Jubilación

Vuelco en las jubilaciones: cumplir 36 años cotizados ya no garantiza una pensión más alta

Pareja de jubilados. Unsplash
  • La nuevas normas establecen que no existe un beneficio económico adicional por seguir trabajando después de 36 años

  • Las críticas a esta reforma señalan que desincentiva la prolongación de la vida laboral

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Alcanzar la edad legal de retiro ya no supone una mejora automática en la cuantía de la pensión, incluso habiendo cotizado más del mínimo requerido. Hasta ahora, muchos creían que superar los 36 años y seis meses de cotización se traduciría en una prestación más elevada.  

Sin embargo, las nuevas normas establecen que, una vez alcanzado ese umbral, no existe un beneficio económico adicional por seguir trabajando, salvo en casos específicos de jubilación tardía.  

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Cómo afecta el cambio a los futuros pensionistas 

La Seguridad Social fija un límite máximo en la pensión que puede recibir un jubilado, equivalente al 100% de su base reguladora. Este porcentaje se alcanza tras 36 años y seis meses de cotización, por lo que cualquier año trabajado más allá de ese periodo no incrementará la cuantía de la prestación. 

Antes de esta reforma, algunos trabajadores con décadas de contribución esperaban una revalorización proporcional. No obstante, la normativa actual equipara a todos aquellos que hayan superado el mínimo exigido, independientemente de si cotizaron 37 o 45 años. 

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Diferencias según la base de cotización 

Aunque dos personas puedan acceder al mismo porcentaje de la base reguladora, la pensión final no será idéntica si sus aportaciones fueron distintas. Quienes cotizaron por salarios más altos durante su vida laboral recibirán una cantidad mayor, ya que el cálculo se basa en los ingresos declarados. 

Esto explica por qué un profesional con 36 años y seis meses de cotización podría percibir más que otro con 42 años, si el primero tuvo un sueldo superior. El sistema, por tanto, premia la calidad de las aportaciones, no solo su duración. 

Alternativas para cobrar más del 100% de la pensión 

Retrasar la jubilación más allá de la edad ordinaria 

La única forma de superar el límite del 100% es aplazar voluntariamente la jubilación. La Seguridad Social ofrece incentivos económicos a quienes deciden prolongar su actividad laboral, con tres modalidades de bonificación: 

Incremento anual de la pensión 

Por cada año adicional trabajado, se aplica un aumento porcentual acumulativo sobre la base reguladora, que puede llegar hasta un 4% anual. Esta opción es ideal para quienes prefieren una mejora permanente en sus ingresos mensuales. 

Pago único al jubilarse 

Algunos optan por recibir una cantidad global en el momento del retiro, en lugar de un incremento progresivo. Esta fórmula beneficia a quienes necesitan liquidez inmediata para proyectos personales o inversiones. 

Combinación de ambas modalidades 

Existe la posibilidad de dividir el beneficio: parte se recibe como complemento mensual y otra como pago único. Esta flexibilidad permite adaptar la estrategia a las necesidades individuales. 

Las críticas a esta reforma señalan que desincentiva la prolongación de la vida laboral, especialmente entre quienes cotizaron durante décadas. Sin embargo, los defensores argumentan que simplifica el cálculo de las pensiones y garantiza la sostenibilidad del sistema a largo plazo. 

La realidad es una: los trabajadores deben planificar su jubilación con antelación, considerando no solo los años cotizados, sino también su base salarial y las opciones de retraso voluntario. En un escenario económico incierto, la previsión es la herramienta clave para asegurar un retiro digno