Un psicólogo comparte por qué los deberes no son recomendables para los niños
Según el psicólogo, los deberes sistemáticos e indiscriminados tienen más inconvenientes que beneficios para los niños
Entre los inconvenientes que destaca en el video se encuentran la desigualdad, interfieren en la vida familiar y aumenta el estrés y la ansiedad
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MadridEn los últimos años, el debate sobre la conveniencia de poner deberes escolares a los niños ha cobrado fuerza en el ámbito educativo y familiar. Diferentes especialistas en psicología infantil han cuestionado la eficacia y los posibles efectos negativos de estas tareas extraescolares. Muchos se cuestionan qué importancia tienen los deberes de los niños, y si realmente les hacen bien o son más perjudiciales de lo que pensamos, sobre todo cuando son asignados de manera indiscriminada.
Esto es lo que advierte Alberto Soler, un psicólogo y divulgador conocido en redes sociales por compartir contenido relacionado con la crianza y la educación en su cuenta de Instagram, donde acumula más de medio millón de seguidores. En uno de sus videos más recientes ha puesto foco sobre uno de los temas más controvertidos en la educación, sobre sí es recomendable o no poner deberes escolares a los menores. En los comentarios de este vídeo se ha generado un debate entre aquellos que piensan como el psicólogo y, entre los que difieren.
Alberto Soler, en su vídeo, ha destacado que España es uno de los países donde los alumnos tienen que dedicar más tiempo a los deberes. “Somos el quinto país con más horas de deberes, y esto supone un problema serio”, ha afirmado haciendo alusión a los datos de la OCDE. En el vídeo enumera cuáles son los problemas que puede provocar un exceso de deberes a los alumnos.
Desigualdad de oportunidades entre alumnos
Este psicólogo señala que los deberes pueden generar desigualdades significativas entre los alumnos. Esto es debido a que los estudiantes que provienen de familias con mayores recursos económicos o con más tiempo disponible para supervisar las tareas escolares son los que pueden beneficiarse más de los deberes en comparación con los estudiantes que no cuentan con ese apoyo. Señala que esta disparidad puede hacer que la brecha entre alumnos más y menos capacitados sea aún más grande, algo que contradice el principio de igualdad de oportunidades que debería primar en el sistema educativo.
Más estrés y ansiedad por parte de los alumnos
Otro aspecto que preocupa es el impacto que tienen los deberes sobre la salud mental de los niños. Alberto Soler advierte que la sobrecarga de tareas académicas puede ayudar a que haya un aumento en los casos de ansiedad y estrés entre los alumnos. A los menores se les impone una presión por cumplir con las obligaciones escolares fuera del horario lectivo y esto, puede afectar de manera negativa al bienestar emocional de los niños. Además, contribuye a que se pueda generar una percepción negativa hacia el aprendizaje y la escuela por la sobrecarga de deberes.
Afecta directamente a la vida familiar
Una sobrecarga de deberes también puede interferir en la dinámica familiar. El psicólogo destaca que estas tareas, normalmente, restan tiempo para actividades en familia que podrían ser más enriquecedoras y divertidas para los niños. Al tener que dedicar horas adicionales a estas tareas escolares puede ocurrir que se limite la participación de los niños en otras actividades recreativas, deportivas o culturales, las cuales son fundamentales para su desarrollo personal y social. Además, para muchas familias, los deberes suponen una intromisión en su tiempo personal, haciendo más difícil la conciliación entre la vida laboral y familiar.
¿Son realmente eficaces los deberes?
La eficacia de los deberes como herramienta educativa también ha sido objeto de debate. Alberto Soler sugiere que el proceso de aprendizaje debería desarrollarse principalmente en el aula, durante las horas lectivas, y que los deberes, en caso de ser asignados, deberían ser una herramienta complementaria y no una sobrecarga que aumente el tiempo escolar para los niños.
Con esta perspectiva, el psicólogo cuestiona la práctica de utilizar los deberes como una extensión mecánica de la jornada escolar, sobre todo cuando no se adaptan a las necesidades que tenga cada alumno de manera individual para que realmente puedan ser de utilidad para mejorar el rendimiento de cada uno de ellos.
Con estos argumentos, Alberto Soler apuesta por un enfoque más racional en cuanto a la asignación de deberes. Sugieren que las tareas escolares se deben asignar solo en casos puntuales y cuando el docente considere que son realmente necesarios, evitando que se manden indiscriminadamente.
Por otro lado, insta a los docentes a considerar y valorar cuál es el impacto que están generando los deberes en la vida familiar y en la salud mental de los niños, haciendo todo lo posible para que no se conviertan en una fuente adicional de estrés para ellos. Sugiere que el objetivo debería ser que los deberes contribuyan al aprendizaje sin excederse, respetando el tiempo libre y las necesidades de cada uno de los estudiantes para que pudieran disfrutar y beneficiarles.
La postura de Alberto Soler se encuentra dentro de uno de los debates más amplios dentro de la comunidad educativa, ya que son muchos docentes los que están a favor de lo que sostiene este psicólogo, mientras que otros sostienen lo contrario.
Algunos expertos sugieren que los deberes pueden ser beneficiosos si se diseñan de una manera adecuada, haciendo que sean actividades interesantes que promuevan la comprensión y el aprendizaje significativo, y que lo que no deberían ser son tareas repetitivas sin utilidad alguna para los alumnos.