Cómo saber si estás pagando alquiler por el contador de luz: lo que puedes reclamar
Existen situaciones en las que el consumidor puede, y debe, reclamar por la imputación de este coste
La factura de la luz sube unos euros por los servicios de ajuste tras el apagón
Aparece discretamente en la factura de millones de hogares españoles y, sin embargo, pocos saben exactamente qué es ni por qué lo pagan. El "alquiler del contador de luz" es un cargo que, mes tras mes, se suma al coste energético. Y aunque en muchos casos es legítimo, no siempre lo es. Conocer sus claves puede significar poder recuperar un dinero que se ha ido pagando de más durante años.
Qué es el alquiler del contador y cuándo es legal
El alquiler del contador de luz es un coste regulado que aparece cuando el contador no es propiedad del usuario. Es decir, si el equipo pertenece a la distribuidora eléctrica, que es la empresa responsable de llevar la electricidad físicamente a tu casa, y que no siempre es la comercializadora con la que se contrata. Su importe es fijo y debe estar detallado claramente en cada factura, como recoge la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y confirma la OCU.
¿El problema? Que no siempre se cobra correctamente. Existen situaciones en las que el consumidor puede, y debe, reclamar. Por ejemplo, si el contador ha sido sustituido por uno en propiedad y la empresa sigue facturando su alquiler. O cuando la compañía emite facturas durante meses basadas en estimaciones en lugar de lecturas reales: si no se ha utilizado el contador, no debe cobrarse su alquiler, según confirma FACUA.
Cómo detectar si lo estás pagando (y cuándo reclamar)
La clave está en revisar la factura. El concepto aparece como "alquiler de equipo de medida" o similar. Si está presente, conviene preguntarse: ¿soy propietario del contador? Si has comprado un contador homologado, lo que es algo poco frecuente, pero perfectamente legal, no deberías estar pagando este cargo. Otro motivo de reclamación es si el contador está averiado, no registra correctamente o, peor aún, si mide el consumo de varias viviendas a la vez, un problema que sigue dándose en algunos edificios antiguos.
Además, existe jurisprudencia que avala reclamaciones cuando durante meses se ha cobrado el alquiler mientras la compañía facturaba con lecturas estimadas. "Si la empresa no ha usado tu contador para medir, no puede cobrarte por él", sentencia la OCU. También si se ha producido un cambio de contador sin el consentimiento adecuado del usuario y el nuevo dispositivo genera un coste superior.
Pasos para reclamar (y no rendirse en el intento)
Primero, recopila las últimas facturas y verifica si aparece el concepto de alquiler del contador. Si consideras que no corresponde el cobro para tu caso particular, lo que debes hacer es contactar con tu distribuidora, que no con la comercializadora, y presentar una reclamación formal, teniendo en cuenta que esta siempre debe hacerse por escrito y con acuse de recibo. La empresa dispone de un mes para responder tras recibir la reclamación. Si no emite una respuesta en el periodo estipulado, o si la respuesta no es satisfactoria, puedes elevar la queja a la Oficina Municipal de Información al Consumidor o a través de asociaciones como la OCU o FACUA.
Si el conflicto persiste, la vía más eficaz es acudir al Sistema Arbitral de Consumo, un proceso gratuito, vinculante y extrajudicial que resuelve conflictos entre consumidores y empresas. Y en última instancia, siempre queda la opción de acudir a los tribunales ordinarios, aunque en la mayoría de los casos este paso no suele ser necesario para obtener una resolución definitiva y satisfactoria.
En resumidas cuentas, es importante revisar con lupa la factura de la luz, no solo para entender mejor qué se está pagando, sino también con el objetivo de detectar posibles cobros indebidos y, después, intentar recuperar dichas cantidades. Se trata de un dinero que, acumulado a lo largo de los años, pueden resulta muy elevado. Porque sí, pagar por un contador que no usas, o que ya es tuyo en propiedad, es regalar dinero, literalmente.