Pensiones

Un economista alerta a los pensionistas: "El incremento solo permite absorber pequeñas subidas del supermercado"

Muchos hogares solo perciben la subida como un alivio parcial.. Pixabay
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La revalorización general de las pensiones del 2,7% alcanzará a más de 10,4 millones de pensiones contributivas y a más de 728.000 pensiones de Clases Pasivas del Estado. En la práctica, el ajuste se reflejará en las nóminas de cerca de 9,4 millones de pensionistas desde el próximo mes de enero.

El mecanismo de actualización y su alcance real

Desde la entrada en vigor de la Ley 21/2021, la revalorización anual se calcula a partir del IPC medio interanual. Para 2026, el dato definitivo se ha situado en el 2,7%, resultado de la media de los doce meses comprendidos entre diciembre del año anterior y noviembre del ejercicio en curso.

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Este sistema aporta estabilidad a los ingresos, pero no garantiza una mejora uniforme del presupuesto doméstico. Cuando la inflación se concentra en partidas concretas, el impacto sobre el día a día puede ser desigual, especialmente en los hogares con menos margen financiero.

Qué supone la subida en cifras medias

En términos agregados, la pensión media del sistema, situada en torno a los 1.316 euros mensuales en 2025, aumentará aproximadamente 35 euros al mes, lo que supone cerca de 490 euros adicionales al año.

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En el caso de la pensión media de jubilación, el incremento superará los 40 euros mensuales, con un aumento anual próximo a los 570 euros.

Diferencias según el tipo de pensión

La revalorización del 2,7% se aplica de forma general, pero su efecto varía en función de la cuantía inicial. Las pensiones de jubilación alcanzarán una media cercana a los 1.552 euros mensuales en 2026.

Las pensiones por incapacidad permanente se situarán en torno a los 1.244 euros, tras una subida media de algo más de 32 euros al mes. En el caso de la viudedad, la cuantía media se elevará hasta algo más de 960 euros mensuales.

Pensiones mínimas y margen de maniobra

El economista Carles Méndez-Ortega advierte de que el impacto es especialmente limitado en las pensiones más bajas. En su análisis, “un aumento del 2,7% aplicado sobre bases ya muy ajustadas apenas incrementa el margen mensual disponible”.

En estos casos, la actualización cumple una función defensiva, ya que “ayuda a no perder poder adquisitivo, pero no permite afrontar con holgura gastos crecientes como la energía, el alquiler o la alimentación”.

Cómo cambia el presupuesto mensual

En el caso de un pensionista con una prestación cercana a los 1.250 euros, el incremento se traduce en unos 33 euros adicionales al mes. Según el análisis económico, “se trata de una ayuda moderada que permite absorber pequeñas subidas del supermercado o del transporte”, aunque no supone una alteración significativa de la estructura del presupuesto mensual.

Este efecto limitado explica por qué muchos hogares perciben la subida como un alivio parcial, pero no como una mejora sustancial de su situación financiera.

El impacto en los gastos esenciales

Al observar partidas concretas, el comportamiento de los precios resulta determinante. En farmacia y transporte, donde los incrementos se han movido en torno al 2%–2,2%, “la subida del 2,7% permite compensar prácticamente toda la variación”, lo que contribuye a mantener el equilibrio del gasto.

La situación cambia en otros ámbitos clave. En vivienda y energía, con aumentos interanuales que han superado el 7%, “los pensionistas seguirán notando presión, ya que el ajuste resulta claramente insuficiente para cubrir ese diferencial”.

Esta brecha es especialmente relevante para quienes viven de alquiler o dependen de suministros energéticos elevados.

Estabilidad presupuestaria sin mejora clara

El resultado global de la actualización apunta más a la estabilidad que a una mejora perceptible del nivel de vida. El incremento permite mantener el equilibrio del presupuesto frente a una inflación moderada, pero deja poco margen para absorber tensiones prolongadas en los precios de los bienes esenciales.