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¿Realmente ahorras con el lavavajillas? Lo que dicen los expertos si lo usas a diario

¿Enjuagar o no los platos antes del lavavajillas?
Lavar los platos a mano o directamente en el lavavajillas. Telecinco.es
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En pleno siglo XXI, un momento en el que el pensamiento ecológico y la presión económica se dan la mano para dar forma a nuestro día a día, uno de los grandes debates domésticos sigue sin estar completamente cerrado ¿Qué es mejor, lavar a mano o usar el lavavajillas? Lo cierto es que, contrariamente a lo que se podría pensar en un primer momento, el uso estratégico del lavavajillas no solo ahorra agua, sino también energía y tiempo, según múltiples estudios.

Agua y energía: el ahorro detrás de cada ciclo

De forma casi lapidaria, la OCU determina que con un lavavajillas se puede llegar a un ahorro de entre el 80 % y el 85 % de agua respecto al lavado manual. Según sus pruebas, con solo 10 a 15 litros por ciclo frente a los 60 litros usados en el lavado a mano, el ahorro económico puede ser notable si tenemos en cuenta que el coste por lavado en lavavajillas se situaría en torno a los 0,017 €/lavado, aunque depende de la máquina concreta, frente a 0,104 €/lavado manual para dos fregaderos llenos. La comparación no deja lugar a dudas: el consumo de agua prácticamente se reduce a entre una cuarta y una quinta parte.

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En cuanto a la electricidad, usar el lavavajillas también es más económico que hacerlo en el fregadero. Un lavavajillas eficiente consume entre 0,7 y 1 kWh por ciclo, mientras que lavar a mano con agua caliente puede requerir entre 2 y 2,8 kWh, según la forma de calentarlo. Bosch lo corrobora, afirmando que existe un ahorro de cerca de tres veces en electricidad frente al lavado tradicional.

¿Qué tiene que ver el programa ECO?

El célebre modo ECO se postula como una de las claves doradas del ahorro: ofrece reducción del 16% en agua y 20% en energía comparado con el modo normal. Su impacto anual, calculándolo con un uso de en torno a cuatro ciclos semanales, se traduce en solo 7–8 € ahorrados al año . Aunque parezca modesto, lo cierto es que sumando años de uso del electrodoméstico, la cifra se convierte en más relevante..

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Una análisis adicional añade algo más de información: con el modo rápido se gasta un 30% más de agua y un 20% más de electricidad que con la opción ECO, lo que implica un nuevo ahorro a medio y largo plazo si se prioriza el modo de lavado ECO.

Imagen de archivo de un lavavajillas

Más allá del ahorro: salud, higiene y cuidados

Aunque el ahorro es atractivo, el punto fuerte del uso diario del lavavajillas radica también en su capacidad higiénica. A temperaturas alrededor de 60 °C, elimina bacterias y evita el contacto potencial con contaminantes en trapos y esponjas de cocina. Eso sin olvidar el impacto positivo en la piel: menos detergente en las manos implica una menor agresión para nuestra piel.

Otro beneficio ignorado es el tiempo. Bosch calcula que usar lavavajillas puede ahorrar unos 45 min por ciclo, haciendo un total de unas 210 horas al año, casi tres semanas de tiempo libre. Todo ello convierte el lavavajillas en un aliado tanto para el bolsillo como para la calidad de vida.

Eso sí, los expertos insisten en que la clave está en el uso inteligente. Endesa aconseja no enjuagar antes los platos y cargar la máquina siempre al completo. Además, si se dispone de tarifas energéticas con discriminación horaria, siempre será mejor aprovechar las horas valle para realizar el lavado.

Seleccionar un buen modelo también cuenta. Los lavavajillas de clase A+++ ofrecen mayores ahorros tanto a nivel energético, como de agua. También conviene optar por los programas de media carga o rápidos, siempre que estén bien ajustados. Y, por supuesto, mantener limpio el lavavajiilas y cerrar las llaves de paso tras su uso protege no solo el consumo, sino la integridad total de nuestros suministros..

Por todo esto, queda claro que dejar atrás los largos y farragosos lavados a mano de nuestra vajilla y cubertería no es solo un cambio tecnológico, sino también es una decisión con un impacto mucho más global. Este cambio supone un ahorro de hasta un 80% de agua, pero también un consumo de hasta tres veces menos energía por lavado. Por si esto no fuera suficiente, también supone una mejora de la salud y te devuelve tiempo libre. El modo ECO y la carga óptima son tus aliados. Un lavavajillas bien gestionado no es solo una herramienta de limpieza: es una inversión en eficiencia, higiene y calidad de vida cotidiana.