Los tuits de Trump mueven los mercados... y la estadística lo confirma

  • JP Morgan ha puesto en marcha el Índice 'Volfefe' para monitorizar la influencia de los tuits de Trump en los mercados financieros

  • Trump ha intensificado su actividad en Twitter desde finales de 2018

  • Los economistas estudian las consecuencias económicas de los mensajes virales y las narrativas

Donald Trump gobierna, escandaliza y hace temblar los mercados a golpe de tuit. Ha reinventado el concepto clásico del refranero, cuando se dice que alguien habla y sube el pan. En el caso de Trump, el mundo muchas veces se tambalea cuando escribe en las redes sociales.

Cuando el presidente de Estados Unidos acusó a Amazon en 2015 de destruir empleos y de evadir impuestos, las acciones de la compañía cerraron ese día con caídas en la bolsa.

"Los mercados tienden a caer nueve puntos básicos los días que Donald Trump es más activo en Twitter"

Son cálculos de un estudio del Bank of America Merryl Lynch sobre la actividad del presidente en esta red social. Otro dato: en enero de este año, al menos diez de las subidas del índice Dow Jones estaban relacionadas con tuits de Trump. El banco de inversión JP Morgan ha ido más allá y ha creado una herramienta para seguir de cerca esta relación de los mercados con el presidente.

Y el índice se llama...

'Volfefe'. El nombre tiene su sentido porque recupera uno de los tuits más famosos e ininteligibles de Donald Trump:

Se trataba de una errata que se convirtió en viral en 2017. El presidente de Estados Unidos acumula más de 10.000 tuits desde que inició mandato pero este año su actividad se ha disparado. Ahora ya le siguen en los mercados financieros...

Trump vs los banqueros centrales

La cruzada de Trump contra el regulador bancario de Estados Unidos, la Reserva Federal (FED) es archiconocida. El Presidente presiona siempre que puede para devaluar el dólar: quiere mejorar las exportaciones en plena guerra comercial con China (que también incendia a golpe de tuit).

Ayer sin ir más lejos. Tras la decisión de la Reserva Federal de bajar los tipos otro 0,25%, Trump acudió a la red social 25 minutos después para soltar: "Jay Powell y la Reserva Federal fallan de nuevo. No tienen agallas, ni sentido, ni visión" Terrible comunicador!".

Estos mensajes se cuelan en las ruedas de prensa. A Powell le preguntaron por el tuit y el presidente de la FED se limitó a decir: "mis colegas y yo seguiremos conduciendo la política monetaria sin atender a consideraciones políticas".

Con el Banco Central Europeo Trump tampoco se queda corto. El pasado jueves, cuando se anunciaron nuevos estímulos monetarios en la zona euro, no tardó en criticar la decisión: "El BCE actúa rápido y recorta tipos de interés para devaluar, con éxito, el euro frente a un dólar MUY fuerte, dañando las exportaciones estadounidenses. A ellos les pagan por pedir dinero prestado mientras nosotros pagamos intereses!"

A Mario Draghi, presidente del BCE, también le pidieron una reacción: "Nuestro mandato es la estabilidad de precios, no influir en los tipos de cambio. Punto", contestó el italiano.

El valor de las palabras en la economía

Mario Draghi tiene muy presente el valor de las palabras en economía. No en vano su celebérrimo anuncio en julio de 2012: "el BCE hará todo lo necesario para sostener el euro y, créanme, eso será suficiente" se convirtió en un eficaz paraguas para la tormenta de dudas que arreciaba sobre el euro. El efecto balsámico fue inmediato, relajando las primas de riesgo en apuros y dando aliento a las subidas de las bolsas en plena crisis de euro.

Esta idea de que las palabras pueden mover economías ya está incorporando a la teoría. "Igual que los epidemiólogos estudian las enfermedades infecciosas, los economistas podemos estudiar la difusión y la transformación de estos relatos poderosos", explica Robert J. Shiller, profesor de economía en la Universidad de Yale. Este premio Nobel acaba de publicar "Cómo las historias se hacen virales y determinan grandes acontecimientos".

Shiller ilustra su tesis con un ejemplo reciente. El expresidente George W. Bush quería ser cauto y aseguraba en su discurso que la "ansiedad alimentaba la ansiedad". Quería tranquilizar a los mercados pero su frase recordaba demasiado al "lo único de lo que debemos tener miedo es del miedo" de Roosevelt durante la Gran Depresión de 1929. Los temores a una gran crisis se dispararon. Y se materializaron.

A veces los economistas tampoco pueden encontrar las causas de los vaivenes económicos más allá de los sentimientos y de las palabras.