¿Vale la pena amortizar la hipoteca antes de tiempo? Ten en cuenta estos pros y contras

Viviendas e hipotecas, un binomio ¿amortizable?. Europa Press - Archivo
  • La principal ventaja a la hora de amortizar la hipoteca es clara: el ahorro en intereses

  • Uno de los principales inconvenientes de amortizar anticipadamente es la pérdida de liquidez

  • ¿Se puede cancelar la hipoteca por internet?

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MadridEn tiempos de incertidumbre económica, tipos de interés en constante evolución y creciente preocupación por la salud financiera a largo plazo, una pregunta recurrente se abre paso entre los propietarios con préstamos hipotecarios: ¿debería amortizar anticipadamente mi hipoteca? Esta decisión, que a priori puede parecer una buena forma de "quitarse de encima" una deuda, conlleva múltiples implicaciones financieras que conviene sopesar con detenimiento.

Según datos del Banco de España, en 2024 el volumen de amortizaciones anticipadas ha aumentado notablemente respecto al año anterior, impulsado por la subida del euríbor y el deseo de muchos hogares de reducir la carga de intereses. Pero ¿es siempre una buena idea?

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Ventajas de amortizar antes de tiempo

La principal ventaja es clara: el ahorro en intereses. Cuanto antes se reduzca el capital pendiente, menor será el coste total de la hipoteca. Esto es especialmente cierto si el préstamo está en sus primeros años de vida, cuando la parte de intereses sobre la cuota mensual es mayor. 

Además, existe una ganancia psicológica y emocional: al amortizar anticipadamente, muchos propietarios experimentan una sensación de libertad financiera al reducir su deuda con el banco. Esta tranquilidad puede ser un objetivo legítimo dentro de una estrategia más amplia de salud financiera.

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Otra ventaja es la posibilidad de reducir el plazo del préstamo, lo cual no solo disminuye el pago total en intereses, sino que permite liberar capacidad financiera a medio plazo, favoreciendo otras decisiones económicas como invertir, ahorrar o incluso asumir nuevas obligaciones con más holgura.

Pero... ¿y los contras?

No todo son ventajas. Uno de los principales inconvenientes de amortizar anticipadamente es la pérdida de liquidez. Destinar una suma elevada al banco puede dejar al propietario sin un colchón financiero para imprevistos, algo desaconsejado por la mayoría de asesores financieros. Tal como señala Idealista en su análisis sobre el tema, antes de amortizar conviene disponer de al menos entre tres y seis meses de gastos cubiertos en una cuenta accesible.

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También hay que tener en cuenta las comisiones por amortización anticipada, aún presentes en muchas hipotecas (especialmente las firmadas antes de 2019). Estas penalizaciones pueden variar entre el 0,5% y el 2% del importe amortizado, lo que podría reducir significativamente el ahorro real. Por ello, revisar las condiciones del contrato hipotecario es un paso imprescindible antes de decidirse a dar el paso.

Desde una perspectiva financiera más estratégica, surge el coste de oportunidad. Si el dinero destinado a amortizar puede generar una rentabilidad mayor en otros productos —como fondos indexados, renta fija o planes de pensiones—, entonces amortizar podría no ser la opción más eficiente. Según Bankinter, esta decisión debe contextualizarse dentro del perfil de riesgo del usuario y sus metas económicas (bankinter.com).

¿Reducir cuota o reducir plazo?

Cuando se opta por amortizar, suele surgir una segunda pregunta: ¿es mejor reducir la cuota mensual o el plazo del préstamo? Reducir cuota alivia la presión mensual y puede ser útil en contextos de ingresos ajustados o incertidumbre laboral. Reducir plazo, en cambio, maximiza el ahorro en intereses.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), si la situación económica es estable y se dispone de ingresos suficientes, reducir el plazo es financieramente más interesante, ya que permite acortar el tiempo total de endeudamiento y minimizar el coste total del préstamo.

Estrategia, no impulso

Amortizar anticipadamente una hipoteca no es una cuestión de blanco o negro, sino una decisión que debe integrarse en una estrategia financiera más amplia. Dependerá del tipo de interés contratado, de si se trata de una hipoteca fija o variable, de la capacidad de ahorro del titular, de sus objetivos vitales, de su perfil de riesgo y, por supuesto, de la existencia de penalizaciones contractuales.

Como resumen: si se dispone de liquidez suficiente, no hay penalizaciones y la hipoteca tiene un interés elevado, amortizar puede ser una buena decisión. Si por el contrario el tipo de interés es bajo y existen oportunidades de inversión atractivas, puede ser más inteligente mantener la hipoteca y hacer trabajar ese capital en otros frentes. En cualquier caso, la clave es actuar con información, comparar escenarios y —si es necesario— contar con el asesoramiento de un profesional para poder guiarnos hacia la decisión más adecuada para nuestro caso en particular.