Cómo gestionar las celebraciones familiares cuando los padres están separados

El bienestar de los hijos siempre tiene que ser una prioridad
El bienestar de los hijos siempre tiene que ser una prioridad. Freepik
  • La planificación y la comunicación son claves para evitar conflictos al gestionar las celebraciones familiares después de una separación

  • Establecer nuevas tradiciones, coordinar regalos y ofrecer un entorno donde los niños se sientan cómodos son algunas de las maneras de abordar fechas especiales

  • ¿Cómo se reparten los gastos escolares entre padres divorciados?

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MadridLas celebraciones familiares, como pueden ser cumpleaños, fiestas y eventos escolares, son momentos de gran valor en la vida de los niños. Son espacios donde se refuerzan los vínculos afectivos, se crean recuerdos felices y se les transmite a los más pequeños el valor de la familia. No obstante, cuando los progenitores están separados, estos momentos pueden volverse complicados y generar tensiones, ya que es necesario coordinar tiempos, expectativas y emociones para que los hijos puedan disfrutar sin sentirse en medio de un conflicto.

Para muchas familias, gestionar estas celebraciones es todo un reto, sobre todo, cuando la separación no ha sido amistosa o si aún existen ciertas heridas emocionales sin resolver. Evidentemente, los niños no deberían ser quienes sufran las consecuencias de estas situaciones.

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Cómo se gestionan las celebraciones familiares siendo padres separados

Comunicación abierta y cooperativa

El primer paso para poder gestionar las celebraciones familiares cuando se ha producido una separación es establecer una comunicación abierta y cooperativa entre los padres. Es esencial que se mantenga un diálogo respetuoso y que éste se centre en las necesidades de los hijos. Se deben abordar con antelación las preferencias y deseos de los niños, también los compromisos y horarios que tenga cada padres y crear un plan que pueda beneficiar a todos.

Planificación anticipada y flexibilidad

Para evitar cualquier tipo de malentendidos y conflictos que puedan surgir a última hora lo ideal es planificar con antelación las celebraciones. Es aconsejable ponerse de acuerdo con tiempo y decidir cómo se van a dividir las fiestas, teniendo en cuenta factores como la alternancia anual o la división del día en partes equitativas. Asimismo, siempre es fundamental ser flexibles y estar dispuestos a adaptarse a posibles cambios, siempre con el objetivo de asegurar que los hijos se van a sentir seguros y que no van a sufrir ninguna alteración significativa en su entorno familiar.

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Priorizar el bienestar de los hijos

En cualquier decisión relacionada con las celebraciones familiares, el bienestar de los hijos tiene que ser una prioridad. Es esencial evitar que los niños se sientan atrapados en cualquier conflicto de lealtad o que puedan percibir cualquier tipo de competencia entre sus padres. Por lo que, fomentar un ambiente en el que los hijos se sientan libres de disfrutar con ambos padres, sin culpa ni presión, va a ayudarles mucho en su estabilidad emocional.

Involucrar a los hijos en la planificación

Dependiendo siempre de la edad y madurez de los niños, involucrarles en la planificación de las celebraciones puede ser muy beneficioso. De esta manera, se les permite expresar sus deseos y preferencias, algo que les otorga un sentido de control y pertenencia. Aunque, siempre es fundamental que sean los padres quienes tomen las decisiones finales para no cargar sobre los niños unas responsabilidades o decisiones que no son suyas y que les puedan generar ansiedad.

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Coordinación en la entrega de regalos

Para evitar cualquier conflicto, es fundamental que los padres se coordinen en la entrega de los regalos para evitar que el regalo se repite y que ambos han contribuido de la manera más equitativa posible. Por otro lado, fomentar que los hijos preparen o compren un detalle para el otro progenitor refuerza la idea de que, aunque se hayan separado, ambos padres siguen siendo importantes en sus vidas.

Manejo de las emociones

Las celebraciones pueden evocar emociones intensas tanto para los padres como para los hijos. Es completamente natural que puedan surgir sentimientos tristes, nostálgicos o incluso resentimiento. Ser capaces de reconocer y gestionar estas emociones de manera saludable es fundamental. Para ello se puede recurrir a amigos, familiares o incluso profesionales de la salud mental.

Establecer nuevas tradiciones

La separación puede ser una oportunidad genial para crear nuevas tradiciones familiares que se adapten a la nueva dinámica. Estas tradiciones pueden brindar a los hijos una sensación de continuidad y estabilidad, ayudándolos a adaptarse a los cambios de manera positiva.

Importancia de la empatía y la generosidad

Tener empatía, ser flexible y generoso es fundamental para gestionar las celebraciones en familias con padres separados. Se debe adoptar una posición diplomática y comprensiva para facilitar que los niños disfruten de las fiestas sin sentirse divididos o culpables por ello.

Buscar apoyo profesional si es necesario

Cuando la comunicación entre los padres es conflictiva o si surgen dificultades significativas en la organización de las celebraciones, considerar la mediación de un terapeuta familiar o consejero puede ser muy beneficioso. Estos profesionales pueden ofrecer herramientas y estrategias para mejorar la comunicación y resolver conflictos de manera constructiva.

Hacer celebraciones conjuntas, ¿sí o no?

Muchas familias acuerdan y eligen celebrar juntos ciertos eventos importantes, incluso tras la separación. Esta es una opción muy beneficiosa si ambos padres mantienen una relación cordial y pueden interactuar sin conflictos.

Por otro lado, si la convivencia es tensa o puede generar algún tipo de incomodidad, es preferible organizar celebraciones por separado. La decisión tiene que basarse en lo que sea más cómodo y saludable para los hijos, evitando exponerlos a situaciones de estrés o confrontación.