baile de precios entre el año anterior y el actual lo que preocupa porque demuestra una escalada especialmente elevada, en unos precios que ya mostraban una tendencia a la alza en la última década. Lo que los expertos explican es que la inflación se ha elevado en los últimos años, sin haber bajado, y ahora con el efecto de la guerra sufrimos especialmente porque los precios ya no estaban en un baremo “aceptable”.

¿Dónde están notando los italianos más la subida de los precios en la lista de la compra? En el estudio de Altroconsumo, seleccionando 10 artículos, la mitad han sufrido, con respecto al año precedente, una subida de al menos un 10%, aunque algunos superan ampliamente esta cifra. Por ejemplo, el que más sube, es el aceite de girasol que cuesta un 43% más que en 2021, la harina 00 y la pasta suben un 17%. Es por eso que, por ejemplo, podremos encontrarnos con un paquete de pasta que pagábamos hace unos meses a 1,3 y ahora pagamos a 1,5. A esta lista de productos relacionados con el trigo y la harina se van sumando otros como el café, que registra un 4% de subida en el último mes.

Esta situación se debe a varios motivos que se han ido encadenando en los últimos meses: la crisis económica derivada de la pandemia, la subida de los precios de la energía desde hace un año y con la guerra, la dificultad para encontrar algunas materias primas debido a que Ucrania y Rusia eran dos grandes productores de bienes de primera necesidad como la harina, así como los picos en el precio del carburante. Todo esto influye de gran manera en la cadena de producción pero… ¿Cómo ha afectado concretamente a Italia?

Los productos que más suben son aquellos, como demuestra el análisis, relacionados con las harinas. Italia no es particularmente dependiente de los países implicados: Rusia y Ucrania, pero sufre ya las turbulencias derivadas. El precio al alza que vemos en el mercado se debe a dos razones. La primera viene de largo, más de medio año, la subida de precios de la energía y del petróleo influyen en los costes finales de toda la cadena de producción hasta que el producto llega al supermercado y es comprado por el cliente.

“Piensa que la pasta es un producto que se consume después de ser tratado, cuando la vida es más cara la producción es más cara y eso ha ido aumentando el precio desde hace meses”, explica Sergio Saia, profesor de Economía Agraria de la Universidad de Pisa. A eso, le sumamos, añade, la tormenta perfecta del conflicto geopolítico, que desordena los flujos de mercado habituales: hay menos grano circulando por el mundo porque Ucrania y Rusia no venden sus excedentes y ante la misma demanda y menos oferta los precios se multiplican para implicados directos e indirectos.

Pérdida del poder adquisitivo del 5%

De la mano de la subida de los precios en el supermercado va, traducido en datos económicos, la cifra de inflación. Es por eso que este huracán de precios internacionales se produce también en Europa pero cada país es víctima de sus vulnerabilidades. Pesa más la subida de la harina de grano duro en Italia porque 1 de cada 3 platos que se comen al día de pasta en el mundo son de este país. En la tabla de inflación de la UE, cifrada en un 7,5%, Italia se encuentra en el medio, con un 6,2%, por debajo de España, y con un descenso durante el mes de abril debido a la ligera reducción de los precios de la energía en el mercado internacional. Aún así, esta bajada coyuntural no influye en la tendencia a la subida que viene observándose en los últimos nueve meses y que, según ha dicho el propio Mario Draghi, es la más alta en los últimos 30 años.

Ante esta situación el Gobierno defendía en rueda de prensa este pasado lunes que el Ejecutivo “trabaja para ayudar a las familias italianas” y, añadía, “para apoyar y fomentar la economía de este país”. El paquete de medidas aprobado, valorado en 14 mil millones de euros, está diseñado para amortiguar los efectos de la crisis, también la inflación, y, especialmente, para afrontar el pago de unas facturas de la luz y de la electricidad que muchas familias no pueden permitirse. Medidas que, tal y como preveía Draghi, estarán susceptibles de aumentar y modificarse en relación a las necesidades de los italianos y que serán más necesarias que nunca, en todos los ámbitos, ahora que los salarios de los italianos son siempre más vulnerables a la inflación. El Istat, Instituto Nacional de Estadística en Italia, prevé que la pérdida del poder adquisitivo para los italianos llegará este año al 5%.