Gasolina

El precio de la gasolina se multiplica: los motivos detrás de este incremento y cuánto subirá a partir de ahora

Desde el punto de vista fiscal, los impuestos también representan una parte significativa del precio final.
Llenar el depósito del coche resulta más caro que hace un año. Pixabay
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Durante las últimas semanas, los conductores han notado ligeras variaciones en los precios al repostar gasolina, lo que vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre los factores que influyen en el mercado energético.

A día de hoy, llenar el depósito resulta más caro que hace un año, pese a la ligera moderación registrada en octubre.

Las oscilaciones responden a múltiples causas: desde los movimientos del mercado internacional del petróleo hasta las tensiones geopolíticas y la demanda interna.

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Precios actuales del combustible en España

Según los datos actualizados del Ministerio para la Transición Ecológica, el litro de gasolina 95 tiene un precio medio de 1,46 euros, mientras que la gasolina 98 alcanza los 1,63 euros.

En el caso del gasóleo, el valor promedio se sitúa en 1,4 euros por litro, lo que representa una leve variación a la baja del -0,13% respecto a la semana anterior. Por ejemplo:

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  • En Madrid, los precios oscilan entre 1,299 y 1,709 euros por litro de gasolina 95
  • En Barcelona los valores se mueven entre 1,265 y 1,619 euros.
  • En Valencia, la horquilla es de 1,265 a 1,589 euros
  • En Granada los conductores pagan entre 1,319 y 1,529 euros.

Estas diferencias reflejan no solo la competencia entre estaciones de servicio, sino también los costes logísticos y fiscales propios de cada región.

En cuanto al gasóleo, los precios también varían:

  • En Madrid se encuentra entre 1,239 y 1,669 euros
  • En Barcelona entre 1,185 y 1,489 euros
  • En Valencia entre 1,185 y 1,554 euros
  • En Granada entre 1,267 y 1,469 euros.

Pese a las fluctuaciones, el diésel se mantiene ligeramente por debajo del precio de la gasolina, aunque la distancia entre ambos se ha reducido con el paso de los meses.

La gasolina en España a 2 euros el litro

Pese a que el precio de la gasolina en España se ha estabilizado en torno a 1,60 euros por litro, una cifra que parecía impensable hace unos años pero que, lejos de moderarse, podría seguir subiendo en los próximos meses. Los expertos advierten de que debemos prepararnos para un escenario en el que repostar el coche será cada vez más caro. El motivo principal se encuentra en las decisiones que está tomando Bruselas para endurecer la lucha contra las emisiones contaminantes.

La Unión Europea planea poner en marcha, a partir de 2027, un nuevo régimen de comercio de derechos de emisión que afectará directamente a los distribuidores y comercializadores de combustibles.

Estas empresas deberán pagar por las toneladas de dióxido de carbono que generen sus productos, lo que inevitablemente se trasladará al precio final que paga el consumidor.

Aunque todavía no se ha fijado el importe exacto, las estimaciones oscilan entre 48 y 122 euros por tonelada de CO₂, una horquilla que podría encarecer notablemente el combustible.

El impacto no se limitará a los conductores particulares. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios de producción industrial aumentaron un 6,6% interanual en el primer trimestre de 2025, impulsados en parte por el incremento de los costes energéticos vinculados al carbono.

Además, el Impuesto Especial de Hidrocarburos ya representa más del 40% del precio final del combustible, y la futura ampliación del mercado europeo de emisiones al transporte y la edificación añadirá nuevas cargas fiscales.

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica, se estima que este marco fiscal podría encarecer el litro de gasolina en torno a un 25% para 2030 si no se aprueban medidas compensatorias.

En cifras concretas, esto supondría una subida de entre 25 y 40 céntimos por litro, lo que acercaría el precio medio a los dos euros. En la práctica, llenar un depósito de un turismo convencional podría costar entre 72 y 85 euros, unos 15 euros más que en la actualidad.

Las asociaciones de transportistas ya han mostrado su preocupación ante un escenario que encarecería la actividad logística y aumentaría la presión inflacionaria sobre el conjunto de la economía.

Bruselas, sin embargo, mantiene firme su postura: el cambio es necesario para avanzar hacia un modelo energético más limpio, aunque ello implique un golpe inmediato al bolsillo de los conductores y al tejido productivo.

¿Por qué suba la gasolina en España?

La reciente subida del combustible está también directamente vinculada al aumento del precio del barril de petróleo en los mercados internacionales.

El crudo Brent, referencia en Europa, ha experimentado variaciones que lo han llevado a superar los 90 dólares en determinados momentos, impulsado por recortes de producción de la OPEP+ y por tensiones en Oriente Medio.

A estos factores se suma la debilidad del euro frente al dólar, ya que las transacciones de petróleo se realizan en la moneda estadounidense.

Esta depreciación encarece la factura energética de los países de la zona euro, incluyendo España.

Otro elemento relevante es la demanda creciente tras el verano, especialmente en el transporte por carretera, lo que presiona los precios al alza.

Desde el punto de vista fiscal, los impuestos también representan una parte significativa del precio final.

En España, más del 50% del importe que paga el consumidor corresponde a gravámenes como el Impuesto Especial de Hidrocarburos y el IVA.

Por tanto, incluso cuando el precio del crudo desciende, los consumidores no siempre perciben un abaratamiento proporcional en el surtidor.

Ojo con las diferencias entre gasolina 95 y 98

Ambos tipos de gasolina se distinguen principalmente por su índice de octanaje. La gasolina 95, de menor densidad, es la más utilizada en España por su equilibrio entre rendimiento y precio. Resulta ideal para motores de baja y media cilindrada.

En cambio, la gasolina 98 ofrece una combustión más eficiente y una mejor respuesta en motores de alta compresión, aunque su coste por litro es superior.

Utilizar un combustible de octanaje más alto del necesario no mejora el rendimiento, aunque sí incrementa el gasto. En promedio, la diferencia entre ambos tipos ronda los 17 céntimos por litro.

Cómo reducir el gasto en gasolina

Aunque el precio del combustible no depende del consumidor, sí es posible aplicar hábitos que reduzcan el consumo.

Conducir de forma suave, evitar aceleraciones bruscas y mantener una velocidad constante son prácticas que pueden generar un ahorro considerable. También resulta esencial mantener los neumáticos con la presión adecuada y revisar periódicamente el estado de los filtros y del motor.

La Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda que el exceso de peso en el vehículo aumenta el consumo y recomienda planificar los trayectos para evitar atascos o desvíos innecesarios.

Además, optar por repostar en horarios de menor demanda y en estaciones de servicio con precios competitivos puede marcar una diferencia notable a final de mes.