Estafas

Cómo reconocer cuando estás ante una estafa emocional y qué hacer para protegerte

Apelar a las emociones puede ser un camino hacia el engaño. Getty Images
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Empieza con atención desmedida, palabras justas y promesas de afecto. Continúa con dependencia emocional, y termina con chantajes, culpa o incluso transferencias bancarias. Las estafas emocionales no siempre se limitan a robos de dinero: a menudo arrasan con la confianza, la autoestima o la libertad de decidir.

Este tipo de manipulación afectiva está en auge, sobre todo con el uso de redes sociales y aplicaciones de citas, pero también ocurre en amistades, vínculos familiares o entornos laborales. ¿Cómo detectarla a tiempo y qué hacer si sospechas que estás atrapado?

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Una estrategia emocional bien calculada

La estafa emocional se da cuando alguien utiliza el vínculo que tiene contigo para manipularte y obtener algo a cambio, a menudo sin que te des cuenta hasta que ya es tarde. Estas relaciones suelen tener tres fases: seducción, vínculo y manipulación. En cada etapa se construye un clima de aparente confianza que luego se convierte en control emocional.

A diferencia de las estafas tradicionales, estas no dependen de técnicas financieras, sino de una comprensión casi quirúrgica de las emociones humanas.

El patrón FOG: miedo, obligación y culpa

Susan Forward, en su libro Emotional Blackmail, define un mecanismo común en estas relaciones: FOG (Fear, Obligation, Guilt). El manipulador emocional genera miedo a perder el vínculo, impone obligaciones afectivas y despierta culpa para reforzar su control. Las frases típicas, como “si me quisieras lo harías” o “no sé qué haría sin ti”, no son expresiones de amor, por mucho que lo parezcan, sino instrumentos de presión.

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También es habitual la luz de gas, una forma de manipulación que distorsiona la realidad de la víctima hasta hacerla dudar de su propio juicio. Esta técnica puede llevar a la víctima a sentirse culpable incluso por sospechar que algo no va bien.

Los expertos apuntas que quienes recurren a estas estafas suelen detectar vacíos afectivos o necesidad de aprobación. De esta manera, el estafador emocional actúa como un espejo que refleja lo que se desea escuchar, para generar dependencia en muy poco tiempo.

El psicólogo Robert Wallace subraya que todos podemos convertirnos en víctimas, porque estos patrones se apoyan en sesgos cognitivos: queremos creer que alguien que nos comprende tan bien no puede tener intenciones ocultas.

Señales de alarma ante estafas emocionales

Hay varios indicadores que pueden ayudarte a reconocer una estafa emocional:

  • Sientes culpa o ansiedad ante la posibilidad de decir “no”.
  • Notas que cambias tu comportamiento para evitar enfados o castigos afectivos.
  • Recibes cariño o atención como moneda de cambio: si cumples, te premian; si no, te castigan con distancia o silencio.
  • Empiezas a justificar comportamientos del otro que antes te parecerían inaceptables.

Cómo actuar ante una estafa emocional

Romper con una estafa emocional requiere recuperar el control y reconstruir tu percepción:

  • Ponle nombre: reconocer la manipulación es el primer paso.
  • Busca apoyo externo: hablar con alguien de confianza o acudir a un profesional ayuda a recuperar perspectiva.
  • Marca límites: aprende a decir no sin sentirte culpable.
  • Corta el contacto si es necesario: alejarse de la fuente de la manipulación puede ser clave para la recuperación.
  • Repara tu autoestima: la terapia psicológica puede ayudarte a identificar por qué entraste en ese patrón y cómo evitarlo en el futuro.

Detectar una estafa emocional no significa desconfiar de todo el mundo, sino aprender a distinguir entre afecto genuino y afecto condicionado. Y protegerte no significa cerrarte, sino cuidar el vínculo más importante: el que tienes contigo mismo.